¿Por qué nos enganchamos a ver series y no podemos parar de ver capítulos?

Llegas para ver tu esperada serie, te sientas en el sofá con un gran bol de palomitas y te pones a ver tu serie preferida. Todo va perfectamente hasta que el protagonista le pasa algo inesperado y acaba el capítulo. Acto seguido un instinto te hace querer ver el siguiente capítulo sin esperar ni dos segundos para ver la resolución del conflicto. De esa manera y en pocos minutos te ves viendo un nuevo capítulo de la serie. Parece algo que nos puede sonar a todos, y de hecho es algo habitual y bastante usado en la narrativa en la narrativa audiovisual seriada. El fenómeno tiene un nombre: El cliffhanger.

El término, que literalmente vendría a traducirse del inglés “colgado de un precipicio” viene desde hace bastantes años provocando en el espectador las ansias de ver qué es lo que pasa. Su origen se dice está en la novela serializada “A pair of Blue Eyes”. Las propias palabras lo indican y hacen presagiar que si tenemos a nuestro actor preferido colgado de un precipicio, queramos ver si se salva o no. No obstante, esto es algo que con anterioridad era más propio de los finales de temporada de muchas series y que se fue extendiendo a los capítulos individuales de las mismas.

Un cambio de paradigma

Todos podemos recordar cuando llegaba ese día tan esperado, estabas toda la semana pensando en qué puede pasar en ese capítulo que terminó de forma tan suspensiva. Entre medias, lo comentabas con tus amigos, compañeros de clase, de trabajo. El día del capítulo, todos tus conocidos lo veían y al día siguiente lo comentabais hasta la saciedad. Lo único que faltaría decir es que este modelo que veíamos hace unos años está cambiando, y las nuevas plataformas de vídeo en línea están teniendo mucho que ver. El modo de visionado que muchas de ellas ofrecen al espectador es el de distribuir de forma íntegra una temporada completa.

Nuevas formas de ver

El que una temporada de una serie esté disponible al momento hace que una persona pueda ver de forma seguida y con la consecución de un episodio detrás de otro. Ya no se espera a que el siguiente capítulo se emita, se comente con los amigos y se genere una conversación social alrededor de una ficción. Una nueva forma de ver televisión se está abriendo camino, en la que el usuario es el máximo director y el que decide cuándo verlo, algo que va muy ligado al cambio de hábitos de vida, qué ver, con una oferta cada ver más amplia de series, y dónde verlo, siendo multiplataforma todas ellas. Ello permite por tanto una disposición autónoma, en la que el debate social generado es menor y en la que por tanto se refuerza el ciffhanger.

La sociedad posmoderna con un nuevo consumo y nuevos hábitos hace que se agudicen los finales suspensivos. Es por ello que probablemente cada vez más las ficciones hagan uso de ello y que cada vez más gente vea un capítulo detrás de otro ya que el lapso de tiempo que tiene que esperar es inexistente. Cuando acaba un capítulo te ponen la reproducción automática del siguiente para que no tengas que hacer absolutamente nada. Cuando te la acabas tienes dos más que ver al instante. El modelo clásico en el que se veía un capítulo semanal ya no es a todas vistas el único. Las series se convierten en largas películas con breves intermedios en el que con una oferta cada vez mayor, solo el dedo de cada uno decide cuando parar y detener esta vorágine de contenido multimedia que nos llega y nos seguirá llegando a través de nuestras pantallas.