3ª SAN ISIDRO

'Bastonito' de Baltasar Ibán, el primer gran toro de San Isidro

La desigual corrida del hierro madrileño enlotó un gran toro, el quinto. La terna, voluntariosa, se va de vacío.

Francisco de Manuel ante 'Bastonito' de Baltasar Ibán

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Ni 'Camarita', ni 'Saltillo', ni 'Barbarito', ni 'Sartenero', ni 'Santanero'... nombres y reatas contrastadas. Tuvo que salir en quinto lugar 'Bastonito' para reivindicar el manantial de bravura que atesora el hierro madrileño de Baltasar Ibán y que este domingo parecía resistirse a asomarse al ruedo de Las Ventas. Otro 'Bastonito' de Ibán en Madrid. Algo más grande que el prototipo clásico de la ganadería, se arrancó con alegría al peto y empujó con riñones en los dos puyazos que tomó. Después, fue un torrente de embestidas claras, enclasadas, dándose con humillación y entrega por ambos pitones. Un toro muy completo en todos los tercios. Francisco de Manuel le lució en un inicio de faena de rodillas en el centro del ruedo. Vibrantes toro y torero. Después, ya incorporado, corrió la mano con temple y largura, pero siempre con ese envaramiento y rigidez que resta armonía a la estética del diestro madrileño. Cuando tomó la zurda, el toro hizo el avión mientras la serie, y la faena, no terminaban de alcanzar la rotundidad que el astado demandaba. Una estocada corta y perpendicular hicieron caer la balanza definitivamente del lado del toro de Ibán, al que se llegó a pedir una merecida vuelta al ruedo que el palco negó. Los tendidos se dividieron después cuando Francisco de Manuel salió a saludar una ovación.

Antes, había sangrado mucho el bien hechurado primero del lote tras su paso por el caballo. Tras una buena lidia de Daniel Duarte, el diestro madrileño inició el trasteo con la pierna genuflexa abriéndole los caminos por abajo. Mientras se movió, el toro iba y venía sin humillar, echando la cara arriba siempre. Firme el torero, pero el de Iban echó pronto el cierre y no hubo opciones de lucimiento. La estocada viajó al rincón y todo quedó en silencio.

Se protestó de salida el primero de Iban. Serio, muy serio de cara pero siendo fiel a su origen Contreras y esa falta de redondez en los cuartos traseros que algunos demandaban. Empujó el toro en las dos fuertes varas que tomó. Calita estuvo muy firme ante unas embestidas exigentes por su falta de entrega. Embestía a dos velocidades. Más pronto en el cité y más mirón y descompuesto cuando llegaba al embroque. No insistió mucho el mexicano, que se fue rápido tras de la espada para dejar una estocada casi entera que se fue trasera y algo baja, lo que ralentizó la muerte del animal.

El cuarto parecía el padre de los tres toros lidiados en la primera mitad del festejo. Alto, cuajado de carnes y muy ofensivo por delante. Un toro complicado en todos los tercios que embistió a arreones y metiéndose por dentro. En la muleta fue una prenda. Sin humillar, sin celo en los engaños. Calita se puso por los dos pitones pero más allá de la actitud, poco pudo rascar el azteca. De nuevo la espada se le fue a los blandos.

Más bastito de hechuras salió el toro que abrió la dupla que tocó en suerte a Álvaro Alarcón. Un astado que se arrancó con alegría en los dos encuentros con el caballo que montó con presteza Juan Francisco Peña, que firmó dos notables puyazos. El toro, dentro su contado fondo de casta, embistió con cierta nobleza a la muleta del toledano, que dibujó varias tandas templadas y ligadas en el primer tramo del trasteo. Alargó la faena y todo se espesó después con el toro ya muy venido a menos. Lo más meritorio llegó en una buena estocada con la que pasaportó al toro.

El sexto apuntó nobleza y bondad en una embestidas que, sin embargo, no tuvieron la clase necesaria para la faena de Alarcón trascendiese más. Puso voluntad el diestro y manejó con habilidad la espada.