No es para prevenir caídas: para esto sirven los puntitos en el suelo antes de un paso de peatones
A diario paseamos por las ciudades sin prestar demasiada atención a lo que nos rodea, precisamente que pasen desapercibidos significa que están cumpliendo con su labor
Madrid - Publicado el - Actualizado
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A diario paseamos por las ciudades sin prestar demasiada atención a lo que nos rodea. Vemos ahora mobiliario urbano que no nos sorprende, pero que sin embargo, desconocemos. Probablemente, pasemos de largo porque no destacan visualmente o porque no nos son especialmente útiles. Sin embargo, precisamente que pasen desapercibidos significa que están cumpliendo con su labor.
Normalmente, a diario se utilizan las papeleras para alojar los residuos, los bancos para sentarse a descansar durante unos minutos pero realmente hay mucho más a parte de lo obvio. Se tratan de construcciones muy sutiles, pero con mucha utilidad.
Quizá te hayas dado cuenta de que antes de los pasos de cebra hay unos puntitos construidos en el suelo, prácticamente imperceptibles. Parece que son unas baldosas que se han colocado para rellenar, con distinto pavimento en comparación con el resto del acerado.
Sin embargo, son mucho más que eso. Son una señal táctil para que las personas invidentes puedan ser conscientes que están ante un paso de cebra y que sepan por dónde cruzar la carretera. Se llaman, según la ONCE, pavimentos podotáctiles. La organización explica que son "diferencias de textura perceptibles a través de tacto indirecto, ya sea mediante la pisada o mediante el bastón de movilidad". Añaden que "las diferencias de textura deben ser considerables para que puedan ser detectadas".
Estos puntitos suelen ir precedidos de unas estrías que han sido esculpidas en el suelo para guiar a los ciegos hasta estos cruces, una especie de cauces que llevan a estas personas hasta los pasos de peatones.
No solamente están presentes en esos lugares, están por todas partes. Si te fijas podrás encontrarlo también en lugares como los aeropuertos o en las paradas de autobuses. En las terminales, su funcionamiento es similar al de las estrías que hay antes de los pasos de peatones. También sirven para guiar a los ciegos a través de estos edificios. Son una especie de raíles sobre los que los invidentes se van moviendo de un punto importante a otro de los aeropuertos, un lugar especialmente complejo para estas personas. En las paradas de autobús, también determinan el lugar donde se debe esperar al vehículo. De igual forma, el metro tiene en el suelo unas bandas amarillas con puntos que determinan el lugar detrás del que se debe esperar la llegada del vagón.
Ciudades adaptadas para el futuro
En 2050 España será uno de los países más envejecidos del mundo, 14 millones de personas serán mayores de 65 años, el 30 por ciento de la población, una razón que invita a reflexionar sobre cuáles serán los retos relacionados con el envejecimiento en las ciudades.
"Dentro de treinta años nuestro país contará con 14 millones de personas mayores de 65 años, el 30 % de la población, y esto supone un cambio demográfico sin precedentes, ¿cómo se pueden a adaptar las ciudades a esta realidad para mejorar la calidad de vida de los séniors del futuro?", se pregunta Laura Durán, responsable de Desarrollo de Negocio y Transformación de Ikea.
"Nuestro hogar está cargado de símbolos, entre otros los objetos, que más allá de su función nos recuerdan vivencias, momentos de nuestra vida. Nuestro hogar es parte de nosotros y de nuestra historia y deberíamos facilitar que los mayores pudieran permanecer en el suyo el mayor tiempo posible", afirma la CEO.