Niños hiperregalados: Así es la regla de los cuatro regalos, el truco definitivo para racionalizar el gasto

El gastomedio en juguetes está entre 200 y 300 euros, pero tenemos que ser conscientes de que un niño hiperregalado se sobreestimula

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Sefi García

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Reyes Magos, Papá Noel... son fechas especiales en las que nos demostramos amor también con los regalos, especialmente a los más pequeños que estarán escribiendo sus cartas. El gasto medio en juguetes en nuestro país es de entre 200 y 300 euros, un tercio de lo que destinaremos a estas fiestas. Pero tenemos que tener conciencia a la hora de hacerlo: un niño hiperregalado se sobreestimula, por la emoción, no se centra y además se vuelva egoísta y pierde la ilusión. Te contamos en qué consiste la regla de los 4 regalos.

Ilusión y exceso suelen ser los denominadores comunes de unas fechas en las que nos volcamos con los nuestros y en las que los grandes protagonistas son nuestros niños. Levantarte la mañana de Navidad, o la de Reyes y ver su cara de sorpresa e ilusión, a veces, compensa los malos ratos que nos han hecho pasar durante el resto del año. Pero cuando hacemos la carta, tenemos que tener en cuenta algunos detalles, para que los pequeños no crezcan apreciando más la cantidad que la cualidad.

“He llegado a contar entre 80 y 100 regalos debajo del árbol”, nos cuenta el sociólogo de la Universidad Oberta de Cataluña, Francesc Núñez. Esto provoca en primer lugar “que los regalos dejen de hacer ilusión-advierte- Hemos cambiado el valor de la cualidad del regalo. Antes te hacían un solo regalo, pero !Madre mia! Era la cosa más deseada del mundo. Yo recuerdo siempre aquella escena de Harry Potter en la que su primo, aquel niño tan desagradable, se siente tan ofendido y tan mal porque al año después del anterior tiene un regalo menos. Acaba haciendo ilusión el número de regalos”.

En casa de Ruth procuran que el pequeño Oliver, de dos años, no tenga demasiados regalos, y los dividen entre Navidad y Reres Magos. Hacen dos cartas.

“Este año le hemos pedido más juguetes a Papa Noel para que mi hijo tenga más tiempo para jugar con ellos antes de volver a la guardería, y un detalle a los Reyes Magos. En casa de la familia siempre dejan uno o dos regalitos los Reyes, siempre que se haya portado bien durante el año”.

Que los pequeños reciban muchísimos regalos es malo en todas las edades, “pero cuanto más pequeños, peor-explica el sociólogo- más les estamos enseñando que el valor no es la cualidad, sino la cantidad de cosas que recibe, que lo que nos hace felices es la potencia, tener a nuestra disposición mucho. Es lo que estamos enseñándoles, aunque los padre no deben sentirse mal, porque no son raritos ni monstruos, hacemos lo que en este mundo nos obligan a hacer”. Aunque en casa intentemos controlar el número, es imposible contener a la familia. Y ahí “no podemos hacer nada, porque parecerías antisocial incluso. Hay que poner diques, hablar con los tíos, con los abuelos...yo que hace mucho tiempo se esto, no lo he podido hacer. Tengo tres hijos y no he podido controlarlo. No puedes privar a los abuelos o a los tíos de que le hagan regalos a tus hijos. La Navidad es excesiva”.

Lo que sí podemos hacer es poner algunas condiciones sin parecer controladores o bordes. Pero no es nada fácil. Elena reconoce que “en las otras casas de familia “ahí si que hay bastante más descontrol y no nos hacen caso a las indicaciones”.

La regla de los cuatro regalos es un truco que puede ayudarnos a racionalizar los regalos de Navidad para los pequeños de la casa. Ahi va:

-1 regalo de algo que necesiten (que pueden ser dos o tres), ropa, una mochila, algo para el colegio...

-1 regalo cultural : unas entradas para el teatro, libros, música...

-1 regalo que realmente desee: la bicicleta, la consola, esa muñeca, un coche teledirigido...

-1 regalo que nosotros pensemos que necesita o que sea colectivo como un juego de mesa.

Es la fórmula que aplican en la casa de Elena, madre de dos pequeños. “siempre hay un libro, algo de ropa y algo que desee mucho, que en el caso de Mario, de 7 años suelen ser coches o legos. También hay un regalo colectivo, el año pasado le regalamos un trivial adaptado y fue un éxito”. A Sara, que es todavía muy pequeñita este año le traerán algo de ropa y un triciclo”.

De esta forma, explica el sociólogo, evitaremos que el plástico pueble nuestra casa y que el pequeño deseche a los cinco minutos la mitad de los regalos. Podemos recurrir a la economía para explicar el fenómeno a “la ley de los rendimientos decrecientes-compara el profesor Nuñez- cuando compramos el primer coche o tenemos la primera pareja, nos hace mucha ilusión, a la 23ª vez, ya no te hace tanta. Pues lo mismo con los juguetes, cuando abres el decimoquinto pues ya te da lo mismo”.

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