Alta tensión entre Juan Carlos Monedero y Cristina Cifuentes en 'Cuatro al día': "No me voy a callar"

Este jueves, Juan Carlos Monedero y Cristina Cifuentes asistieron a 'Cuatro al día' como colaboradores para debatir sobre los hechos más destacados de la actualidad, haciendo hincapié en la gestión de la pandemia y en el pacto del Gobierno con ERC para imponer una armonización fiscal en España y subir los impuestos en Madrid.

Por esto último, Monedero y Cifuentes protagonizaron un tenso enfrentamiento que desencadenó en un intercambio de opiniones, gritos y faltas de respeto, dado que no llegaban a ninguna conclusión y defendían posturas opuestas.

"A ver de dónde sale el dinero para pagar las cosas que reclamamos", comentó el fundador de Podemos tras acusar a la ex presidenta de la Comunidad de Madrid de negarse a pagar impuestos. Ante estas palabras, Cifuentes lo negó y aseguró que está a favor de los impuestos, pero que lo que no defiende "es lo que hacéis en la izquierda, que es una política confiscatoria de apropiaros el dinero de los ciudadanos".

"Si tu perdonas 6.000 millones a los ricos, son 6.000 millones que le quitas a los pobres y luego cerráis urgencias, camas de UCI y hospitales", le recriminaba Monedero. "Si quieres me callo y hablas tú. ¿Esa es tu estrategia? ¿No dejar hablar?", le decía Cifuentes algo alterada. "Que les quitas 30 euros y luego se los cobráis en el copago de las medicinas. Que no, que hacéis trampas...", agregó.

"La actitud de Madrid está rompiendo España", declaró Monedero, tras opinar que la excesiva centralización del estado no ayuda a relajar las "tensiones" entre las diferentes zonas. "Tú también tienes mucho que ver en esto", le reprochó Cifuentes. "Así tenemos la Sanidad, la Educación y el Transporte que tenemos", le respondió él.

Fue entonces cuando la discusión entre ambos se fue alterando, dado que comenzaron las interrupciones. "Por mucho que hables no me voy a callar", le replicó la del Partido Popular. Ambos comenzaron a defender sus argumentos, lo que provocó que el plató se inundara de gritos y que dejaran de escucharse mutuamente, mientras el resto de colaboradores les observaban atónitos y el presentador se vio obligado a frenar el debate.