Chover pone la pólvora y se lleva un fácil triunfo en Valencia

Regresaba a su Valencia Jesús Chover. El novillero local resultó herido en su última tarde en esta plaza. Un novillo de Los Maños casi le arrancó el brazo izquierdo al inferirle una grave cornada de 20 centímetros de extensión en la pasada Feria de Julio. En su vuelta al coso de la calle Játiva no dudó en irse a portagayola para recibir al abreplaza de Fernando Peña. Vistoso y variado con el capote, no rayó a igual altura después en un desigual tercio de banderillas. Con encastada movilidad y embistiendo humillado por ambos pitones, el de Fernando Peña no paró de acometer con entrega a la ligera muleta del novillero valenciano. Hubo más intentos de conexión con los tendidos que mando en el engaño que manejó Chover. Faltó reposo en un quehacer sin casi tiempos muertos entre tanda y tanda. Un ritmo asfixiante. Una estocada entera pero atravesada dio paso a una petición que el palco no consideró mayoritaria. La vuelta al ruedo premió su actuación.

El segundo novillo fue otra historia. Más terciada su presencia y otro comportamiento. El nivel de raza estuvo al límite, como su fortaleza de remos. Alejandro Gardel volvió a mostrar como en Valdemorillo que es poseedor de un concepto clásico del toreo. Pero poco pudo lucir con un animal de tan escasas prestaciones. Algún natural brotó con largura y buen aire en las formas dentro de un conjunto que nunca rompió. Media tendida y dos golpes de verduguillo dejaron todo en un silencio como reconocimiento de los tendidos.

Otro novillo de escaso motor y fuelle fue el tercero. Se paró prácticamente en la primera tanda. Ángel Téllez tuvo que afanarse en intentar hacer moverse al novillo del hierro toledano. Faena larga y paciente en la que a base de pulso pudo robar una tanda de buen trazo al natural ya en las postrimerías de la misma. Por insistir, el madrileño se llevó una voltereta. El mal uso del acero hizo que Téllez viese silenciada su labor.

Para completar un gran lote, Chover sorteó en cuarto lugar otro novillo de gran movilidad en el último tercio. De nuevo se vio a un novillero bullidor en todos los tercios aunque con desiguales resultados en todos ellos. Con la muleta esta vez se pudo la intención de torear con algo más de reposo en series en los que quiso relajarse y correr la mano con limpieza. Faltó siempre un punto de sometimiento ante las notables embestidas del novillo de Peña, algo que suplió con ese punto de arrebato ‘sorista’ que posee Chover. La faena siempre osciló entre las ganas puestas por el valenciano y los discretos resultados artísticos obtenidos. Un pinchazo y una estocada trasera y caída dio paso a un doble trofeo a todas luces excesivo. La dureza que mostró el palco en el primero, tornó en generoso regalo en este cuarto.

Alejandro Gardel se las vio con otro ejemplar de nulo empuje en quinto lugar. Soso y parado hasta la exasperación. El madrileño dibujó muletazos de bella factura, sobre todo al natural. Pero carecieron de la importancia que da tener un oponente de mayor entidad enfrente. Un pinchazo y una estocada arriba tumbaron al utrero.

Tampoco tuvo suerte Ángel Téllez con el deslucido sexto. Sólo lució en un recibo a la verónica que dejó varios lances de gran empaque y despaciosidad. Después, todo fue estrellarse contra el muro de mansedumbre del novillo. Sin ritmo, ni clase, ni ganas de embestir. Se afanó Téllez por sacar agua de un poco que siempre estuvo vacío de casta. Por alargarse en el metraje de la faena y fallar con espada y descabello, a punto estuvo de ver cómo caía el tercer aviso.

Valencia, lunes 12 de marzo de 2018. 3ª de Feria. Un cuarto de plaza.

Novillos de 

, de desigual presentación y dispares hechuras. En el juego, destacaron los lidiados en primero y cuarto lugar, encastados y nobles. El resto, bajos de raza y de escaso motor.

Jesús Chover, vuelta y dos orejas.

Alejandro Gardel, silencio y silencio.

Ángel Téllez, silencio y silencio tras dos avisos.