El verano para los más pequeños lejos del cole: refuerzo sí, pero sin obligar y junto a otras actividades

Hay miles de formas de aprovechar el verano y otras miles de malgastarlo, los padres deben ver en este tiempo una buena oportunidad

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El verano para los más pequeños lejos del cole: refuerzo sí, pero sin obligar y junto a otras actividades

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Afianzar lo aprendido durante el curso puede ser una actividad más del verano para los chavales que lo necesitan, pero sin forzar. El ocio siempre es crucial y más en verano con bastante más tiempo libre que el resto del año. Lo ideal, dicen los expertos, es motivarles para que hagan actividades complementarias y tengan experiencias enriquecedoras que les ayuden en su desarrollo personal.

“El verano es cambiar de actividad y hacer más deporte, leer más, hacer senderismo, ver a la familia y a los amigos, ir al campo. Frecuentemente olvidamos lo importante que es, desde un punto de vista educativo, el tiempo de ocio y lo que vemos es que los chavales se estropean en el tiempo de ocio y, por eso, es mucho lo que nos jugamos” explica a COPE la educadora y profesora de UNIR www.unir.net Maite Mijancos.

Veranos enriquecedores

También se pueden hacer las cosas bien y llevar a niños e, incluso a adolescentes, hacia opciones que les aporten y que complementen lo aprendido durante el curso. Para ello, los padres deben hacer uso de su autoridad para llevarlos hacia opciones que, además de divertirles, contribuyan a su desarrollo y, siempre motivando más que obligando. Lo mismo es válido si lo que tratamos es de reforzar lo aprendido en el año escolar.

“Un rato de cuadernillo, si tiene 7 años y una escritura un poco mala, pues rellenarlo puede ser un momento hasta de diversión para el niño, no de obligación para el niño, tipo lo tienes que hacer sí o sí. Todo es nuestra actitud, media hora de lectura o de rellenar un cuadernillo es positivo y hay tiempo para todo" afirma Mijancos para quien “los padres deben saber vender buenas ideas a sus hijos, nunca obligar”.

Lo ideal, subraya, es que las actividades de verano “sean un complemento de las del resto del año, hacer por ejemplo un curso de inglés, mucha lectura, visitas, arte, todo lo que les haga ver más allá del día a día y de la distancia corta que ofrecen por ejemplo las pantallas que son la solución más fácil pero que ellos mismos saben que no es lo que les llena y luego están enfadados, como con mal carácter. Y en la etapa adolescentes fundamental ver amigos y relacionarse con los iguales porque si no puede haber un problema y nos debemos de preocupar”.

Gisele tiene grandes planes para el verano

Gisele tiene tan solo 5 años y grandes planes para el verano “ir a la playa, ponerme vestidos, me gusta escribir, también dibujar cosas y me gusta mucho jugar a veces al escondite”. El verano es también para ella tiempo de soñar y de imaginar cómo se ve en el futuro: “mi juego favorito es ser la maestra”.

Marta cree positivo poder buscar sus propios centros de interés

A Marta, de 14 años, el verano le parece una oportunidad para aprender de otra manera: “normalmente cuando no estás en el colegio y aprendes cosas que te interesan realmente se te queda mucho más que cuando estás obligada a estar todo el día a escuchando cosas que no te parecen tan interesantes”.

Estudiar en verano le parece “malgastar las vacaciones” pero considera "útil si lo necesitas" hacer actividades de refuerzo como los cuadernillos, aunque admite que "rellenarlos difícilmente puede ser voluntario"

Tiempo de oro

Hay miles de formas de aprovechar el verano y otras miles de malgastarlo, los padres deben ver en este tiempo una buena oportunidad. Y todo porque, según Mijancos, “el verano es un tiempo de oro para la educación. Si tienen de 7 a 12 es el tiempo de los buenos recuerdos, de familia, si son más pequeños de la observación de la estimulación. Un tiempo, si me apuras, más valioso que el de invierno”.

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