¿Cómo sé si tengo el Trastorno Límite de la Personalidad?
Un 70% de las personas con Trastorno Límite de la Personalidad se autolesiona o intenta suicidarse
Madrid - Publicado el - Actualizado
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7 de cada 10 personas con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) se autolesionan o intentan suicidarse y 1 de cada 10 se quita la vida, es una enfermedad crónica y compleja con un fuerte impacto tanto en quienes la desarrollan como para su entorno y también para el sistema sanitario. Forma parte el grupo de enfermedades mentales más frecuentes. Y todo a pesar de que la mitad de los casos no se diagnostican. Tanto esa situación como sus graves consecuencias la convierten en todo un reto para los profesionales de la salud mental.
El TLP es el más frecuente de todos los trastornos de la personalidad. Afecta a un millón de personas y copa el 10 por ciento de las consultas externas de psiquiatría. Dos de cada diez personas que ingresadas por problemas de salud mental tienen este trastorno.
¿Cómo sé si tengo el Trastorno Límite de la Personalidad?
La inestabilidad emocional y la impulsividad son dos de sus señas de identidad. El comportamiento de las personas con este trastorno experimenta muchas variaciones en cortos espacios de tiempo. Tienen dificultades en las relaciones interpersonales y con su propia imagen, falta de identidad personal y sienten un vacío constante. Les cuesta hacer planes y proyectarse en el futuro y suelen tener un estado de ánimo fluctuante y ansiedad. En los casos más extremos llegan a poner en peligro su propia vida.
Detectarlo es complicado. Uno de los errores más comunes es confundirlo con una depresión o con ansiedad. Para un correcto diagnóstico es preciso ponerse en manos de los mejores profesionales ya que, aunque no tiene cura si hay tratamientos que pueden mejorar mucho la calidad de vida de las personas con TLP.
“No sirve cualquier ayuda. Tienen que existir centros, y cada vez hay más, especializados en trastornos de personalidad o en TLP que contemplan sobre todo una ayuda multidisciplinar”, explica Josep Ramón Doménech, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada.
Otro de los problemas de no detectarse y de no tener ningún tipo de tratamiento son las posibles consecuencias a corto, medio o largo plazo. Como revela el psiquiatra, éstas pueden dejar secuelas imborrables para las familias que lo viven de primera mano: “En el 10% de los casos acaban suicidándose, un 70-80% se autolesionan y otro 70-80% tienen tentativas de suicidio”, señala.
Diagnóstico y tratamiento
En evitar este negro horizonte y contribuir al bienestar de su hermana se emplea a fondo Cristina. A su hermana le diagnosticaron el TLP con 24 años; lleva 3 meses atendida en un centro y estuvo ingresada anteriormente otros 2 meses en otra institución que cerró al inicio de la pandemia. Su familia está muy preocupada.
“Es muy difícil estar con una persona con tanta inestabilidad emocional y que no tiene control sobre las cosas que le pasan. Aunque recibimos ayuda de profesionales, la situación ahora mismo es muy difícil de llevar”, comenta Cristina.
Ana Cabadas es una de las psicólogas que más de cerca está siguiendo este caso. Identifica el TLP como un trastorno de la no identidad, es decir, se trata de pacientes que no se encuentran a sí mismos. El modelo de terapia es muy importante, pero aún lo es más la manera en la que se lleva a cabo. Para empezar a ver signos de mejora requiere de bastante tiempo: “Generalmente es un tipo de terapia que tiende a prolongarse en el tiempo y muy intensiva. El paciente se va a tener que comprometer mucho y generar un gran esfuerzo”, apunta. https://www.amaitlp.org/
¿Se puede recaer?
La psicóloga revela que existe un mayor riesgo en los casos más graves o aquellos en los que se abandona el tratamiento que se prolongan de media entre 3 y 5 años. Del mismo modo, asegura que lo más difícil de eliminar y lo último que desaparece es el sentimiento de vacío tan característico en estos pacientes. Se empiezan a ver mejoras cuando disminuyen las conductas de riesgo y esto permite ir espaciando las sesiones terapéuticas.
Las circunstancias del día a día pueden propiciar que se pase de la estabilidad a la inestabilidad. La enfermedad no tiene cura y existen métodos para aliviar los síntomas, pero en ningún caso para eliminarlos por completo. En la mitad de los casos este trastorno se combina además con otro tipo de enfermedades psiquiátricas.
En España sigue habiendo un 50% de personas que tienen TLP pero que aún no han sido diagnosticados. Los expertos señalan que se es más propenso a desarrollarlo durante la adolescencia, pero no es hasta la edad adulta cuando se evidencia. Por lo general, lo sufren más las mujeres que los hombres.