Bolívar se reivindica con un encastado ‘escolar’ en Las Ventas

Tuvo cadencia y sabor la media con la que Iván Vicente abrochó el saludo capotero al toro de José Escolar que abrió el Desafío. Alegre en la primera vara, se lo pensó algo más en la segunda. El cárdeno se desplazó bien por ambos pitones, si bien tuvo un tranco más por el izquierdo. El madrileño firmó una faena con desigualdades. Se acopló en una tanda por cada lado, pero al conjunto le faltó unidad. 

Hacía tres años que no asomaba por las Ventas Luis Bolívar. El colombiano lució al de Ana Romero en el caballo, tomando dos varas con clase que cobró Ismael Alcón. El susto llegó en el tercer par a cargo de El Jeringa. El toro le persiguió hasta las tablas y salto detrás de él. No llego a conseguir el salto al callejón, pero sí lanzó al subalterno contra uno de los burladeros interiores. Afortunadamente todo que en eso, en el susto aunque el peón colombiano pasó a la enfermería. Después el toro rompió a bueno en la muleta, embistiendo humillado y con clase. Bolívar corrió la mano con sitio y mando, especialmente en redondo, por donde el de Ana Romero se rebosaba más. Al natural tiró de la embestida con firmeza de plantas y largura en los muletazos. Lo cazó de una estocada delantera de la que salió el toro rodado. Unas cicateras palmas recompensaron su labor.

Alberto Aguilar se las vio en primer lugar con un toro de Escolar que manseó en los primeros tercios, haciendo sonar el estribo cuando llegó al peto del caballo. Nunca se entregó en la muleta del madrileño, que sorteó con oficio y solvencia las deslucidas acometidas del cárdeno del hierro abulense. El quinario llegó con los aceros. Solo la benevolencia del palco con la aplicación de los tiempos para los avisos impidió que sonase el tercero.

El cuarto fue un precioso cárdeno claro que sin embargo solo fue eso, fachada. Ayuno de casta y entrega, Iván Vicente bastante hizo con estar delante. Nunca rompió hacía adelante y lo liquidó de una estocada hábil.

El quinto de Escolar fue el toro que mejor metió la cara en el caballo que montó perfectamente Félix Majadas. Después el astado tuvo ritmo y transmisión en la primera parte de la faena. Bolívar volvió a mostrarse en plena madurez. Templo y se explayó en el toreo al natural. Enganchando la embestida y llevando al toro hasta detrás de la cadera. Tras dos tandas de alto nivel, el toro redujo revoluciones y comenzó a aburrirse más en sus viajes. Una estocada perfecta de ejecución y colocación dio paso a una vuelta más que merecida.

El sexto fue un toro noble de Ana Romero con el que Alberto Aguilar se comenzó a acoplar ya mediado el trasteo de muleta. El público le echó pocas cuentas pese a que dejó algún natural de buen trazo.

Madrid, domingo 24 de septiembre de 2017. 2ª de Feria. Media plaza.

Tres toros de 

 (1º, 3º y 5º), y tres más de 

 (2º, 4º y 6º), bien presentados, de entipadas hechuras. Nobles primero y segundo; deslucidos tercero y cuarto; encastado y con un buen pitón izquierdo el quinto; un sexto manejable.

Iván Vicente, saludos tras aviso y silencio.

Luis Bolívar, palmas y vuelta.

Alberto Aguilar, silencio tras dos avisos y silencio.