Ni protocolo ni comités de garantías a un mes de la aplicación de la eutanasia

Los médicos consultados por COPE siguen sin saber cómo se concretará la denominada prestación de ayuda a morir

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Ni protocolo ni comités de garantías a un mes de la aplicación de la eutanasia

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

6 min lectura

A 30 días de la entrada en vigor de la ley de eutanasia los médicos consultados por COPE siguen sin saber cómo se concretará la denominada prestación de ayuda a morir. Cada Comunidad Autónoma debe desarrollar la letra pequeña, crear los registros de objetores y las comisiones de garantías y evaluación, pero a día de hoy los principales interrogantes no se han despejado y los sanitarios desconocen aspectos importantes, entre ellos, quien debe llevar a cabo la eutanasia.

“En la ley se habla del ejecutor que se asume, en algunos momentos, que va a ser el médico responsable del proceso, pero en otros se habla de que pueden ser equipos externos. Aún no está decidido, no se sabe quién lo va a hacer y hay muchas preguntas que no sé si el 25 de junio van a tener respuesta” explica a COPE Ricardo Martino, jefe de la Unidad de Atención Integral Paliativa Pediátrica del Hospital Niño Jesús y miembro de la Fundación Porque Viven.

No es el único interrogante como nos cuenta Luisa González anestesista en el Hospital Universitario Puerta de Hierro y vicepresidenta del Colegio de Médicos de Madrid. Tampoco se sabe “qué medicación se va a utilizar, quién la va a administrar, quien la va a preparar, en qué áreas del hospital se va a llevar a cabo. Hay una enorme desinformación tanto en la profesión sanitaria como en los pacientes que no saben realmente a lo que se enfrentan”.

Tanto Martino como González tienen claro que ellos no son médicos para acortar o alargar la vida de los pacientes, sino para cuidar de ellos. Por ello explican van a objetar, pero tampoco saben más del registro anunciado en la ley para los profesionales contrarios a aplicar la eutanasia. Y es que sigue pendiente de desarrollo como también la de las comisiones que deben velar porque se cumplan unos protocolos aún en parte por definir.

“Hay desconocimiento, no hay entrenamiento, ni formación, ni un protocolo concreto definido. La ley llega entra como un elefante en una cacharrería y va a provocar miles de complicaciones diarias en la práctica clínica”, subraya González. “Se les ha pasado la patata caliente a las Comunidades Autónomas para que en un tiempo récord organicen todo lo que la ley no hay previsto” añade Martino.

Hay alternativa: la cultura de los cuidados

Frente a la extensión de la eutanasia quieren promover la alternativa de los cuidados “decirles a los pacientes que estén tranquilos, que les vamos a cuidar y que nos les vamos a abandonar” subraya la vicepresidenta del Colegio de Médicos de Madrid quien impulsa una campaña que tienen previsto lanzar en los próximos días bajo el título “Cuidados de principio a fin” para unir a los sanitarios en el “antídoto” frente a la eutanasia: el extremar el apoyo y el acompañamiento médico, emocional, espiritual y social, en especial, en los pacientes más vulnerables y frágiles.

“Lo que yo creo que es importante es que se extienda la cultura de que cuando haya una solicitud de eutanasia los médicos se sienten a deliberar con los pacientes sobre su situación, sobre lo que les pasa y a qué responde esa petición para ayudarles más de lo que lo estamos haciendo”, considera Martino.

Dudas sobre el uso del registro de objetores

A su juicio en este proceso de deliberación también deben poder participar los médicos objetores “yo no voy a llevar a cabo eutanasias porque considero que no corresponde a la tarea de un médico, pero el hecho de ser objetor a priori no me exime, como hasta ahora, de que si un paciente me plantea que quiere morir pueda escucharle, acompañarle y ofrecerle recursos que hasta el momento no se le estaban dando porque quien saldría perdiendo es el paciente”.

Los profesionales consultados por COPE tienen dudas sobre cómo se va a utilizar ese registro y como se concretará el derecho a la objeción de conciencia que según establece la ley deberá hacerse “anticipadamente y por escrito”. “Ojalá hagamos tan bien las cosas que el menor número de pacientes pidan la eutanasia, ojalá hagamos tan bien las cosas y podamos extender este modo de hacer tanto que el menor número de profesionales estén dispuestos a eliminar el sufrimiento, eliminando al que sufre” subraya Martino.

Tanto Martino como González han participado en una campaña para promover los cuidados paliativos en España y para mostrar su clara oposición a la eutanasia tal y como han hecho durante y después de la tramitación de la ley la Organización Médico Colegial y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos. Una iniciativa bajo el título “que no cuenten conmigo” y cuyo vídeo pueden ver aquí.

Cuidados paliativos inaccesibles para 80.000 personas cada año

Casi 80.0000 personas mueren cada año sin acceder a los cuidados paliativos que necesitan según los últimos datos recopilados en España. Pablo Sastre está al frente de la Unidad de Cuidados Paliativos San Camilo y aún hoy y pese a las mejoras que se han llevado a cabo “cuesta mucho incluso en grandes hospitales que se reconozcan los paliativos como una herramienta útil para atender a los pacientes y a las familias y muchos no disponen aún de estas unidades, creo que es lo primero que se debería de plantear”.

Para este paliativista que lleva 14 años trabajando para este centro de la Iglesia "a las personas en el final de la vida lo que hay que hacer es atenderles de forma especial, con humanidad, con cariño y ternura y controlando los síntomas y no volverles locos”. Darles la atención que necesitan depende asegura de dos factores “el trabajo de todo un equipo de médicos, enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales, terapeutas y fisios entre otros que son el pilar fundamental y también muy importante es el entorno, el nuestro es privilegiado con una luz, un espacio, unas condiciones que son fundamentales”.

En la unidad de la que es responsable en la localidad madrileña de Tres Cantos atienden a 550 personas al año, algunas a domicilio porque “el enfermo debe estar donde quiera y pueda porque tiene derecho para elegir donde vivir y a elegir donde morir”. “El final de la vida es especial y hay que prestarle mucha atención. Hoy por hoy no hay un acceso equitativo y fácil a los paliativos en España. Es difícil de precisar con porcentajes porque hay muchas diferencias entre Comunidades Autónomas, algunas tienen un buen desarrollo y otras lo tienen peor” subraya.

Considera que el cambio más necesario es “facilitar que cada persona independientemente de donde viva pueda recibir los cuidados que necesita ya sea en un hospital, en una residencia, en un centro asistencial o en su casa y aún hay bastante margen de mejora tanto en la red hospitalaria como en la atención domiciliaria”.

A un mes de la entrada en vigor de la Ley de Eutanasia no sabe cómo repercutirá en el convenio que tienen firmado con los servicios sanitarios de la Comunidad de Madrid. “De momento no nos han dicho nada, sabemos que la objeción es individual y no es posible ejercerla de forma colectiva, pero el convenio que firmamos es para ofrecer cuidados paliativos de calidad y esto no incluye la eutanasia”, explica.

Y en los cuidados es en lo que quieren seguir porque como recuerda Sastre a su equipo “no le importa cuánto tiempo va a vivir una persona, sino cómo va a vivir y en hacerle sentir valioso y digno hasta el final”.

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