Prótesis inteligentes, tarjetas de crédito o semáforos: ¿Qué aparatos de uso cotidiano llevan microchips?
Son un elemento clave en casi todos los sectores por lo que las principales potencias tienen claro que no van a perder la carrera ante la tecnología más avanzada.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Cuando en 1958 el físico norteamericano
inventó el microchip no se imaginaba el hito histórico que estaba a punto de marcar.
descubrimiento fue tal que corrió como la polvora, hasta el punto de
lo que le valió el
Hasta tal punto se consideran importantes estos pequeños dispositivos con circuitos electrónicos, que muchos lo consideran como el nuevo petróleo del siglo XXI.
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Pero esa gran dependencia nos hace también vulnerables ya que dependemos de ellos para nuestro funcionamiento diario, algo que ha quedado patente durante la crisis de la covid cuando muchas fábricas han paralizado su producción por la falta de microchips.
Algo que se acrecienta en el caso de la UE que no es productor significativo y depende sobre todo de Asia para obtener los componentes imprescindibles para producir los chips. Recientemente Apple tuvo que retrasar el lanzamiento de su último iPhone 12 más de un mes debido a la falta de estos componentes, y otras compañías como Sony tenían dificultades para satisfacer la demanda de la PlayStation 5.
Es por ello que Bruselas se haya propuesto revertir esta falta de autonomía aumentando la producción, de modo que para 2030 la UE represente el 20 % de la fabricación mundial de semiconductores y produzca chips de última generación, recuperando terreno en un mercado que mueve anualmente 433.000 millones de dólares y donde ha pasado de representar el 22 % del comercio mundial en 1998 a solo un 9 %.
Para ello planteará una Ley Europea de Chips que combinaría una estrategia de investigación con un aumento de la capacidad de producción, incluida la construcción de "mega-fábricas", así como la cooperación con terceros países para diversificar el suministro.
DÓNDE SE ENCUENTRAN
Si miramos a nuestro alrededor veremos que estamos rodeados de aparatos electrónicos y todos llevan alguno de estos microchips. Son elementos indispensables para cualquier producto digital y están presentes en prácticamente todos los sectores industriales. Quizás el más visible sea el de la automoción, "cada vehículo que sale de la línea de producción contiene más de 50", explica a COPE.es Esther de Aragón, autora de 'Comprar un coche eléctrico' (Editatum). De ellos dependen funciones tan importantes como "la electrónica de potencia" o lo que es lo mismo "el centro de mando, de vehículos eléctricos o híbridos".
Teléfonos, ordenadores, tablets, tarjetas de crédito, hornos microondas, semáforos, televisiones o calculadoras son solo una pequeña parte de esos aparatos cotidianos que cuentan con estos diminutos 'motores'.
También están presentes en el ámbito de la medina. Se pueden ver en prótesis inteligentes que permiten mover una mano o un pie, incluso ya hay voces que los plantean como terapias prometedoras para actuar contra enfermedades de nuestro organismo de forma localizada.
La ciencia sigue avanzando y muchos expertos vaticinan que para el 2025 todos llevaremos un chip bajo nuestra piel o instalado en nuestra retina, de forma que con un simple escaneo se puedan conocer datos personales como el historial médico.