Colombo conquista Pamplona

De rodillas inició Javier Marín la faena a su primer novillo de El Parralejo. El utrero se movió con buen aire pero le faltó chispa y más fortaleza. Hubo temple por parte del navarro y también buen trazo. Pero al conjunto, como al novillo, le faltó rematar. La petición parecía que no era mayoritaria pero el palco concedió un trofeo en clave local.

Con el cuarto se volvió a ver a un Javier Marín animoso y poniendo la actitud necesaria ante un novillo que dijo muy poco. Un pinchazo dio paso a un espadazo contrario y perpendicular. Se demoró la muerte del novillo y tampoco lo vio claro con el descabello.

El primer oponente de Jesús Enrique Colombo fue un animal que duró un suspiro en la faena de muleta. Su falta de raza le hizo echarse al poco de comenzar el trasteo. Antes, el venezolano manejó con soltura el capote y colocó banderillas con facultades.

Sin embargo, Colombo se sacó la espina con el quinto, un novillo manejable pero de escasa raza con el que estuvo a un gran nivel. Corrió la mano con temple cuando el animal lo permitió, pisó los terrenos de cercanías con firmeza y se sobrepuso a una fuerte voltererta de la que salió KO tras ser arrollado por el novillo ya en el suelo. Como colofón, un perfecto volapié tanto de ejecución como de colocación. Las dos orejas cayeron por mayoría de pañuelos.

Toñete debutó en Pamplona con un novillo de tanta calidad como escasa fortaleza. El joven novillero aplicó temple y mimo para conducir con gusto las endebles embestidas del animal de El Parralejo. Gustaron sus maneras pero no cómo manejó la espada.

Esas buenas maneras salieron aún más a flote con el enclasado sexto, un buen novillo al que Toñete cuajó al ralentí al natural. Gran evolución del novillero que toreó con expresión y reunión. Pero de nuevo el fallo a espadas le alejó del triunfo.

Pamplona, miércoles 5 de junio de 2017. 1ª de Feria. Tres cuartos de plaza.

Novillos de 

, bien presentados aunque de desiguales hechuras y remates. Conjunto manejable en distinto grado pero muy faltos de raza y chispa. El más completo fue el sexto. El segundo llegó a echarse durante la faena de muleta.

Javier Marín, oreja y silencio tras aviso.

Jesús Enrique Colombo, silencio y dos orejas.

Toñete, silencio y silencio tras aviso.