El conflicto entre Israel y Palestina sacude Eurovisión

La política ha vuelto a ocupar un lugar destacado en el festival de Eurovisión. El conflicto entre Israel y Palestina ha estado muy presente en la gran final del certamen celebrado este sábado en Tel Aviv (Israel). La polémica ha rodeado esta edición desde el triunfo de Netta el año pasado. El llamamiento al boicot por parte de grupos propalestinos ha sido una constante e incluso representantes de algunos países que competían este año han dejado entrever su desacuerdo a que el concurso musical se celebrara en territorio israelí.

Madonna, la reina del pop, ha sido la primera en saltarse el carácter apolítico del festival y al final de su millonaria actuación ha mostrado a dos de sus bailarines cogidos por el hombro. Uno de ellos llevaba en la espalda la bandera israelí y el otro, la palestina. La UER, ente organizador del certamen, ha confirmado que la artista norteamericana ocultó este detalle de su actuación durante los ensayos. 

La banda islandesa Hatari, que ha terminado en décimo lugar, ha mostrado también su apoyo al pueblo palestino. Cuando los presentadores anunciaron su número de votos otorgados por el público, los componentes sorprendieron en pleno directo mostrando banderas palestinas. El gesto no sentó nada bien al público israelí presente en la Expo de Tel Aviv, que abucheó de manera notoria a la banda. Los miembros de Hatari publicaron también en su cuenta de Instagram una imagen de la bandera palestina y un vídeo en el que se observa cómo miembros de la organización israelíes les piden que les entreguen las banderas. 

Además, durante la segunda semifinal una activista burló las normas e irrumpió dentro de la Expo Tel Aviv, donde se ha celebrado el festival, con un cartel contra el "apartheid" israelí. La policía rápidamente actuó y la señal de televisión no captó este momento.