3ª FERIA ALBAHACA
El Cordobés, herido de gravedad en una tarde de más toreros que toros en Huesca
El diestro Manuel Díaz El Cordobés resultó herido en el Triángulo de Scarpa en el inicio de faena al primer toro.
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Los festivos tendidos turolenses enmudecieron de golpe cuando, nada más empezar la tarde, el primer toro cogía de lleno al Cordobés antes, incluso, de pegarle el primer capotazo. El animal hizo por él, encunándole contra las tablas. Se olía la gravedad de la cornada, que después se confirmó desde la enfermería: 20 cms en la ingle y un dedo de la mano izquierda hecho trizas.
Se hizo cargo del astado El Fandi, que calentó nuevamente los tendidos con su habitual espectáculo en banderillas. Pero poco duró el fervor, pues el de Salvador Domecq, sin fuerzas alguna, imposibilitó cualquier atisbo de lucimiento en el último tercio.
En su segundo se volvió a exhibir variedad y facultades en banderillas el granadino, que puso toda la carne en el asador en la muleta en una faena entregada, prologada de rodillas pero estropeada a última hora con los aceros.
En su tercer toro, el mismo guión: show con los palos y disposicón a raudales con la franela, logrando, incluso, muletazos entonados por los dos pitones ante un animal que apenas se prestó. Esta vez sí anduvo con tino con la tizona, pero el palco consideró que lo hecho no era suficiente para la concesión de la oreja, teniéndose que conformar con una vuelta al ruedo.
Joselito Adame, que repetía por la ausencia de Cayetano, no tuvo suerte tampoco con su lote. Su primero fue un toro que se paró enseguida, negándose a embestir, y, aunque el mexicano le echó ganas y mató de una estocada a la primera, tan sólo se llevó los plausos del respetable.
En su segundo tampoco pudo lucirse Adame, y, aunque quiso llegar a los tendidos, poca faena pudo hacer. Además pinchó en el primer intento recibiendo los aplausos del público.
En el último de la tarde, que fue espesa en todos los sentidos, le quiso dar pausa y tregua a su oponente, pero como todos los toros de hoy, malos de solemnidad, sin raza ni fuerza, Adema volvió a estrellarse contra un muro.