Nutri-Score: una mejora en el etiquetado de alimentos con sus peros

Para obtener una etiqueta Nutri-Score los fabricantes deben solicitarlo y someter sus productos, alimentos y bebidas, a una evaluación independiente que dictaminará de su calidad

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Nutri-Score: una mejora en el etiquetado de alimentos con sus peros

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

El sistema Nutri-Score va poco a poco implantándose en el etiquetado de los productos de alimentación a la venta en España. Los clasifica con colores tipo semáforo y letras desde los más a los menos saludables. Pese a la polémica inicial por sus calificaciones y, con algunos peros, los endocrinos y expertos en nutrición consultados por COPE creen que será muy positivo para el consumidor.

De momento son solo pocos productos y todos de grandes supermercados de las cadenas internacionales los que exhiben este nuevo etiquetado en su parte frontal, absolutamente visibles para el consumidor, con su color tipo semáforo y la letra equivalente desde la A que acompaña al verde oscuro para los alimentos con mejor puntuación a la E equiparable al rojo para los menos beneficiosos para nuestra salud.

Es muy llamativo, es un flash, en una estantería tú puedes ver tres productos del mismo tipo y compararlos muy fácilmente para escoger por ejemplo el que tenga en su etiqueta más verde. Con este sistema damos un paso más porque la información nutricional que ahora se aporta no llega al consumidor porque es demasiado especializada” subraya Jordi Mañas, catedrático de Nutrición de la Universidad de Valencia y ex miembro del comité científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición

No es la única ventaja según explican los expertos consultados por COPE que consideran que las nuevas etiquetas servirán de estímulo para que la industria fabrique productos cada vez más sanos, algo que también acabará reduciendo las tasas de obesidad y de colesterol y de personas con diabetes o hipertensión.

Y es que estudios que se han llevado a cabo en algunos países donde como Francia primero se ha implantado Nutri-Score cifran en casi un 10 por ciento la mejora de la calidad de la cesta de la compra con este sistema diseñado para que diferenciemos entre productos industriales y procesados de la misma familia y lo hace en mayor medida que otros sistemas de etiquetado diseñados.

¿Cómo evalúa el sistema Nutri-Score cada producto?

Para obtener una etiqueta Nutri-Score los fabricantes deben solicitarlo y someter sus productos, alimentos y bebidas, a una evaluación independiente que dictaminará de su calidad nutricional por cada 100 gramos con una puntuación que determinará el color y la letra asignada.

Detrás de esta medición hay un algoritmo que tiene en cuenta tanto los elementos desfavorables que tiene un producto como los que son favorables para la salud tanto en su composición como en su cantidad y así para cada uno de los alimentos evaluados.

Restan nota las calorías, la sal, los azúcares y las grasas saturadas y suman puntos los que tienen un alto contenido en fibra o proteínas además de los que contienen frutas, hortalizas, legumbres o frutos secos.

Y todo porque una alimentación desequilibrada o pobre desde el punto de vista nutricional nos expone a sufrir con mayor probabilidad enfermedades no transmisibles, que son la principal causa de morbilidad y mortalidad en Europa.

¿Y qué ha pasado con el aceite de oliva?

Por su alto valor calórico, el aceite de oliva obtuvo inicialmente una mala calificación, un color naranja equivalente a la letra D, a pesar de que múltiples investigaciones han determinado el beneficio que tiene para la salud este producto altamente sensible para España e indisociable de la dieta Mediterránea, considerada entre las mejores del mundo.

Esta pésima puntuación desató una polémica que finalmente llevó a mejorarla al tener en cuenta que procede de un producto vegetal como es la aceituna. El problema es que ahora mismo el aceite de oliva tiene la misma calificación que otros aceites como el de colza o el de nuez. Todos han obtenido finalmente el color amarillo y la letra C a pesar de no tener los mismos beneficios para nuestra salud.

Y no es el único problema. Según explica a COPE, María José González, miembro del comité científico de www.aesan.gob.es y catedrática de toxicología de la Universidad de Alcalá de Henareshay también mucha diferencia entre un aceite de oliva normal o uno virgen y uno virgen extra y todos están en la misma categoría C por lo que, en mi opinión, hay que darle otra vuelta al tema”.

No es la única industria que ha puesto el grito en el cielo, también ha habido quejas de los fabricantes de quesos y de jamón ibérico, descontentos con su puntuación y aquí también, admiten, puede haber algún, pero en función de las características de cada producto.

Aun así y según el endocrino Pablo Suárez “el sistema no está orientado para el aceite o los quesos sino para productos procesados y enlatados o los aperitivos que cada vez vayan obteniendo un color más verde en el semáforo y que sean cada vez un poquito más sanos”.

Y es que a su juicio Nutri-Score “va a ser de mucha utilidad y se ven los efectos clínicos cuando se implanta, con mejores efectos que otros sistemas de etiquetado. Es algo que va a sumar, aunque no sea perfecto porque no se pueden tener en cuenta todas las características de todos los alimentos, pero yo creo que va a aportar bastante y nos va a ayudar a elegir los productos más sanos”.

Tampoco lo podemos fiar toda nuestra salud a un sistema de códigos como Nutri-Score. Como señala Rocio Zamanillo, experta en nutrigenómica y nutrición y profesora en la Universidad Internacional de Valencia “es una ayuda más pero la ayuda final está en cada uno de nosotros, en tener más conocimiento, más educación, más ganas de consumir alimentos naturales de los que ahora llamamos “real food” o comida real y ahí es cuando obtendremos efectos positivos”.

Y todo porque los productos frescos, a menudo los más naturales y al mismo tiempo saludables, escapan de cualquier etiquetado, también al de Nutri-Score.