madrid
Damián Castaño, cuestión de actitud en Las Ventas
El salmantino firma los mejores pasajes de la tarde en su primero y cae herido en el quinto. Tarde pésima de Rafael de Julia y sin concretar de Adrián de Torres ante una corrida deslucida por descastada de Adolfo Martín.

Damián Castaño, buena faena sin espada y cornada en Las Ventas
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Volver a Las Ventas a comienzos de temporada es como volver a casa después de una largo peregrinar. Volver a disfrutar de un día de toros como Dios manda: su apartado, su aperitivo, su comida con los amigos, ese paseo calle Alcalá abajo y llegar a los alrededores de la plaza para reencontrarte con los habituales haga frío o haga calor.
La empresa apostó por una corrida de Adolfo Martín como reclamo para abrir campaña. Un reclamo que funcionó al meter más de dos tercios del aforo. Después, la corrida del hierro cacereño, a excepción del noble y humillador segundo, no terminó de convencer. Faltó casta y ganas de romper hacia adelante. Los de luces también dejaron impresiones muy diferentes. Del desdibujado e inapetente Rafael de Julia, a un Adrián de Torres que no terminó de concretar nada a un Damián Castaño que volvió a gustar en Las Ventas a base de actitud. Suya fue la tarde. Para lo bueno y para lo malo en forma de cornada.
Castaño pechó como primero de su lote con un toro que humilló de principio y que rompió a bueno en el último tercio. El salmantino supo darle la distancia y bajar la mano para llevarle por abajo siempre. Tiró de la embestida e hizo crujir la plaza cuando lo llevó embarcado y sometido. La faena perdió fuerza cuando Damián quiso componer la figura y se olvidó de mandar en la embestida. El final de faena volvió a ser rotundo, pero la espada no funcionó. La ovación se antojó premio menor para lo realizado.

Natural de Damián Castaño al primer toro de su lote
El quinto no regaló ni una embestida. Todo lo que le sacó Damián Castaño fue cuestión de actitud y responsabilidad. Muy firme y valiente, en redondo robó varios redondos de mucho mérito al alargar embestidas que nacían ya dormidas y cortas. Al natural se antojaba un mundo obtener algo lucido. Aún así, el joven diestro quiso ponerse sabiendo que aquello podía acabar mal. Y así ocurrió. Le midió el de Adolfo hasta que le enganchó de forma certera. Se presintió la cornada rápidamente. Lo de Rafael de Julia después, intentando pasaportarlo, fue algo indescriptible.
Abrió plaza y temporada un astado serio de cara al que rápidamente se le vio que le iba a costar un mundo romper hacia adelante. Rafael de Julia lo probó en el inicio de faena y ahí se comprobó las dudas que despertaba el cárdeno. Se lo quitó de enmedio pronto no sin pasar alguna fatiga con el acero.
Menos le duró el cuarto. Tras un inicio de faena titubeante con tropezón incluso, pasó un calvario con la espada para intentar liquidarlo. La Goyesca del 2 de mayo se antoja una montaña imposible de escalar vista la actitud y los recursos mostrados este domingo.
Bajo de cruz y muy serio por delante salió el tercero de Adolfo para Adrián de Torres. El animal tuvo cierto fondo de nobleza, pero había que tirar mucho de la embestida. El linarense firmó una faena con intermitencias, dejando un par de naturales de buen trazo dentro de un conjunto que no acabó de tomar vuelo.
Cuando salió el sexto la noche ya estaba echada sobre Madrid y el frío calaba en los tendidos. Ni el toro de Adolfo rompió ni la faena de Adrián tampoco. No hubo pulso en el inicio de faena y el cárdeno se resintió después. Todo acabó en tablas.