¿Qué consecuencias tiene para los niños el confinamiento?
Los expertos creen que ha llegado el momento relajar el confinamiento de los más pequeños de la casa
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El tiempo de encierro casero por el coronavirus pasa factura a los niños y en especial a su salud mental y-según expertos que asesoran al Gobierno en materia de infancia consultados por COPE como el primer defensor de menor Javier Urra- estamos al límite de conseguir que no tengan secuelas.
Y es que más incluso que el impacto de la falta de actividad física que también influye lo que observan los expertos antes de que se levanten las restricciones parcialmente y de forma controlada para que los niños puedan volver a la calle es un pérdida del sentido del tiempo y también un cierto aislamiento en una parte de los menores confinados.
“Lo que ya se aprecia es niños que se muestran más retraídos, más inhibidos, más tristes y esto puede llevar en el futuro y de prolongarse en el tiempo el confinamiento a algunas características depresivas que nos preocupan” señala Urra, psicólogo y miembro de la Academia de Psicología de España.
Para este experto y otros de los que han trasladado su opinión al gobierno es positivo que se les deje salir porque también están notando que “los niños están experimentando confusión por la presión espacial y temporal de forma que algunos ya no se acuerdan bien de como era su vida de antes cuando iban a la escuela”.
Y por ello aunque se trate de una decisión política que deben adoptar el Gobierno y las Comunidades Autónomas, creen llegado el momento relajar el confinamiento de los más pequeños de la casa.
“Los niños necesitan saltar, tomar el aire y vitamina D y por eso la propuesta es que los menores de 12 o 14 años puedan salir a la calle al menos entre media y una hora diaria” subraya Urra quien considera que “para que no tengan secuelas ni efectos postraumáticos las medidas hay que tomarlas ya, ahora”.
Hace 3 semanas que expertos y organizaciones en Infancia están estudiando la cuestión y aportando su visión al Gobierno. Y aunque no hay unanimidad han puesto el tope en la adolescencia por considerar que tienen mayor madurez que los niños y también más medios para relacionarse con sus amigos y familiares fuera del ámbito familiar.
Consideran demás que solo después de un año de encierro habría daño cerebral ya que los niños tienen aguante neurológico y porque sus casas “no son zulos aunque puedan ser pequeñas ni en ellas están privados de estímulos sino que tienen juegos, libros y tecnología que les ayudan a mantener su salud mental”.