2ª FERIA DE OTOÑO
La calidad de “Deseado” destaca en una novillada insulsa en Las Ventas
Buen ejemplar de José González con el que Villita saluda la única ovación de la tarde. Moreno y Bastos, silenciados.
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El novillo de José González que abrió plaza, 'Deseado', manseó en los primeros tercios. Sin celo en los engaños, saliendo suelto de las suertes y apretando para adentro a los de plata. Se centró el animal cuando Villita se quedó con él en el tercio de muleta. Fácil el toledano, gustándose en los remates. Tras una buena tanda al natural, llegaron dos más a derechas de terso trazo con el novillo respondiendo con nobleza y calidad. Se le jaleó al toledano el buen concepto que posee. Bajó la nota al conjunto media estocada muy trasera. La estocada se fue al sótano.
Se aplaudió de salida la estampa del ‘Martínez’ de Quintas que hizo cuarto. Cuajado de carnes y de una preciosa capa berrenda aparejada. Lo precioso del envoltorio no tuvo correspondencia después con el comportamiento que encerraba dentro. Un escaso fondo de casta y fortaleza con el que Villita estuvo tesonero sin más.
Jesús Moreno se fue hasta el tendido 4 para brindar su faena al novillo de Condessa de Sobral al doctor García Padrós tras la grave cornada que le atendió el pasado 1 de mayo en esta misma plaza. El del hierro portugués se movió con escasa gracia y el albaceteño solo pudo mostrar su voluntad. El utrero echo pronto la persiana y aquello se fue diluyendo.
No estuvo sobrado de fortaleza el quinto de Baltasar Ibán en los primeros tercios. Pero sin ser un dechado de virtudes, sacó después nobleza y buen son en sus embestidas. No se confió Moreno en un trasteo desangelado y falto de continuidad. Con el descabello paso un mal rato. En ambos novillos fue silenciado.
Diego Bastos dejó su tarjeta de presentación en un buen quite al segundo por delantales que abrochó con una acinturada media. El primero de su lote perteneció a Guerrero y Carpintero, que llegó al tercio de muleta con el fuelle justo. El sevillano dejó patente su buen corte pero no pudo lucir con un animal que dijo muy poco. Lo avió de una estocada baja.
Con la tarde ya despeñada por los derroteros del aburrimiento, saltó un sexto de Ángel Luis Peña deslucido por su falta de entrega y clase. Bastos estuvo firme con él pero había poco donde rascar y para remontar a esas alturas de tarde.