El olor preferido para la mayoría de las personas del mundo: El deleite es independiente del factor cultural

Hasta ahora se creía que el gusto por un olor era algo cultural. Sin embargo, tiene muy poco que ver, ya que solo explica el 6% de la variación en la clasificación de agrado

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Puede ser que la colonia que nos echemos cada mañana nos encante y nuestra pareja la deteste. Pensamos que el gusto por ciertos olores se trata de una cuestión personal o cultural. Sin embargo, resulta que hay un olor específico que parece atraer a todas las personas del mundo, aunque sean de continentes o culturas totalmente diferentes. Así lo ha expresado un nuevo estudio publicado en la revista 'Current Biology'. Los investigadores querían averiguar si había un olor que gustase a personas de distintas partes del mundo, o si el gusto por ciertos olores es algo culturalmente aprendido.

“Tradicionalmente se ha visto como algo cultural, pero podemos demostrar que la cultura tiene muy poco que ver con ello”, explica Artin Arshamian, investigador del departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska (Suecia). Para comprobar esta hipótesis, hicieron un análisis con 225 personas de 9 culturas no occidentales diversas, 7 de ellas pertenecían a sociedades de pequeña escala (estilo de vida más tradicional).“Como estos viven en entornos odoríferos tan dispares, como la selva, la costa, la montaña y la ciudad, captamos muchos tipos diferentes de ‘experiencias olorosas'”, detalla Arshamian.

El olor a vainilla es el más agradable

Se les pidió que clasificaran los olores monomoleculares a los que habían sido expuestos en una escala de más a menos agradables. "Los participantes de nueve comunidades recibieron, diez dispositivos dispensadores de olores similares a bolígrafos, cada uno con un odorante único", comentan los autores del estudio. Los resultados, en contra de lo esperado, mostraron que la cultura solo explicaba el 6% de la variación en las clasificaciones de agrado. Hubo una coincidencia entre la mayoría de los participantes en cuanto al olor preferido: la vainilla, seguido del buitrato de etilo (huele a melocotón).

Por otro lado, el considerado como más desagradable fue el de ácido isovalérico (un olor agrio) que está presente en muchos alimentos (queso, leche de soja, zumo de manzana, etc.) y también en el sudor de los pies. Otro de los que menos gustó fue el disolfuro de dietilo (olor de patatas podridas). "Nuestros resultados demuestran que la percepción del placer del olor es en gran medida independiente de los factores culturales, como el estilo de subsistencia y la ecología, y se puede predecir a partir de las propiedades fisicoquímicas de los odorantes", resaltan los investigadores. Los olores que escogieron para el experimento fueron basados en un estudio previo que había analizado a ciudadanos de las zonas urbanas de Nueva York, los cuales valoraron 476 moléculas distintas como agradables.

Según los expertos, la razón por la que las personas consideran unos olores más deleitosos que otros (independientemende de la cultura a la que pertenezcan) podría ser que esos aromas ayudaron a la supervivencia del ser humano durante su período de evolución. “Ahora sabemos que existe una percepción universal de los olores que se rige por la estructura molecular y que explica por qué nos gusta o no un determinado olor”, dice el investigador, a lo que añade que “el siguiente paso es estudiar por qué esto es así vinculando este conocimiento a lo que ocurre en el cerebro cuando olemos un olor concreto”.

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