Decepcionante novillada de Rocío de la Cámara

Jorge Martínez es una nueva muestra de talento para hacer de la lidia la explicación del mejor toreo. Y, también, demostración palpable de su capacidad de oficio y buen gusto en su clásica tauromaquia. Lo mejor, en la aburrida y larga tarde de nefastos utreros de Rocío de la Cámara, lo hizo él con el menos manso, el noble y flojo segundo. Fue en una simple combinación de ayudados por alto con sabor y pases, a derecha e izquierda, sin artificios con los que dejó muestra de una enorme calidad como para poner los puntos sobre las íes de su diferencial tauromaquia.

Hizo una lidia de momentos consiguiendo fragmentos importantes y emotivos. La dimensión del natural prevaleció sobre todo lo demás. Resultaron trazos brillantes e inspirados con verdadera despaciosidad que le sirvieron para culminar una faena exquisita.

Y es que el toreo del murciano, hecho torero en Almería, es sinónimo de calidad. Posee temple impecable, ritmo y profundidad en el lento avance. En este caso el trasteo al flojo novillo fue armónicamente exacto y con un punto de emotiva expresividad. Una lástima que todo lo echase a perder con una espada que manejó fatal.

Volvió a mostrar su buen concepto con el quinto, un animal sin fuerzas, muy mal picado, que le duró un suspiro. Atisbó el toreo sin llegar a conseguir nada importante.

Hubo que esperar al sexto para que El Melli, a fuerza de voluntad y ganas se impusiera a la mansedumbre, un tanto violenta, del utrero hasta conseguir pasear una oreja. Algo es algo, aunque toda la tarde estuvo sumida en el bostezo y la decepción por culpa de un encierro que en nada ayudó a los que buscaban el triunfo con ilusión. Tal vez la actitud y ambición del novillero de Sanlúcar de Barrameda fueron sus mejores armas para conseguir el objetivo. Toreó acompasado con el capote para correr después la mano en una lidia de momentos interesantes, aunque con alguna desigualdad en el cómputo de la faena que supo finiquitar con la espada.

Con el flojo y descastado tercero todo quedó en nada. Lo mejor, la estocada con la que lo mandó al desolladero.

Al debutante Víctor Hernández le devolvieron a su dos novillos por verdadera invalidez manifiesta. Tampoco los dos sobreros con el mismo hierro ganadero le sirvieron para poder mostrar la tauromaquia que se le atisba. Al primero le firmó una animada colección de pases en los que los trazos diestros y siniestros se sucedieron templados en torno a continuos pases de pecho. Hundió la espada y le ovacionaron lo hecho. Con el manso cuarto anduvo dispuesto e incluso dejó matices de ese su toreo sutil y natural que posee. Tendrá que esperar a una nueva ocasión en esta plaza.

Sevilla, domingo 7 de mayo de 2023. 1ª novillada de abono. Menos de media plaza.

Novillos de

el segundo y el tercero con el hierro de

, aceptables de presentación, mansos y flojos en general. El primero, lidiado como sobrero, noble, soso y a su aire; noble, aunque muy justo de fuerza, el segundo; flojo el tercero; muy manso el sobrero cuarto; sin fuerzas el quinto, manso de embestida violenta el sexto.

Víctor Hernández, saludos y saludos.

Jorge Martínez, saludos y saludos.

Germán Vidal "El Melli", silencio y oreja.