SEVILLA

Álvaro Lorenzo y su ingeniosa sencillez

Lorenzo le cortó la oreja al mejor toro de la desfondada corrida de Santiago Domecq. Garrido fue ovacionado y Cadaval silenciado.

Álvaro Lorenzo en el inicio de faena al quinto toro de Santiago Domecq, al que cortó una oreja

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El natural de mano baja fue la chispa que encendió la magnitud de una faena con la que respondió a esa concepción de ingeniosa sencillez que unifica su tauromaquia. Y es que Álvaro Lorenzo tiene el talento para ser diferencial y sacar partido de sus peculiares cualidades. La despaciosidad, el refinamiento del trazo y, sobre todo, la exquisitez y la perfección de la ligazón son valores que su hacer transmite.

Los mostró con el quinto de la tarde. Un buen toro, noble y bravo, de Santiago Domecq con el que Álvaro Lorenzo se valió del natural, trazado con pausa y minuciosidad, para hacerse con una embestida, a veces confusa, pero noble y suave.

Lorenzo se recreó en un toreo de emotivo clasicismo con tendencia a la ligereza en los primeros compases de la lidia. Sin embargo, supo después atemperar las embestidas hasta conseguir ese toreo pausado, lento y ligado, tanto con la derecha como con la izquierda, tan necesario para sumar grandeza y transcendencia a lo hecho.

La vena clásica de su concepto, su autenticidad y buen gusto, hacen de este torero un ejemplo de verdad que llega de forma emotiva a la gente. La faena, al mejor toro de la noble, aunque desfondada corrida del ganadero gaditano, fue de una importancia notable que, además, supo rubricar con la espada.

No sucedió igual con el segundo, un toro de inmensa sosería, que apretó en la primera vara para, después, hacer de la segunda un simple trámite. El diestro toledano lo intento todo y sólo consiguió trazos aislados sin emoción con una y otra mano. Faena que quedó en nada. De estocada acabó con él.

José Garrido es un torero con muchísimas posibilidades, pero tiene que profundizar en ellas. Profundizar en su buen toreo de capote y, sobre todo, en su hacer con la muleta a modo de crear el entusiasmo en el público. Es verdad que la poca fuerza del primero, de sosas embestidas, le bajó el ánimo al torero, pero no se puede crear una historia, sin historia, con atesoramientos de ausencias y verdades. Porque Garrido mostró una lidia sin inquietudes, de modo poco seriado, y sin pretensiones de construir una faena a seguir. Voluntad y poco más.

Tuvo más fe en el triunfo con el cuarto, un toro que iba y venia con manifiesta escasez de casta. Hubo algún desfase en la lidia, pero su toreo, aunque desigual, se mostró en escasos momentos interesantes al natural. Acortó las distancias con el toro prácticamente parado, pero la gente no se lo permitió.

Alfonso Cadaval es un ejemplo revelador de las inquietudes de un torero que lo quiere ser a toda costa. Vive para el toro. Ha sufrido cogidas y graves lesiones, pero la ilusión no la pierde. Sus logros son mínimos, porque no torea, y hoy tenía en la Maestranza la oportunidad de sumar para seguir. Lo hecho le servirá de poco para conseguir contratos, pero si para afianzar su concepto. Para ganar en seguridad y superación.

El sevillano toreó despacio con el capote al tercero, un toro complicado que mostraría mejor pitón izquierdo que derecho. Un toro con un punto de casta que necesitaba de una técnica pulida para doblegar las acometidas. Cadaval hurgó en los resortes de una faena compleja, por difícil, desigual, que oscilaba entre buenos, y no tan buenos, aislados muletazos a derecha e izquierda. En suma, nada que ayudase a subrayar el clima de la emoción.

El sexto, de noble embestida, creo esperanza en el prólogo de la lidia, pero un desagradable volantín le mermó las fuerzas para la posterior lidia. No obstante, el sevillano, dejó muestras de su buen gusto con el capote. Volvió a mostrar esa formas despaciosas que tanto gustan. También dejó con lentitud algún que otro natural. El toro se paró y todo quedo insuficiente.

Sevilla, miércoles 20 de abril de 2023. 3ª de abono. Media plaza.

Toros de

, de diferentes hechuras, nobles y desfondados. El mejor, el quinto, noble y bravo. Soso y parado primero y segundo; encastado y de buen pitón izquierdo, el tercero; con escasa fuerza, el cuarto; venido a menos, el sexto.

José Garrido, saludos y saludos tras aviso.

Álvaro Lorenzo, saludos y oreja.

Alfonso Cadaval, silencio y silencio.

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