Nómadas del siglo XXI: así es la vida sobre cuatro ruedas

¿Estarías dispuesto a vender tu casa para vivir en una autocaravana con la que poder ir a donde quieras y cuando quieras? Yolanda y Julio tomaron esa decisión hace una década

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"Sería una locura dejar esta forma de vida"

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

A lo mejor les suena. Les voy a contar la historia de Fern (pónganle la cara de Frances Macdormand), una mujer que se queda sin trabajo -a muy mala edad y en plena crisis económica de 2011-, al cerrar la fábrica de materiales de construcción que permitía subsistir a los vecinos del pueblo de Empire, en Nevada, y que provoca el éxodo de casi todos. Si a esto le sumamos la muerte de su marido y el derrumbamiento de toda su realidad, es comprensible que la protagonista se aventure a un viaje sin retorno al más puro estilo de Henry Fonda y la familia Joad, los granjeros de Oklahoma de "Las uvas de la ira", tras la gran depresión de 1929.

Como en un western, Fern vende todas sus posesiones y se prepara para vivir una vida ascética, equipando su furgoneta y haciéndola habitable para poder viajar por todo el país, encarnando el auténtico espíritu de los colonos americanos (referencia de 'Nomadland'), en busca de trabajo.

Pese a que al principio parte con la idea de conseguir un trabajo fijo cerca de su anterior hogar, la precariedad del empleo con el que se va encontrando, hace que el personaje vaya acostumbrándose, cada vez más, a la soledad de su nueva vida austera llegando a abandonar la comodidad y el calor de una cama para volver a la intimidad de su furgoneta, aparcada donde puede o la dejan.

“No son sin techo; no tienen casa, que no es lo mismo. Es su elección. Tampoco les gusta la palabra ‘nómadas’. Prefieren la de pobladores. Es su elección vivir de esta forma en lugar de conformarse con un sofá en la casa de sus hijos o dejarse todo su sueldo para pagar una casa que les vendieron como el sueño americano. La elección tiene mucho que ver con la gran disparidad económica del país. Pero no hablamos de política. Quisimos mostrar la fuerza de espíritu de la gente de este país que, contra viento y marea, toma el control de sus vidas. Es algo más que un reflejo de la economía. Hay algo muy humano en el movimiento”, decía la actriz Frances Mcdormand en una entrevista.

Pero no hace falta renunciar a todo, a una vida anterior completamente estructurada y adaptada a la sociedad del siglo XXI, para vivir sobre cuatro ruedas como hacen los nómadas estadounidenses contemporáneos. Esa vida en la que se basa, tanto la película ganadora de 6 premios Óscar como la novela de la periodista Jessica Bruder, 'Nomadland: Surviving America in the Twenty-First Century'. Aunque si has sido víctima de la destrucción de empleo provocada por los últimos grandes crash financieros del 2008 o del 2011, o por la reciente crisis del coronavirus, sin ir más lejos, posiblemente hayas visto en este tipo de vida la posibilidad de una segunda oportunidad, aunque haya sido un pensamiento fugaz.

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Somos autocaravanistas por una forma distinta de ver la vida

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Julio y Yolanda, su vida en autocaravana

Por el parabrisas se filtran los primeros rayos de la mañana. Amanece. Comienza otro día. Julio, policía nacional, se pone en marcha, tiene turno, hay que ir a trabajar. Yolanda se puede quedar en la cama porque ella es ama de casa, mejor, ama y señora de su autocaravana. Aunque no remoloneará mucho tiempo entre las sábanas, siempre hay una ola que navegar, y el viento no siempre está a favor -es que Julio y Yolanda son también kitesurfistas-.

Su hogar está aparcado frente al mar en un terreno que tienen alquilado para los días de trabajo de Julio. Cuando llegan las jornadas de descanso, no se lo piensan, arrancan el motor de la Súper Monstruo - así llaman a su casa, su autocaravana, como la que salía en un episodio de los Simpson-, ponen en marcha sus 6.000 kilos y Julio conduce como si de un coche se tratara (pese a que son 9 metros de longitud), allá donde la vida los lleve.

A veces tienen un destino muy claro, pero todo se puede cambiar si al llegar no te gusta. "Viajar sin planificar porque no disponemos de hoteles y te quedas dos, tres, cinco días o te vas rápido porque no te encaja" cuentan a duo, y aunque no se definen como nómadas, es una categoría social que sí piensan alcanzar en cuanto Julio se jubile.

En su día a día, como funcionario, como policía, la diferencia con sus compañeros del Cuerpo es que ellos viven en una casa tradicional y Julio en un vehículo especial, vive sobre ruedas. "Es nuestro concepto de vida, hemos hecho una gran inversión y tenemos de todo, conexiones a internet, una televisión inteligente, paneles solares, aire acondicionado… no echamos nada en falta".

Yolanda y Julio tienen en su autocaravana todo lo que necesitan para vivir

Julio y Yolanda no se consideran nómadas, -al menos como hemos visto en la triunfadora de los grandes premios del cine-, o no son nómadas de momento. "Nuestra autocaravana está parada en un terreno que tenemos y nuestra vida es convencional, ahora en los días de descanso sí podemos ser un poco nómadas. Cuando me jubile sí seremos nómadas, estaremos recorriendo mundo sin parar. Es nuestra ilusión".

Yolanda y Julio son autocaravanistas que no es lo mismo que caravanista, porque "hay que distinguir entre una caravana y una autocaravana, esta última lleva el vehículo motor adosado a una vivienda y la normativa entre una y otra también son distintas. La caravana si la estacionas en una vía pública puedes vulnerar alguna normativa. Con la autocaravana, el pernoctar mientras no saques elementos de camping, puedes estacionar y vivir en ella" y en cualquier lugar explican.

Un autocaravanista no nace, se hace y nuestra pareja decidió hace ya una década esta filosofía de vida, “a quien coge la autocaravana un fin de semana o en las vacaciones, los hay que viven en una caravana por necesidad y luego, los que tenemos este concepto de vida que se va extendiendo cada vez más” afirman, “para nosotros es una forma de ver la vida de manera más minimalista, menos es más, al final con menos cositas te das cuenta de que funcionas y eres mucho más feliz”.

Interior de la autocaravana de Yolanda y Julio

Siete motivos para vivir sobre cuatro ruedas

Aunque Julio y Yolanda afirman que se han acostumbrado a vivir con menos, no hay nada más que ver su autocaravana, por dentro y por fuera, para comprobar que no les falta de nada, que cuentan con lo esencial que podemos tener los demás en una casa tradicional.

Les pido que me convenzan, que me den siete razones para vivir a su modo y aquí las tienen:

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Siete motivos para vivir en una autocaravana

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“Si tuviera que dejarlo, nos quitarían la esencia de nuestra vida”

Julio no puede ser más rotundo sobre su forma de vida, “yo considero que tengo casa y tengo un hogar, lo único que nuestra casa rueda y el concepto tradicional para el que lo quiera, para nosotros esta es nuestra casa”.

El resto de su familia, a los que “al principio les parecía raro, pero luego envidian porque tenemos menos ataduras”, ya no les dicen aquello de por qué no vivir en una casa tradicional, porque posibilidades tienen “podría tener una buena casa, la he tenido”, pero eso ya es pasado.

Pero como no sabemos que va a pasar mañana, si tuvieras que dejar esta forma de vida, ¿lo habéis pensado? “Sería una locura, me quitarían esta esencia de vida, a mí y a mi mujer. No podremos volver a una casa tradicional sería inviable”.

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Vivir en una autocaravana

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