18ª SAN ISIDRO

David Galván mantiene el crédito ganado en este San Isidro

El gaditano da una vuelta al ruedo en una nueva mansada de Alcurrucén. Firme confirmación de Víctor Hernández.

David Galván con un muletazo por bajo al toro tercer toro de Alcurrucén

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Aceptar la apuesta de volver a Madrid en lugar de Manzanares se presentía como necesaria pero también como apuesta después de haber cortado una oreja la pasada semana. David Galván mantuvo el crédito ganado con ese trofeo este jueves tras una entonada faena al único toro de Alcurrucén que se deslizó de verdad en el último tercio. El gaditano, nuevo ojito derecho de la afición madrileña, cuajó otra vez una faena muy visual, aprovechando inercias y firmando un prólogo tan sentido como estético. Después, el toreo fundamental fluyó por momentos. Mejor cuando enganchó las nobles embestidas del de Alcurrucén que cuando quiso componer sin mando. Hasta le permitieron una ronda al natural allá entre las orejas y el costillar del toro. Pero de nuevo un final de faena a derechas de pierna genuflexa y torera envoltura elevó el diapasón de la faena. Una estocada corta dio paso a una petición que no alcanzó la intensidad necesaria para concederse la oreja. La vuelta al ruedo y el crédito intacto para Galván, revelación ya de este San Isidro.

Su segundo fue un animal basto de hechuras y de condición mansa y huidiza. Faena larga en la que lo mejor llegó en una coda final donde llevó muy toreado y sometido al pupilo de los hermanos Lozano.

El peso del cartel y de la tarde habían recaído en las espaldas de Daniel Luque tras la baja de Manzanares. Pero esta no ha sido la feria del sevillano, mal colocado en sus dos tardes isidriles, alejado de donde se parte el bacalao del bueno. A su bruto primero le dio fiesta de inicio hasta que en la parte final de faena, metido en los terrenos del toro, le robó dos tandas muy meritorias. Concepto ojedista para dejarse llegar mucho los pitones del toro a los bordados y sacar muletazos imposibles por la reducción de espacios.

Con el manso cuarto hubo menos historia que contar. El de Alcurrucén sacó mansedumbre seca y molesta entre el vendaval que a esa hora azotaba al coso venteño. Imposible del todo.

Muy digna resultó la tarde de confirmación de alternativa de Víctor Hernández, que vio como el toro de El Cortijillo preparado para la ceremonia era devuelto ya en el tercio de banderillas. El sobrero de Juan Manuel Criado escarbó mucho durante el tiempo que estuvo sobre la arena venteña, aunque después traía cierta nobleza en sus embestidas. Muy firme y siempre buscando la colocación cabal Víctor, que cuajó varias tandas al natural de buen trazo.

Con el manso y áspero sexto de Alcurrucén, el madrileño se la jugó a carta cabal dejando imagen de torero de un valor seco puesto al servicio del toreo. Robo al final de faena una notable tanda, muy mandona y profunda. Lo que debe mejorar es la espada..

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