Los padres, el motor del cambio social en el acceso de los menores al móvil

Decenas de miles de familias se unen para limitar el uso y la edad de acceso a los teléfonos inteligentes

Niños jugando con el móvil en el campo

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

10 min lectura

Aumenta la presión para que se establezcan normas que regulen el uso del móvil en adolescentes. Los padres se unen para que se acuerden limitaciones o incluso una prohibición legal hasta los 16 años o por lo menos hasta los 14. También los centros educativos plantean nuevas regulaciones para limitarlo. Son iniciativas que han reabierto un debate que no es nuevo pero que se ha pasado por alto durante año.

Daños en la salud física, mental, sexual y social, perjuicios para el neurodesarrollo y problemas de aprendizaje son según la Asociación Española de Pediatría (AEP) , las consecuencias que implica el mal uso de la tecnología por parte de niños y adolescentes, pero hoy todavía no tener móvil a los 14 años en España es la excepción y no la norma. Y es que según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el 85 por ciento de los chavales de entre 12 y 14 años tienen móvil en España.

Cada vez más asociaciones de padres movilizadas en los colegios

“Hace 10 años esto no nos lo planteábamos porque no éramos conscientes del daño que podía hacer en nuestros hijos pero creo que ahora mismo ha llegado el momento de dar un paso adelante y de cambiar muchas cosas. Nuestros hijos están expuestos a todo tipo de peligros como la pornografía y los controles parentales se quedan cortos” explica a COPE Patricia Blaya que tiene una hija de 11 años.

Como otros padres y madres considera que la presión social sigue siendo fuerte y que se incrementa en el momento en el que los hijos pasan de primaria a secundaria. Pero ya en primaria y según datos del informe de UNICEF España “Impacto de la tecnología en la adolescencia, riesgos y oportunidades”, la edad media para el acceso al primer dispositivo móvil de uso personal en España es antes de los 11 años. Y a los 13 años, ya son el 94 por ciento de los adolescentes los que tienen un smartphone.

“Mi hija no entiende que vaya a tener 12 años y que no pueda tener ese móvil que muchos de sus amigos tienen ya desde hace unos cuantos años. Y yo tengo claro que solo se lo voy a dar una vez cumplidos los 14 años, si es lo suficientemente madura y si acepta las normas con respecto al horario y otros límites para su uso”, señala Blaya.

es madre de dos hijos también forma parte de la marea de padres que han dicho basta al acceso cada vez más temprano al teléfono móvil. Persigue implicar al colegio madrileño donde están escolarizados sus hijos y al conjunto de las administraciones.

y nos hemos comprometido a retrasar la compra de móvil con acceso a Internet hasta los 14 a 16 años. Además los padres nos hemos puesto en contacto con la Asociación de Padres de Alumnos (APA) y el Consejo Escolar para que trasladen esta inquietud y nos apoyen con este compromiso”, señala.

Estas madres consideran muy positivas iniciativas como la adoptada esta semana en Italia para establecer un control parental estatal en los móviles de los menores de edad limitando el acceso a los contenidos inapropiados para su edad relacionados con la venta de armas, los juegos de azar y las apuestas, la pornografía, las sectas religiosas, la violencia, la instigación al suicidio, el odio y la intolerancia o cualquier otra página web que promueva la anorexia o el uso de drogas.

Piden que también en España las instituciones colaboren para educar y concienciar a la sociedad de los riesgos que implica el uso del móvil por parte de niños y adolescentes.

Creado a comienzos de noviembre en la localidad barcelonesa de Poblenou, el grupo de Telegram Adolescencia Libre de Móviles surgió de muchos grupos de WhatsApp de madres que compartían las noticias que les preocupaban sobre el uso de móviles en los niños. En pocas semanas ha logrado 10.000 seguidores en toda España.

La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha llegado a alertar de que la edad media de acceso a la pornografía entre menores se sitúa en los ocho años. Otro informe de la ONG Save The Children señala que el 53 por ciento de los usuarios ven pornografía antes de los 13 años y de ellos casi un 9 por ciento antes de los 10 años.

De un gran debate público y medidas estatales a pedir la prohibición

Un paso más allá van otras dos madres y profesoras que han logrado ya 60.000 firmas de apoyo en la plataforma ciudadana Change.org a su petición de formalizar la prohibición del acceso al móvil por ley que planean llevar al Congreso de los Diputados.

Natalia Jiménez defiende la prohibición hasta los 16 años: “no estoy defendiendo prohibir el acceso total a la tecnología pero no hace falta que sea desde un dispositivo que tienen en el bolsillo las 24 horas. Sé que prohibir el móvil puede hacerlo más atractivo para los adolescentes pero lo equiparo a lo que sucede con el alcohol y las drogas que pueden ser atractivos para los jóvenes pero no por ello dejamos de prohibirlos porque sabemos el daño que hacen sobre todo a estas edades”.

En su experiencia como docente también nota un cambio en el alumnado que cree achacable en parte al uso constante de las redes sociales, plataformas audiovisuales de pago, músicas vídeo juegos en la que según un estudio de la Fundación FAD Juventud los jóvenes pasan 7 horas al día siendo la gestión del uso de pantallas el primer problema para la convivencia familiar, concretamente para el 47 por ciento de las familias.

“Los profesores cada vez tenemos que inventarnos nuevas dinámicas para cambiar la forma en la que explicamos los contenidos porque los alumnos desconectan y más de una vez nos encontramos con que no saben lo que se les pide en un ejercicio porque no llegan a leer el enunciado hasta el final porque les parece demasiado largo”, lamenta Jiménez.

No son los únicos problemas de forma que según subraya Ángela Sánchez Pérez, que defiende la prohibición del uso del móvil por ley hasta los 14 años , tras constatar en el aula “problemas muy graves de acoso escolar y de déficit de atención además de cansancio” por el uso nocturno de las pantallas.

Otros profesores como Patricia Sáenz Valiente, coordinadora del área TIC de los Grados de Maestro y Pedagogía y de la Especialidad Tecnología e Informática del Máster de Profesorado en UNIR, piden no plantear un debate de todo o nada porque “la enseñanza online al igual que el tele trabajo han llegado para quedarse y permite el acceso a la educación a muchos colectivos que de otra forma quedarían excluidos. Hay que aprovechar el potencial que tiene la tecnología para la educación”.

Varias comunidades autónomas, entre ellas Madrid, Galicia y Castilla, la Mancha, han prohibido el uso del móvil en el aula aunque dando margen a los centros para decidir su uso con fines pedagógicos. Y el Consejo Escolar de Cataluña debate con la comunidad educativa este mes y también en diciembre sobre la regulación del móvil. Los expertos consultados por COPE recomiendan limitar o prohibir tanto en clase como en recreos el uso recreativo pero sin que ello afecte a la tarea de educar a los niños en sus habilidades tecnológicas.

El acompañamiento y supervisión más eficaces que la prohibición

Más que por la prohibición, la psicóloga Raquel Huéscar aboga por el acompañamiento y la educación digital además de fomentar espacios y tiempos sin móvil: “más que el control lo importante es la comunicación, hablar con nuestros hijos de qué aplicaciones consultan, qué buscan en ellas, por qué recurren a ellas y saber para qué están usando las pantallas, explorar con ellos si lo hacen para tratar de aliviar el sufrimiento o bien porque están aburridos o simplimente para contactar con otras personas. Así conoceremos mejor a nuestros hijos y podremos fomentar un uso razonable que no venga a tapar otras angustias que produce en ocasión la evasión que permiten las pantallas”.

A su juicio la edad para entregarle un primer móvil a un hijo va a depender de toda una serie de factores “el grado de madurez del niño, de la necesidad, de su capacidad para aceptar normas y de nuestra propia capacidad para enseñar, educar y supervisar a nuestros hijos en el uso responsable de la tecnología”.

Amaya Prado es también psicóloga y cree importante la reflexión que se ha abierto en torno a la necesidad de retrasar el darles el primer móvil a los hijos a edades en las que sean más maduros. Y más que los filtros o los sistemas de control parental considera esencial la supervisión de los padres “estar al tanto de lo que hacen nuestros hijos en las redes, discutir las pautas de uso y los límites de tiempo además de la educación para un uso seguro y responsable de Internet”.

Es también lo que sostienen de la AEP tras señalar esta semana en un comunicado que “los estudios científicos no han demostrado, por el momento, que las prohibiciones indiscriminadas en el uso de los dispositivos móviles supongan un beneficio para la salud de los niños y adolescentes". Más que la edad a la que se empieza a utilizar el dispositivo y según los pediatras los riesgos dependen del uso que hacen los propios padres del móvil, de si hay limites, de la finalidad para la que se usa, de los contenidos que se visualizan, de la madurez del niño y del acompañamiento de la familia”.

“Pensar que sólo instaurando una prohibición, el problema del uso inadecuado de los teléfonos móviles se va a resolver, puede hacer que no se haga hincapié por parte de las familias y las instituciones en estos otros factores", señalan al tiempo que abogan por una acción colectiva y consensuada entre los padres, los centros escolares, las instituciones, las tecnológicas y la sociedad en general para brindar la mayor protección a los niños ante los potenciales riesgos de la pantalla y por enseñarles ha hacer un uso saludable de los dispositivos generales a cualquier edad.

Pero hoy todavía y según refleja un estudio del INE, 6 de cada 10 niños y adolescentes de entre 10 y 15 años no tienen reglas en casa sobre cómo usar estos dispositivos.

¿Y qué dicen los jóvenes y los expertos de esta limitación?

Ruth López Torrijos Moya tiene ahora 17 años y lleva 4 años utilizando un móvil, su balance es positivo pero no esconde que quizás hubiera preferido recibir su primer dispositivo algo más tarde: “tuve mi primer móvil a los 13 años y me alegro mucho de que no me lo dieran antes porque pude formar mi propio criterio, mi personalidad y una base de conocimientos, en definitiva, mi carácter antes de tener acceso a las redes sociales. Quizás hubiera esperado más porque con 13 años sigues siendo muy impresionable a todo lo que te rodea”.

Es partidaria de reabrir el debate sobre la edad de acceso ante la evolución rápida de las tecnologías ahora también con la Inteligencia Artificial porque considera que los riesgos son crecientes, entre ellos, el sesgo constante de la información. Para ella lo bueno de disponer de un móvil ha sido el contacto con sus amigos y también el aprendizaje online y el principal problema la dependencia y el pasar más tiempo del deseable.

Una encuesta reciente de la Diputación de Barcelona a alumnos de cuarto de la ESO (15-16 años) señala que el 40 por ciento de los estudiantes admite hacer un uso excesivo de Internet que le impide realizar otras actividades necesarias. Es el doble del 21 por ciento que había en el curso 2015/2016. El último informe GEM de la Unesco también revela que en España desde 2010 se ha duplicado el tiempo que los adolescentes pasan conectados.

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