La tercera dosis, a debate por lastrar la vacunación global frente al covid
A pesar de que la OMS no avala el uso de la tercera dosis de la vacuna anticovid, es cada vez mayor el número de países que la están administrando
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A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no avala el uso de la tercera dosis de la vacuna anti COVID es cada vez mayor el número de países que la están administrando o que prevén hacerlo en breve. Antes de que se pronuncie la Agencia Europea del Medicamento (EMA), Francia, Alemania y Reino Unido ya han anunciado que la aplicarán desde septiembre. También lo hará Estados Unidos y en Israel la dosis extra está en marcha ya desde julio.
El debate está en marcha porque no hay muchos más estudios sobre la fiabilidad de esa tercera inyección más allá de la elaborada por los propios laboratorios que fabrican las vacunas con el interés que para ellos tiene ese refuerzo de la inmunización y porque con gran parte del planeta aún por inmunizar, esas dosis de más en los países que las pueden pagar van a lastrar previsiblemente la vacunación global haciendo imposible el control de la pandemia.
¿Hay evidencia científica?
Los expertos consultados por COPE como el internista Julián Olalla coinciden con la Organización Mundial de la Salud en que no hay evidencia sobre la eficacia del refuerzo de la vacuna “no hay ensayos doble ciego aleatorizados que demuestren su impacto positivo y los que estamos a favor de una tercera dosis nos manejamos con evidencias indirectas”.
Entre esas evidencias indirectas figuran dos principales conclusiones que sí están demostradas científicamente. La primera que la protección de los anticuerpos disminuye con el paso del tiempo y la segunda que no todas las personas vacunadas quedan inmunizadas y que en ciertas personas el riesgo de perder el blindaje es mayor. Precisamente por su vulnerabilidad fueron las primeras en ser vacunadas y de ponerse en marcha la tercera dosis lo previsible es que vuelvan a serlo.
¿Quiénes deberían ser los beneficiarios de la tercera dosis?
“Los candidatos ideales son los grupos de pacientes que sabemos que inmunizan menos que la población general: trasplantados, oncológicos y personas con inmunosupresiones severas. Todos ellos junto a los más frágiles como los mayores serían los candidatos idóneos para empezar con ellos una tercera dosis”, asegura Olalla, partidario de emprender en España ese refuerzo de la inmunización en grupos de riesgo y en mayores, ocho meses después del arranque en nuestro país de la campaña de vacunación.
¿Qué debe de ser prioritario, la tercera dosis o la globalización de la vacuna?
Desde el punto de vista ético, el permitir el acceso a la vacuna se impone claramente a la administración de esas terceras dosis pero es que incluso desde la perspectiva epidemiológica puede ser lo más interesante.
“No soy partidario de la tercera dosis hasta que no tengamos unos niveles elevados de vacunación en todo el mundo y porque, de momento, mucha evidencia científica tampoco hay. Creo que hay que evitar los desastres que hemos visto en los países en desarrollo como la India porque si no nunca saldremos porque seguro que habrá alguna mutación como la Delta que nos fastidiará, aunque estemos 20 veces vacunados” explica a COPE el médico y experto en bioética Oriol Yuguero.
El mismo análisis hacen en la OMS. “Es como si damos salvavidas extra a los pasajeros que ya tienen los chalecos puestos, pero dejamos que otros se ahoguen sin ninguno”, explicaba en un tuit la semana pasada el director del Programa de Emergencias Sanitarias de la organización, Michael Ryan.