El truco infalible para poder ahorrar en papel higiénico sin tener que reducir su consumo

Como consecuencia de la inflación y la guerra en Ucrania, los precios no dejan de subir. Es por esto por lo que muchas personas se han tenido que apretar el cinturón y se han visto obligados a reducir en gastos. Todos se han decantado por una medida común: gastar menos en la compra y prescindir de algunas actividades o del ocio.

Esta situación viene arrastrada desde la pandemia por coronavirus. A pesar de ello, uno de los productos más codiciados fue el papel higiénico hasta el punto de agotarse en los supermercados. Desde entonces, muchas personas ya empezaron a tomar medidas para ahorrar en este gasto, ya que, además, es un productor que utilizamos varias veces al día, por lo que supone un importante coste mensual.

Este gasto también afecta directamente al medioambiente. Por ello, ya existen dos motivos por los que se recomienda controlar este consumo. De hecho, se pide utilizarlo de manera consciente y responsable para que el gasto afecte lo menos posible. Por ello, existen una serie de trucos y recomendaciones que ayudan tanto a reducir el consumo como a ahorrar dinero.

El ingenioso truco

Para ello existe un popular truco que resulta ser muy efectivo y algo llamativo. Consiste en aplastar el rollo de papel para que aguante más días al dificultar de esta manera que se desenrolle solo. Al aplastarlo antes de colocar, es más complicado que gire y, de esta manera, no cogeremos más papel del necesario sin darnos cuenta.

Por otro lado, hay personas que barajan otras opciones. Algunos se decantar por comprar este producto en grandes cantidades para que resulte más económico que ir comprando en paquetes pequeños. De la misma manera, para ser más sostenibles, otros prefieren cambiar el papel higiénico por toallas tela reutilizables que se puedan lavar después de casa uso.

Otro truco que puede servir, pero al que tenemos que habituarnos, es cortar siempre la misma cantidad de cuadrados de papel para controlar su uso y así no pasarnos. Aunque tendríamos que adaptarlo a nuestras costumbres.