Las principales potencias perfilan sus estrategias para encontrar la mejor vacuna contra el coronavirus

La carrera por encontrar el mejor tratamiento contra el COVID-19 y por supuesto la vacuna definitiva ha provocado que las principales potencias a nivel mundial pongan la maquinaria económica y científica a punto. En la actualidad, Estados Unidos es el país que tiene más investigaciones puestas en marcha, mientras que China tiene ventaja en los ensayos que ya se encuentran en la segunda etapa clínica En este sentido, la fórmula Oxford parece ser la que lleva más ventaja.

Son más de 136 ensayos en marcha en más de una decena de países que 'luchan' por ser los primeros en conseguir una fórmula segura, según datos presentados por la Organización Mundial de la Salud.

Estados Unidos es el país con más ensayos en desarrollo, ya sea de forma independiente o en colaboración con otros países, con un total de 39 proyectos. Le sigue China que cuenta con 20 investigaciones en marcha en la actualidad. Las vacunas necesitan años de investigación, pero la virulencia del virus y el impacto que ha tenido a nivel mundial ha provocado que su investigación sea una carrera de fondo, sobre todo por el valor médico y social pero también por la importancia económica que tendría su creación.

El comportamiento del organismo señala que la prueba más avanzada es la de la Universidad de Oxford y el grupo farmacéutico británico AstraZeneca. La pasada semana el laboratorio afirmó que en septiembre esperaban presentar una valoración exacta de la eficacia de la vacuna.

Por su parte, China es la nación con más investigaciones que avanzan con grandes sensaciones, hasta un total de cinco estudios que en la actualidad se encuentran valorando los efectos secundarios en personas humanas. Por su parte, Estados Unidos tienes tres en esta fase, aunque ya se ha anunciado que el próximo mes de julio una de ellas, la de Moderna/NIAID pasará a tercera fase.

Las claves para determinar si una vacuna es segura

Existen diferentes fases para determinar si una investigación pasa a la siguiente fase. En un principio, existen unas pruebas preclínicas en las que los científicos suministran la vacuna a animales como ratones o monos para ver si se produce una respuesta inmune.

Después una primera fase, donde se administra a un pequeño núcleo de personas. Segunda fase, donde se suministra a ciento de personas divididas en grupos para valorar aún más la seguridad y la capacidad de la vacuna para estimular el sistema inmunitario, y por último una tercera fase donde se administra a miles de personas y esperan a ver cuántos se infectan. Esta fase determina si la vacuna protege a la población frente al coronavirus.

Italia, Francia, Países Bajos y Alemania se unen para patentar la vacuna contra el coronavirus

El ministro de Sanidad italiano, Roberto Speranza, comunicó la pasada semana que junto con Alemania, Países Bajos y Francia se ha firmado un contrato con la sociedad AstraZeneca para el suministro de hasta 400 millones de dosis de vacunas destinadas a toda la población europea y que podrían estar preparadas a finales de año.

Se trata de la vacuna que está siendo experimentada en la Universidad de Oxford y que ha contado con la participación del grupo farmacéutico AstraZeneca y el italiano IRBM y que se encuentra en un "estado de experimentación avanzado y que finalizará en otoño con la distribución de las primeras de dosis a finales de año", explico el ministro.

"Con la firma de hoy viene un prometedor primer paso adelante para Italia y Europa. La vacuna es la única solución definitiva en Covid 19. Para mí, siempre se considerará un bien público global, el derecho de todos, no el privilegio de unos pocos", agregó. Los países de la Unión Europea (UE) se habían mostrado favorables a que la Comisión Europea (CE) diseñase un sistema para la adquisición temprana y centralizada de vacunas contra el COVID-19 y que, una vez disponibles, se distribuyan simultáneamente en función de los Estados miembros.

La Universidad de Oxford toma ventaja respecto a otras investigaciones

La Universidad de Oxford informó en un comunicado que el medicamento, que forma parte del mayor experimento mundial para evaluar la efectividad de los tratamientos existentes está dando muy buenos resultados. El tratamiento con esteroides en dosis bajas de dexametasona puede reducir hasta un tercio la mortalidad de pacientes con coronavirus. Según los investigadores, si la dexametasona, un medicamento barato y disponible en todo el mundo se hubiera utilizado durante las semanas más duras de la pandemia para tratar a pacientes ingresados se podría haber salvado, solo en Reino Unido, a cerca de 5.000 personas.

Este descubrimiento se produjo durante el conocido como ensayo RECOVERY, donde participaron 11.500 pacientes de todo el mundo de más de 175 hospitales en todo el Reino Unido. Un gran avance que según explicó Peter Horby profesor de Enfermedades Infecciosas Emergentes en el Departamento de Medicina de Nuffield de la Universidad de Oxford, la ventaja económica que presenta este medicamento puede ser clave para tratamientos futuros de coronavirus en caso de rebrotes: "La dexametasona es económica, está disponible y se puede usar de inmediato para salvar vidas en todo el mundo. Es fantástico que el primer tratamiento que ha demostrado reducir la mortalidad está disponible y asequible en todos los lugares del mundo de forma instantánea".

Paso atrás en Estados Unidos con la hidroxicloroquina

La Administración sobre Alimentación y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha anunciado la suspensión de la autorización de emergencia emitida para el uso de hidroxicloroquina, un potente antipalúdico, para tratar a pacientes contagiados de coronavirus. El propio presidente estadounidense, Donald Trump, reveló que tomaba este medicamento de forma preventiva pese a que es necesaria prescripción médica.

"A la vista de los graves accidentes cardiacos y de los demás efectos colaterales graves, los beneficios conocidos y potenciales de la cloroquina y de la hidroxicloroquina no superan a los riesgos conocidos y potenciales de su uso autorizado", ha informado la FDA en un comunicado.

En concreto, la FDA cita los resultados de un estudio clínico en pacientes COVID-19 hospitalizados que "demuestra que la hidroxicloroquina no ha tenido ningún efecto positivo en la mortalidad ni en la aceleración de la recuperación".