MADRID

La derecha de Adrián de Torres y el susto final para Ángel Sánchez en la corrida con bula venteña

El torero linarense se dejó con la espada un posible trofeo en su confirmación y el madrileño sufre una fortísima voltereta con una deslucida corrida de Adolfo Martín.

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Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Tuvo bula el encierro de Adolfo Martín en la primera corrida de toros de la Feria de Otoño. Muy cantada en las redes sociales durante su paso por El Batán, lo que demostró lo difícil que es ver toros en el campo, en los corrales y en la plaza. Muy liviana de volúmenes en su primera mitad y más cuajada pero de menos perfiles la segunda. Lo que a otras ganaderías se les hubiese criticado, a Adolfo se le perdonó en Las Ventas e incluso se ovacionó de salida a varios ejemplares muy al límite del trapío exigido en Madrid. Las cosas del neoaficionado de twitter e Instagram.

Sirva de ejemplo el primero de Adolfo, que salvó por la cara su breve anatomía. De haber lucido otra capa y otro hierro hubiesen asomado protestas preconcebidas. Confirmó con él Adrián de Torres diez años después de tomar la alternativa. Muy firme y cabal en su colocación. Siempre queriendo hacer bien las cosas. Pero el toro se deslizó con dificultades por ambos pitones. Siempre por dentro, nunca abriéndose en sus embestidas. En unas cuentas ocasiones hubo de agarrarse a los costados el de Linares para no quedar a merced del toro. Algún muletazo tuvo largura y empaque, pero al conjunto le faltó continuidad. La espada se le fue a los blandos a Adrián de Torres antes de ver ovacionada su labor.

El cuarto tuvo más cuajo que cara y se movió sin maldad durante toda su lidia, mas le faltó empuje en el tercio de muleta. De Torres mostró su concepto, llevó muy toreado al de Adolfo, con largura y expresión. Más compacto todo a derechas, por donde el toro fue más claro. Una tanda en redondo ya sobrepasado el ecuador de la faena tuvo rotundidad por el mando que imprimió a los muletazos. Tan entregado estaba que a punto estuvo de ser volteado. Volvió a la diestra sin ayuda para dejar tres muletazos a cámara lenta, aguantando las miradas y los parones del toro. Repitió fórmula en una nueva tanda, pero hubo un enganchó que rompió la continuidad del final de faena. Retomó la intensidad la coda con otra serie a derechas que fue profundo e intensa, con los tendidos valorando el buen toreo de Adrián. Pero con todo a favor, pinchó hasta en siete ocasiones antes de atronar al toro con el descabello, no sin dificultades, con el tercer aviso a punto de sonar. Los tendidos se dividieron entre quienes reconocieron el concepto de De Torres y quienes le censuraron el deficiente uso de los aceros.

Otro toro de breve anatomía y amplia testa fue el primero del lote de Román. No se empleó en los primeros tercios y llegó midiendo y orientándose en el de muleta. Estuvo dispuesto el valenciano, tragando paquete cuando tuvo que hacerlo. Quiso tirar de las embestidas del de Adolfo, pero éste no acabada de rebosarse, de ahí el mérito de aguantar los parones. Perdió las manos el toro cuando Román entró a matar, dejando un feo metisaca en los bajos. Después agarró una estocada contraria que necesitó de un golpe de descabello.

Se protestó al quinto por su falta de fuerza, aunque pareció que de lo que adolecía el toro de Adolfo Martín era de raza y acometividad. Así que la faena de Román no pasó de un simulacro entre las protestas de los de siempre. El valenciano, para empeorar todo aún más, dejó un horrendo espadazo que hizo guardia por el costillar del toro.

Ángel Sánchez tuvo como primer oponente un toro de vareada anatomía y seria cabeza al que Adrián de Torres quitó por ceñidas gaoneras antes de que el madrileño respondiese por chicuelinas. No terminó de romper el toro ni la faena de un Ángel Sánchez que se mostró correcto sin más. Faltó asiento por parte del torero, pero en su descarga, la embestida del toro de Adolfo no dio tampoco para mucho más.

El sexto se le vino encima a Ángel Sánchez en cuanto le presentó la diestra en el inicio de faena. Tremenda la voltereta, elevándole varios metros sobre el albero venteño. Volvió a la cara del toro de Adolfo el de Alcobendas para robar una serie al natural que tuvo mérito por lo que tragó el diestro. Se dormía el toro en el embroque y buscaba presa en cuanto podía. Una prenda. Se justificó con creces Sánchez, que tras dejar la espada pisó la muleta con tan mala suerte que perdió pie y el toro lo prendió de forma traicionera. Se presintió algo grave, aunque después el parte médico tranquilizó pese a la aparatosidad del percance.

Madrid, domingo 2 de octubre de 2022. 2ª de Feria. Algo más de media plaza (11.921 espectadores según la empresa)

Toros de

de veradas carnes y reducida anatomía. Algunos se taparon por la cara. Conjunto bajo de raza. Destacó la clase y el ritmo de la embestida del cuarto, ovacionado en el arrastre.

Adrián de Torres, que confirmaba alternativa, ovación tras aviso y división tras dos avisos.

Román, saludos tras aviso y silencio.

Ángel Sánchez, silencio y herido.

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