Joseba Apaolaza: "De 'Aquí no hay quien viva' puedo hablar de manera agridulce"
El actor se encuentra centrado en el teatro, aunque es popularmente conocido por participar en series como 'El Comisario', 'Aquí no hay quien viva' o 'Amar es para siempre'
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Joseba Apaolaza es un conocido actor español, tanto de series, cine o teatro. Principalmente, protagoniza ficciones vascas y se encuentra centrado en el teatro, aunque ha participado en algunas exitosas series de televisión a nivel nacional. El actor ha formado parte de series como 'Periodistas', 'El Comisario', 'Aquí no hay quien viva' o 'Amar es para siempre', siendo este último su proyecto televisivo más reciente.
A pesar de que cuenta con una larga trayectoria como actor, cree que fue 'Aquí no hay quien viva' la ficción que más ha marcado su carrera "al ser una serie muy relevante que se sigue repitiendo en distintas plataformas", a pesar de que su "aportación fue bastante breve", tal y como ha contado el propio actor en una entrevista para COPE. Sin embargo, personalmente, "la que más le ha marcado es el trabajo de 'Amar es para siempre'", ya que "tienes un personaje a desarrollar" y es como "un pequeño máster en audiovisuales también".
Desde que acabé 'Amar es para siempre', a principios de junio, estoy en casa, en Irún. Ahora, tengo tres espectáculos de teatro en repertorio. Uno es una comedia, de Philippe Claudel, que se llama 'Konpromisoa', que solo la hacemos en euskera. Luego, participo en otro espectáculo, 'Fuera de juego', un espectáculo sobre fútbol que también tenemos en repertorio. También 'Sisiforen paperak', que es una obra que se estrena este año. Esta obra en su día también pasó por Madrid y de la que me quedan todavía algunos bolos, por lo que hasta diciembre, más o menos, voy tirando así.
Sí. Básicamente, siempre ha sido así. Eventualmente, bajo a Madrid. Excepcionalmente, para un año como ha sido ahora por 'Amar es para siempre'. Pero vamos, yo tengo todo aquí. Así que, básicamente, sí, lo que hago es teatro.
Hice la especialidad de prescolar, de magisterio. Éramos de las primeras promociones que hacíamos magisterio en euskera. Entonces, acabé y enseguida se me abrió el mundo laboral. Estuve trabajando cerca de Donosti y trabajé cuatro años. Entonces, en realidad, estuve rodeado de los maestros del teatro, que son los niños. Lo que más me llegó a pesar fue el calendario, la rutina del trabajo y ya me había tentado un poco el tema del teatro, mientras ya estudiaba magisterio. Y decidí dejar la escuela y hasta hoy.
Paradójicamente, a lo que ha sido este año y pico, yo he trabajado bastante. Es verdad que con el primer impacto y el cierre, se quedaron atrás bolos, pero pudimos recuperar buena parte de ellos. Y, mientras he estado trabajando en Madrid y rodando 'Amar es para siempre', formé parte de dos espectáculos. Entonces, para mí ha sido un año bastante repleto de trabajo y de movimiento.
Quizás, por el eco que tuvo, 'Aquí no hay quien viva'. Fue una serie muy relevante y, de hecho, todavía se sigue repitiendo en distintas plataformas. Mediáticamente, sí que fue una serie importante en ese sentido, aunque mi aportación fue bastante breve. He trabajado en bastantes cosas, pero, desde luego, no ha habido nada que me haya catapultado a ningún sitio. He estado en muchas series, pero, por relevancia, 'Aquí no hay quien viva'.
Pero, últimamente, lo que más me ha marcado es el trabajo de 'Amar es para siempre'. Es un formato que da para mucho, en el sentido de que tienes un personaje a desarrollar, con mucho tiempo, con unos guionistas con tiempo para trazar un personaje e ir rellenándolo muy poco a poco. Entonces, en ese sentido, es de lo más que me ha influenciado. Ha sido como un pequeño máster en audiovisuales también.
De 'Aquí no hay quien viva' puedo hablar, en lo que a mí concierne, de manera agridulce. Yo salí de la serie de mala manera porque yo tenía la promesa expresa de la productora para seguir. Entonces, hubo un cambio de opinión y me vi fuera de la serie. Me dolió mucho porque, realmente, fue una serie que gustaba mucho y a mí me gustaba mucho. Para mí fue una experiencia intensa. Fueron 5 o 6 meses allí en Madrid y ha tenido mucha cola. A lo largo de los años, la gente me ha reconocido por ese papel, pero la salida fue un poco agridulce.
Había un compromiso verbal. De hecho, yo rechacé un par de ofertas que tenía. Y, antes de retomar el trabajo, me encontré con que habían cambiado de opinión y que habían decidido no renovarme. Son temas pasados, pero que, en su día, me dolieron bastante.
No sé la razón de su decisión. Lo que sí es cierto es que incumplieron con su palabra.
Cuando vuelves a casa con la esperanza de retomar el rodaje y seguir y, de repente, te dicen que no vuelvas... Tampoco te despides de tus compañeros, la relación termina ahí. Estas cosas pasan a menudo. Esa serie y quien la dirigía tenía esa fama también, un poco de hacer y deshacer a su antojo y de maneras despóticas. Eso es lo que había entonces y me temo que debe seguir siendo algo parecido.
Es una etapa pasada. Han pasado más de diez años, entonces, por su puesto que la tengo olvidada. No tengo ningún interés especial, en concreto trabajar con José Luis Moreno. Afortunadamente, no me ha faltado trabajo.
Fue confortable. Yo suelo insistir en que quien se pone en la piel de un personaje, antes que nadie, son los guionistas, que son quienes suelen concebir los personajes y darles un trazo. En ese sentido, una serie de esta duración, te permite el seguir vistiéndote poco a poco. Y en la medida que lo que haces y lo que dices, te relaciones en la serie, pues son congruentes y permanentes, pues siempre será mejor. Este personaje ha sido un bagaje de pocas virtudes. No solo era un villano por ser malo, también era un personaje bastante indecente en muchos sentidos. Entonces, en realidad, dulce en el sentido de poder hacer día a día y el ir ganando confianza, te hace caminar en la buena dirección. Entonces, creo que el personaje está conseguido porque ha desatado el odio de todos los que han sido espectadores de la serie.
Lo he hecho yo bien y lo ha hecho bien quien lo ha concebido, la dirección, los guionistas y todo el equipo. Al final, a un personaje hay que vestirlo, dale un despacho, hacer un trabajo de ambientación... Hacer creíble lo que el espectador ve. El equipo lleva trabajando años así y conocen el mecanismo, que me parece realmente difícil hacer una serie de emisión diaria y lo consigue a través de un gran criterio y una buena realización.
Todo depende de la responsabilidad de tu personaje. Desde luego, hay un volumen de trabajo que se concreta en unos días. En ese sentido, mi personaje era un secundario y, entonces, se me agolpaba bastante el trabajo cuando me tocaba ir. Eso sí que me ha pasado. Entonces, mis jornadas eran bastante intensas porque tenía mucho que grabar, que aprender y que estudiar. Entonces, en ese sentido, también ha sido una experiencia. Quieras o no, tu cerebro se va haciendo a lo que tienes que hacer, estudiar y retener, por lo que aprender también. Primero, tu memoria se ejercita porque no deja de ser una gimnasia y, en adelante, también aprender el cómo estar en un plató, saber equivocarte... Porque, en definitiva, el volumen que tiene que defender también es muy grande, por lo que ha sido una enseñanza muy gratificante.
Como consumidor, desde luego, las cosas han cambiado mucho. En cuanto a la manera de producirlas también. Está claro que las plataformas se han hecho con buena parte del mercado en ese sentido, son ellos los que están produciendo y generando ficción. Desde luego, hay una revolución en marcha, en la que todavía no sé hasta que punto somos conscientes. Pero, básicamente, yo creo que los cambios vienen más de lo que es el consumo que de lo que es la producción.
Suelo decirlo medio enserio, medio en broma. Yo, realmente, tengo el organismo excepcionalmente preparado para el ocio y el descanso. Entonces, me pillas paseando por el bosque y buscando hongos, no te digo más. Me toca seguir trabajando un poco más y me gustaría tener la continuidad suficiente hasta jubilarme, aunque ya sé que no es muy ambicioso, pero tampoco lo he sido nunca.
De proyectos, parece inminente y si las cosas no se tuercen, el año que viene estaré en otra producción de teatro a partir de diciembre, en el Teatro Arriaga de Bilbao, con la dirección de Calixto Bieito.