Flipy, sobre su carrera internacional: "Volver a 'El Hormiguero' no tiene mucho sentido"
Enrique Domingo Pérez (Flipy) es un destacado cómico, guionista y productor de cine y televisión, también recordado por haber sido colaborador en 'El Hormiguero'
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Enrique Domingo Pérez, artísticamente conocido como Flipy, es un destacado productor de diversos programas de cine y televisión, además de ser cómico y guionista. Ha trabajado en diversos proyectos como 'Rufus y Navarro', 'Sabor a ti', 'La azotea de Wyoming', 'Espinete no existe', 'Muchachada Nui', 'La hora de José Mota', 'Museo Coconut', 'Se hace saber', 'Chiringuito de Pepe', 'Olmos y Robles', 'Fit Life' o 'Sopa de gansos', entre otros. De la misma manera, también ha actuado en 'Paco y Veva' y protagonizó 'Campamento Flipy'.
Aunque lleva trabajando tras las cámaras desde los inicios de su vida profesional, fue su papel en 'El Hormiguero' el que le dio un gran reconocimiento de cara a la exposición pública. Un etapa de su vida de la que tiene muy buen recuerdo, ya que "se lo pasó muy bien" y "aprendió mucho". No obstante, en 2010, decidió despedirse de Trancas y Barrancas para centrarse en su "crecimiento profesional" como productor.
Posteriormente, junto a "su hermano", fundó su propia productora, 100Balas, y "desarrollaron varias series" a nivel nacional. Con los años, decidió vender su compañía a Mediapro y crecer en el ámbito internacional, lo que se encuentra haciendo actualmente: "Estoy en Buendía Estudios y soy el responsable de contenido, bajo la línea editorial de Sonia Martínez, para América Latina y Estados Unidos de habla hispana", ha contado en una entrevista para COPE.
He pasado más tiempo trabajando detrás que delante de las cámaras, pero, al final, cuando tienes una proyección pública como la que yo tenía, la gente se queda con eso. Pero, cuando yo ya estaba haciendo 'El Hormiguero', ya estaba haciendo 'Muchachada Nui', 'La hora de José Mota'... Produciendo un montón de cosas.
He estado trabajando en Latinoamérica, creé una serie para Nickelodeon, que se llama 'Noobees'. Hicimos 120 capítulos, me marché a México. También he trabajado con HBO para hacer una serie que se estrena ahora en enero, que se llama 'Las Bravas', que también la creé yo. Y, ahora, estoy en Buendía Estudios y soy el responsable de contenido, bajo la línea editorial de Sonia Martínez, para América Latina y Estados Unidos de habla hispana. Estoy más centrado en lo internacional porque hice dos series y las dos renovaron. Cuando aquí no hacer algo, parece que ya no haces nada. Y, realmente, todo mi crecimiento ha sido por el lado internacional, en los últimos años.
Ahora mismo no. En España, no tengo ningún proyecto. Hay un periodo que es desde que dejé 'El Hormiguero' hasta hace dos años. Entonces, en ese periodo de tiempo, creé una compañía con mi hermano, 100Balas, y desarrollamos varias series. Es decir, que, durante años, estuve produciendo para nacional. La empresa la vendimos a Mediapro, salimos e hice mi camino internacional.
Llegó un momento en el que estaba muy cansado y tenia que decidirme, si quería estar delante o detrás. Me interesaba más, como crecimiento profesional, la parte de estar detrás de las cámaras. Lo estaba disfrutando mucho, tenía mucha suerte de trabajar con gente que yo admiraba y tenían mucho talento... Pero me puse detrás. Entonces, empecé a producir programas como el 'Chiringuito de Pepe', 'Olmos y Robles, 'Fit Life', 'Sopa de gansos', 'Espinete no existe'... Para mí, esta decisión fue un acierto y estoy feliz.
Es verdad que, de vez en cuando, echas de menos esa adrenalina que te daba el estar en un programa en directo o la radio, incluso actuar en un local haciendo un monólogo. Pero estar detrás de las cámaras me compensa en muchas otras cosas.
Hay una parte que, cuando has estado tantos años y disfrutas de la comedia, puedo echarlo de menos. Pero, una cosa es que se te quite el mono haciendo un programas con amigos o actuando con amigos en un local, pero no como fin profesional. Eso no.
'El Hormiguero' te exigía una dedicación muy grande porque eran todos los días de la semana, una sección que funcionaba bastante bien y dentro de un programa que ya de por sí es exigente. Además, en paralelo, yo estuve haciendo muchas otras cosas. Entonces, al final, las horas del día dan para lo que dan. Además, yo creía que tenía que evolucionar. Y la manera de evolucionar que yo quería, al menos a nivel profesional, era crear historias, producir y estar en el otro lado. Y también pensé que tenía que frenar un poco la exposición pública.
Fueron muchos años y, además, yo ya había trabajando con ellos en la radio. Con lo cual, 'El Hormiguero' de antes, éramos una familia. Cuando estábamos en la radio y salió la oportunidad de hacer 'El Hormiguero', que al principio era semanal, lo grabábamos los sábados en Barcelona y se emitía los domingo. Nos íbamos los jueves a un local de Madrid y allí probábamos el programa. Entonces, nos íbamos a un local y probábamos el monólogo de Pablo, 'Las Revistas', que era la sección de Juan y Damian, Raquel probaba cosas... El viernes, repasábamos guion, el sábado ensayábamos y el domingo lo grabábamos. Es decir, éramos una familia, de 12 meses del año estábamos 10 juntos.
Costó porque creas mucho afecto personal. También porque yo, particularmente, me lo pasaba muy bien. Me divertía mucho y había una gran parte del programa, al menos de lo que yo hacía, de improvisación. Pablo tenía claro cuál era mi experimento y cómo se hacía técnicamente, pero no tenía ni idea de si yo iba a aparecer con un loro en la cabeza o si no iba a aparecer. Entonces, esa parte molaba mucho porque, realmente, jugábamos a eso. Y esa capacidad de improvisar y sorprendernos nosotros en el día a día del programa, hacia que te lo pasaras muy bien. Además te proporcionaba un nivel de adrenalina, antes de salir, que era una pasada. Para mí, la televisión es el entretenimiento en directo. Había a veces que estaba la cámara enfocando a un plano fijo, pendiente de si iba a estallar una botella o no, y nosotros no teníamos ni idea de si eso iba a estallar o no. Entonces, nosotros estábamos como el público en casa. Nos lo pasábamos muy bien. Pero, como todo, el programa y todo el mundo tiene que evolucionar.
Yo no me llevo mal con Pablo. Pablo es un excelente profesional y no hay más que ver como el programa, pasan los años, y ahí sigue.
Sobre todo, de 'El Hormiguero' me quedó con lo que aprendí de televisión. Tuve la suerte de trabajar con Alex Miñana que, para mí, es el mejor director de programas que hay. Trabajar con mis compañeros, con todos, es con lo que me quedo. Fue una experiencia, vital y profesional, super bonita.
Si nos juntáramos todos un día, pues molaría porque estuvo guay. A mí, trabajar con Jandro, con Luis Piedrahita... Son gente que admiro, respeto, que son muy buenos amigos y muy talentosos. A Luis, además, le conozco de toda la época de cuando empezamos a hacer monólogos.
Volver a 'El Hormiguero' no tiene mucho sentido. Una cosa es hacer una broma, juntarnos, y otra cosa es volver. Yo creo que Marron defiende la sección super bien, creo que ha hecho una cosa muy inteligente, que es dar otro enfoque a la sección. Y eso es lo bueno. La sección por sí sola ya era buena. Cuando lo hacía yo se hacía de un modo más cómico y Marron le daba un toque más facultativo. Cada uno con su estilo, hace que la sección siga funcionando y sea de las más atractivas del programa. Con lo cual, creo que el programa está por encima de las personas.
Flipy es un mote de cuando era pequeño y viene porque dormía, de vez en cuando, con los ojos abiertos y, entonces, me decían que estaba flipado. Cuando empecé a hacer monólogos, había un cartel en el que ponía el nombre de los cómicos y, en mi caso, Quique. A mí me gusta, pero pensé que era anodino. Entonces, pedí que me llamaran Flipy. Y como la comedia me la tomé siempre para divertirme, he hecho mucho el idiota y me lo pasaba muy bien. Cuando haces comedia riéndote de ti, diciendo que eres idiota, puedes decir muchas otras cosas. Así que lo de Flipy encajó y me quedé con eso.
Realmente, lo que hay de mí en Flipy es que sigo lo que pienso, me gusta reírme de mí mismo y no tengo la autocensura, que es algo que se lleva mucho ahora en la comedia. Una cosa es que te censure un poder y otra cosa, que me parece terrible, es que la gente se autocensure por si le dejen de llamar o porque le preocupe Twitter. Es que a mí me importa entre poco y nada, Twitter y lo que opine la gente. Me parece de tener muy poca personalidad. SI tú tienes una propuesta, le gente puede decir cosas y reflexionar sobre ellas, incluso cambiar de opinión si te convencen ciertas cosas. Pero, de ahí a pasar a este 'buenismo' que hay ahora y este 'ofende todo'... Entonces, estoy, radicalmente, en contra de todo eso. Esa parte, cohabita entre Quique y Flipy. También el hecho de que soy despistado y me gusta divertirme. Luego, en cambio, yo soy mucho más ordenado y un montón de cosas que, a la gente cuando me conoce, le cuesta disociar.
La gente no entendía nada. Yo puse una palabra que creo que confundió a la gente o que creo que no supieron leerla, que fue la palabra 'demanda'. Lo que puse era que, creo, que, cuando tú tienes un local que es tuyo, tú decides que programas. Nadie te tiene que decir que tienes que programar. Y, luego, la gente es la que elige si viene a mi local. Lo que yo vi mal era señalar. Entonces, cuando yo dije, el dueño del local programa en función de lo que el público le demanda, eso fue error. Eso no lo tenía que haber puesto, probablemente tendría que haber dicho que sí es verdad que no programa mujeres cómicas, pero porque quizás él cree que no se demandan o incluso tuvo una mala experiencia y no ha querido repetir, eso también puede ser.
En 'La Chocita' hay un montón de cómicos que tampoco es que lo peten, de tíos. Con eso voy a que programará lo que a él le de la gana. Quizás han ido cómicas que no han llegado a un acuerdo con él o que el que programa en el local es un gañán. Yo no actúo en 'La Chocita' porque Fran, que en paz descanse, que era dueño, a mí me parecía que la política que él tenía y el cómo estrenaba determinadas cosas, a mí no me gustaba. No es que a mí se me haya perdido nada en 'La Chocita'. Pero lo que no me parecía es que la gente señale. Además, se hizo desde un sitio que es una persona que, realmente, trabaja en medios, ha tenido muchas oportunidades, actúa... Si el de 'La Chocita' es tonto y no quiere contratarte, pues vete a otro local, pero no hace falta señalar. A veces, creo, que los propios cómicos nos disparamos en el pie en muchas ocasiones. Y, cuando yo actuaba, había mogollón de mujeres actuando, cohabitábamos perfectamente y nadie se planteaba si eras un tío o una tía, o lo que quieras ser. Es que a mí me da exactamente igual ese tema, lo que quiero es que te subas a un escenario y hagas reír. Y creo que eso debería ser lo importante. Creo que siempre ha habido mujeres cómicas con mucho talento. Al principio, había muchos tíos porque no había tantas tías, pero por nada más. No porque se vetara a nadie. Esa es la realidad. Ahora hay un montón de cómicas buenísimas y han demostrado que tienen un talento increíble y que pueden estar, no solo subidas a un escenario, también presentado, entrevistando... Haciendo muchas cosas, siempre desde la óptica de la comedia. Y, cada vez, hay mas cómicas actuando en locales y yo no creo que existe esta diferenciación dentro del mundo de la comedia.