Qué es el botulismo, cuáles son sus principales síntomas y qué riesgos tiene contraer esta enfermedad
Esteban Pérez Almeida explica en 'Fin de semana' de COPE todos los detalles sobre esta enfermedad causada por la ingesta de alimentos contaminados, entre otros
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Unas tortillas envasadas distribuidas por el Grupo Palacios, y que se vendían en numerosas cadenas de supermercados por España, podrían estar detrás de los afectados por un brote de botulismo. Aunque la Agencia Española de Seguridad Alimantaria y Nutrición (AESAN) "no ha podido establecer una evidencia, ni en los productos ni en los procesos que relacionen causa-efecto", el grupo empresarial ha solicitado a los consumidores que hayan adquirido uno de estos productos que se abstengan de consumirlo y lo devuelvan al punto de venta en el que adquirieron para que reciban un reembolso del importe.
El botulismo está causado, generalmente, por la ingesta de alimentos contaminados con toxinas producidas por la bacteria Clostridium botulinum y rara vez por algunas cepas de Clostridium baratii, aunque también puede producirse por heridas abiertas o tratamientos cosméticos. ¿Qué es esta enfermedad? ¿Cómo se contagia y qué síntomas tiene? ¿Cuál es el riesgo de padecer botulismo? Reproduce el audio del comienzo de esta noticia para escuchar al doctor Esteban Pérez Almeida reponder a todas estas preguntas.
Principales síntomas de botulismo: debilidad, dificultad para hablar, tragar o respirar
Los organismos internacionales que se dedican a cuidar de la salud, como la OMS o el ECDC subrayan que "el botulismo es una enfermedad neuroparalítica grave causada por las BoNT producidas principalmente por la bacteria Clostridium botulinum.
La BoNT o toxina botulínica es una de las sustancias más mortales que se conocen. La enfermedad ocurre naturalmente en cuatro formas diferentes:
Y existen otras dos formas que no ocurren naturalmente: el botulismo por inhalación -liberación de toxinas en aerosoles-, y el botulismo iatrogénico, que aparece al administrarse la toxina botulínica por razones terapéuticas o cosméticas. Esto es lo que les ha ocurrido a estas personas que se han realizado tratamientos para conseguir perder peso y a los que se les ha administrado una dosis excesiva de neurotoxina botulínica (BoNT), a través de inyecciones intragástricas. Se conocen 7 tipos de toxina botulínica, siendo los tipos A, B, E y F los que generan efectos graves sobre el sistema nervioso humano.
Botulismo por la ingesta de alimentos
Los alimentos más frecuentemente asociados con el botulismo son las conservas caseras, sobre todo vegetales como guindillas en aceite, espárragos, judías verdes; pescados, incluido el atún en lata y los fermentados, salados y ahumados; y productos cárnicos.
En estos casos de botulismo transmitido por alimentos, los síntomas suelen aparecer tras un período de incubación habitual de 12-36 horas, aunque a veces puede llegar a ser de varios días. Cuanto más corto es el periodo de incubación, más grave es la enfermedad y mayor la letalidad.
Aunque el paciente puede presentar síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea, los que aparecen inicialmente son una marcada astenia, debilidad y vértigo, seguidos de visión borrosa, boca seca, disfagia y disartria. Mientras, los síntomas neurológicos siempre son descendentes (primero se afectan los hombros, posteriormente los brazos, los antebrazos y así sucesivamente); la parálisis de los músculos respiratorios puede ocasionar la muerte si no se instaura ventilación mecánica.
Según la OMS, la mortalidad se sitúa entre el 5 % y el 10 % de los casos, pero si se diagnostican y tratan precozmente, la mayoría de pacientes se recuperan, de ahí la necesidad que actuar rápido ante cualquier señal de alarma acudiendo a los servicios médicos de urgencias o llamando al 112, ha emplazado la OCU.
Como consumidor, recuerda la importancia de respetar principios básicos de seguridad e higiene y conservar los alimentos en frío y seguir las indicaciones de consumo; en el caso de las tortillas de patata envasadas, deben mantenerse refrigeradas, nunca a temperatura ambiente.
Botulismo por la cirugía estética o la cosmética
Jorge Alcalde, divulgador científico de COPE, le explicaba a Ángel Expósito en La Linterna como la toxina botulínica es "utilizada de manera purificada y en dosis muy chiquititas para producir la parálisis de los músculos en la cirugía estética o la cosmética” y detallaba que si se utiliza con dosis excesivas o sin el grado de pureza necesario “puede producir enfermedades muy graves: parálisis muscular, neuronal o la muerte de los pacientes”.
Debilidad y dificultad para hablar, tragar o respirar son los principales síntomas que presenta el botulismo, como destaca, en declaraciones a Europa Press, el doctor en biotecnología y director del Máster Oficial en Epidemiología y Salud Pública de la Universidad Internacional de Valencia, Vicente Andreu Fernández, a los que se unen otros más graves, como dolor de cabeza, visión borrosa, parálisis facial, párpado caído, pérdida de reflejos y sequedad de boca, si se trata de botulismo iatrogénico que "en los casos más graves conlleva dificultad para respirar e incluso la muerte", advierte.
También aparecen náuseas, visión borrosa, vómitos o diarreas cuando hay botulismo por alimentos y en el caso del intestinal se añaden estreñimiento y pérdida de apetito.
Los síntomas relacionados con las inyecciones de toxina botulínica por motivos estéticos mejoran a medida que el cuerpo absorbe lo que podríamos llamar el veneno. "No obstante, el tratamiento habitual dentro de las primeras 48 horas es la administración intravenosa de antitoxina botulínica, que evita o reduce el daño del sistema nervioso y el acceso a unidades de cuidados intensivos si se observa insuficiencia respiratoria", explica el doctor Fernández.
Ahora bien, "la antitoxina, aunque es capaz de inactivar la toxina botulínica y de evitar que produzca más daño al organismo, no repara el daño que ya haya sido causado por la toxina botulínica" subraya, también en declaraciones a Europa Press, el doctor Salvador Mut, director del Máster Universitario en Bioética de la Universidad Internacional de Valencia.
Para la variante de botulismo del lactante, se administra la inmunoglobulina botulínica. "En el caso del botulismo por alimentos, en especial, en alimentos que van a ser conservados, la principal recomendación es hervir los alimentos durante 10 minutos para eliminar la toxina botulínica", aconseja el doctor Andreu Fernández, que deja claro que, ante un caso de botulismo alimentario, el tratamiento puede ser el vaciado del aparato digestivo al provocar el vómito. Si se trata de botulismo por herida, puede ser necesario retirar el tejido infectado en una cirugía.