Escarbar, saltar o investigar un cráter sin gravedad: así son los perros robot para explorar la Luna

La NASA y la ESA están "adiestrando" perros robot para explorar la meseta de Aristarchus, un gran cráter que se encuentra en la zona noroeste del hemisferio sur de la Luna

Los perros robot entrenan en un terreno lunar simulado. Imagen: ETH Zürich Robotics System Lab

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

En la ciudad de Singapur, un perro robot se ocupó -durante los peores momentos de la pandemia-, de vigilar los parques de la capital del país asiático con el fin de evitar que el virus se propagara.

Spot, que así se llama este perro robot (que luce colores llamativos: amarillo y negro), se movía por los caminos y las zonas de césped de los parques de la ciudad-estado con un objetivo fundamental que se mantuviera la distancia de seguridad entre las personas que transitaban o practicaban algún deporte por esas zonas de ocio.

Spot, con voz de mujer y en cuatro idiomas, iba emitiendo este mensaje: "mantengamos a Singapur saludable. Por su propia seguridad y la de las personas que lo rodean, por favor, permanecer al menos a un metro de distancia. Gracias".

Spot estaba encargado de vigilar que se respetaba la distancia de seguridad durante la pandemia en Singapur

Ahora les presento a Yellow que tuvo la responsabilidad de cuidar de la seguridad de, más o menos, 300.000 personas, los asistentes al último Open de Tenis de Madrid. Yellow tiene importantes capacidades desde el análisis de vídeo, detección de elementos sospechosos, reconocimiento de los mismos y la posibilidad de generar una alerta. La gran variedad de sensores que lleva incorporados le permiten recopilar datos de su entorno, desde la temperatura -por lo que puede predecir posibles incendios-, a avisar de la presencia de gases peligrosos.

Yellow, el perro robot que ayudó a vigilar la seguridad en el Open de Tenis de Madrid, descansando

Spot y Yellow, prácticamente son de la misma "raza canina" o, mejor, de la misma ingeniería robótica. Los perros robot son cada vez más frecuentes en acontecimientos cotidianos. Los hay programados para asistir a personas con discapacidad o ancianos, haciéndoles compañía y vigilándoles a la vez que pueden llevar peso y hasta, incluso, dar la pata (como nuestros perros de carne y hueso), dar vueltas a nuestro alrededor, o ponerse a dos patas; también han sido diseñados para labores de vigilancia muy útil para grandes empresas.

Sus piezas clave son cámaras, micrófonos y sensores, pero ya se trabaja en dotarles con olfato artificial. Cada vez que hay un perro robot cerca suele levantar expectación; quedan lejos aquellos primeros prototipos cuyos diseños más grandes daban respeto, hasta podríamos decir que un poquito de miedo.

Perros robot para explorar la Luna

Está lejos el día que en nuestras casas tengamos estás máquinas, aunque algunas no son excesivamente caras aún no están al alcance de todos. También falta perfeccionarlas, pero eso será mucho más rápido porque la tecnología evoluciona a gran velocidad. De momento, los perros robot son utilizados para ayudar en obras en construcción, pueden incluso tirar de un tráiler cargado con muchos kilos y sobre todo para detectar bombas y explosivos, algo que les ha servido de gran ayuda a la Policía de Massachusetts, la primera en utilizar perros no de carne y hueso.

Los perros robot también saben trabajar en equipo

Ahora, la NASA ha decidido "entrenar" a perros robot para explorar la Luna. De hecho, comenzó a entrenarlos para explorar Marte y ante la vuelta del hombre a nuestro satélite con la misión Artemis, que también llevará a la primera mujer y al primer astronauta de color a la Luna, la NASA y la ESA (la Agencia Espacial Europea), entrenan a estas máquinas inteligentes para que se comporten como perros que puedan escarbar, saltar, explorar sitios desconocidos y que sirvan de ayuda a los astronautas.

Los perros robot llevarán el nombre de LEAP -iniciales en inglés para Legged Exploration of the Aristarchus Plateau o en español exploración con patas de la meseta de Aristarchus- (Aristarchus es una de las regiones de la Luna, un gran cráter que se encuentra en la zona noroeste del hemisferio sur de la cara visible del satélite de la Tierra, que la Agencia Espacial Europea espera explorar en poco tiempo).

"Con el robot, podemos investigar características clave para estudiar la historia geológica y la evolución de la Luna, como los eyectas alrededor de los cráteres, los lugares de impacto recientes y los tubos de lava colapsados, donde el material puede no haber sido alterado por la meteorización espacial y otros procesos", reconoce Patrick Bambach, ingeniero del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar en Alemania.

De momento no se sabe cuándo estarán preparados para alunizar, su evolución está siendo satisfactoria en un terreno simulado con gravedad incluida.

Gran adaptación al terreno lunar

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No será la primera vez que se utilicen robots en el espacio, ya se han utilizado robots tradicionales que "han permitido grandes descubrimientos en la Luna y Marte, pero tienen limitaciones. La exploración de terrenos con tierra suelta, grandes rocas o con pendientes de más de 15 grados es especialmente difícil para robots con ruedas. La misión del explorador de Marte, Spirit, terminó cuando se atascó en la arena", recuerda Patrick Bambach.

Sin embargo, GLIMPSE, el perro que pisará la Luna, y que se basa en el tipo de robot ANYmal desarrollado por ANYbotics va superando con éxito las pruebas. De hecho, los investigadores se han sorprendido de lo inteligente que ha sido en sus primeras pruebas. En la superficie similar a la luna, donde la gravedad es solo una sexta parte de la de la Tierra, "ANYmal comenzó a usar un modo de locomoción similar a un salto, tal como lo hicieron los astronautas del Apolo, al darse cuenta de que saltar puede ser más eficiente energéticamente que caminar" ha señalado Florian Kehl del Spacehub de la Universidad de Zúrich (UZH) que lidera el proyecto junto con Hendrik Kolvenbach del Laboratorio de Sistemas Robóticos de ETH Zúrich.

De hecho, GLIMPSE tuvo solo dos horas y media para encontrar su camino a través del desconocido paisaje lunar hasta un cráter específico donde luego tuvo que analizar las rocas. “Después, tuvimos otra hora y media para analizar los datos. Fue un marco de tiempo muy ajustado” ha contado Florian Kehl.

Cuando esté completo, el equipo de ingenieros esperan que el perro robot tenga menos de 50 kg de masa, entonces se le pedirá a ANYmal que lleve cualquier cosa, desde sensores multiespectrales, radar para ver debajo del suelo, hasta espectrómetros para evaluar la composición de las rocas cercanas.

Superada con éxito esta primera prueba, los investigadores trabajan día y noche para optimizar GLIMPSE y que esté preparado para finales de este año.

Para lo que todavía no hay fecha es para ese primer viaje que llevaría a estos perros robot a la Luna.

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