¿Por qué beben alcohol los adolescentes?
Aunque el consumo de alcohol en España descendió considerablemente durante la pandemia, la eliminación de las restricciones podría tener un efecto rebote este verano en los menores
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La edad de inicio de consumo de alcohol en España está en torno a los 14 años. Dos tercios de los menores confiesan haber bebido alguna vez, La mitad de nuestros menores, haberse emborrachado en alguna ocasión. Son los últimos datos oficiales sobre el consumo de alcohol en menores en nuestro país. La Fundación FAD Juventud señala que el 44% se da atracones de alcohol. Con todo, nuestro país está en la media europea. (79% han bebido alguna vez, el 13% se ha emborrachado en los últimos 30 días). Los 14 años es la edad media de consumo ocasional de alcohol en los menores, pero a los 15, empiezan a consumir semanalmente. Este hábito, que se redujo durante los confinamientos está muy relacionado con el sentimiento grupal y la fiesta. Y el verano es la época más propicia.
¿Por qué beben nuestros hijos?
Nos hemos acercado hasta la FAD para saber el porqué de este comportamiento cada vez más extendido. Allí nos encontramos con Cecilia Prat, la responsable de formación de la institución. Nos señala en primer lugar la normalización del consumo de alcohol en nuestro país, y a la tendencia de los menores a adaptar cosas que vienen de otras generaciones a sus necesidades “de conseguir tanto su identidad personal como grupal: ellos consumen en la calle, beben más cerveza que vino en la comida…. Pero la razón principal es la Identidad Grupal: no quieren sentir que se quedan excluidos”. En este sentido, subraya Cecilia Prat que la decisión de beber no es siempre personal, “son automáticas: muy poco autónoma a veces. Se trata de unas una presión social importante porque identificamos esa necesidad de que un joven parece que tenga que participar en esos consumos porque si no se queda excluido dentro de su grupo de iguales o no se siente con esa etiqueta de soy joven”.
Cuidado con el posible efecto rebote
En el tiempo de restricciones por la crisis sanitaria, el consumo de alcohol bajó considerablemente en nuestro país. La encuesta web europea Alcohol y covid-19 señala que mayoría de los españoles han reducido el alcohol que toman o lo han mantenido, tanto en relación con la frecuencia de
consumo, como con el número de bebidas en cada ocasión o los episodios de consumo intensivo. Así, el 39,4% declaró haber reducido su frecuencia de consumo, el 40,2% redujo el número de bebidas en cada ocasión y el 41,9% realizó un menor número de episodios de consumo intensivo. No hay datos disgregados de menores, pero cabe deducir que, si no sales, no hay juerga, no hay presión social ¿para qué beber?
Pero este es el verano sin ninguna restricción “y esa facilidad nos hace temer que se vuelva a los niveles de antes de la pandemia pero además que el covid y el confinamiento haya podido desarrollar problemas de ansiedad estrés y eso a largo plazo puede desencadenar problemas mentales que propicien su acercamiento a las drogas y el alcohol. Habrá que analizarlo más adelante, pero sí puede ser una hipótesis importante”.
Las consecuencias
A parte de los conflictos familiares que se desencadenan en los hogares cuando un menor bebe, lo que no calculan es la repercusión que en su salud física y mental, en su desarrollo, tienen los efectos del consumo de alcohol, “les hace más daño que a las personas adultas, porque están en momento de desarrollo, están en proceso de completarse, va a interferir y puede tener problemas de difícil vuelta atrás. Afecta a partes del sistema nervioso que ver con la atención, memoria, concentración, del aprendizaje en definitiva y su ocupación principal es formarse en ese momento, y va a interferir en esa área con lo que claramente va a dificultarles ese proceso”.
La permisividad en la calle
Daniel tiene 21 años recién cumplidos, nos cuenta que cada vez ve a más “niños en la calle, cada vez se agrava más. Cuando salgo veo a más niños comprando litronas en cualquier chino, van al parque o a cualquier casa. Veo a amigos menores que van a fiestas o celebraciones con alcohol. Y la policía no les dice nada, no hay controles. Cuando yo era menor había más control, nos paraban más”.
La legislación española prohíbe el consumo de alcohol en menores de 18 años. Desde 2016 hay prometida una ley de prevención de consumo de alcohol en menores que está todavía en periodo de consultas. Sin embargo, hay mecanismos de control que no se aplican. Cecilia Prat asegura que más
que legislar, siendo muy necesario, resulta muy complicado, pero “lo importante es que la ley se cumpla, ahora la experiencia nos dice hay mucha legislación vigente que no se cumple, lo que aparece en las encuestas es que consiguen las sustancias en el comercio de barrio, y esto dificulta el alejamiento de los menores del alcohol, la disponibilidad es muy fácil, ellos mismo reflejan que la facilidad para comprar alcohol es muy grande aun siendo menores. No solo hay que regularlo, hay que cumplir el espíritu de la ley”.