El concepto de Atienza puntúa en la final de las Nocturnas de Las Ventas

Tuvo un temple exquisito el novillo de Ana Romero que abrió plaza. Lástima que no le sobrasen las fuerzas. Pablo Atienza se gustó con él desde el inicio. Templado el saludo a la verónica y después supo cogerle perfectamente el aire a la embestida del novillo. Supo acompañar perfectamente a derechas. A izquierdas costaba más al utrero seguir las telas. La intensidad se recobró al final con una estocada entera y delantera que tumbó al animal. Se pidió y concedió la oreja.

El cuarto sacó casta, para lo bueno y para lo menos bueno. Se arrancó con alegría al caballo y empujó con riñones. Exigió mucho a Atienza, que trenzó una faena con altibajos en temple y mando. Puso ganas pero faltó dar el paso al frente que demandaba la ocasión con la puerta grande entreabierta. Un bajonazo final alejó aún más cualquier posibilidad de trofeo.

El precioso segundo fue otro novillo con altas dosis de nobleza. Su gran pero fue embestir siempre con la cara a media altura. Jorge Isiegas entendió perfectamente lo que demandaba el astado y supo conducirlo con temple y profundidad a esa altura. Le exprimió por ambos pitones y evidenció uña maneras más pulidas que en su anterior comparecencia. Se pidió la oreja pero los pañuelos no llegaron a la mayoría necesaria. La vuelta al ruedo premió al conjunto.

Con el quinto, el novillero maño volvió a confirmar sus buenas maneras. El "santacoloma" tuvo un comportamiento cambiante tras un toque a destiempo de Isiegas. A partir de ahí, el animal comenzó a ponerse mirón y a medir más al chaval. Sin embargo, a base de firmeza, la faena tomó vuelo en tres tandas más en redondo. Sin embargo, el apagón con espada y descabello le dejaron poder puntuar.

Se arrancó de largo y se empleó mucho en la primera vara el tercero de Ana Romero. Tanto, que pareció salir dañado del peto. El palco lo aguantó. Sin embargo esa falta de fuerza y su escasa clase lastraron el trasteo de un Adrien Salenc que se gustó con el capote pero que con la muleta no terminó de encontrarse a gusto.

El sexto volvió a los corrales por su escasa fortaleza y no sin poner en apuros la destreza de Florito y sus cabestros. El sobrero de Dolores Rufino fue un ejemplar bajo de raza y de una embestida muy informal. Mala suerte para el novillero galo que no tuvo opción de lucimiento con un lote de escasas prestaciones.

Madrid, sábado 12 de agosto de 2017. Final del Certamen de Novilladas Nocturnas. Un tercio de plaza.

Cinco novillos de 

, bien presentados aunque de desiguales hechuras. De gran temple el primero; noble en su media altura el segundo; un tercero flojo y sin clase. El cuarto, encastado y exigente; un quinto manejable pero orientado. Un sobrero, 6º bis, de 

, bien presentado, descastado y deslucido.

Pablo Atienza, oreja y saludos.

Jorge Isiegas, vuelta y silencio.

Adrien Salenc, silencio y oreja tras aviso.