SEVILLA
La desmedida entrega y pureza de un Morante desgarrado en la Maestranza
Morante firma una de sus mejores faenas en Sevilla pero pincha y solo corta una oreja. Ortega y Rufo se van de vacío.
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Todo parecía comenzar torcido cuando asomó el cuarto de los hermanos García Jiménez. El toro se frenó cuando Morante le presentó el capote y pegó un tropezón del que salió descoordinado y arrastrando los cuartos traseros. La protesta se hizo presente en la Maestranza pidiendo la devolución de un toro por el que solo el de La Puebla parecía apostar. Y después, con el toro afianzado en los siguientes tercios, llegó el delirio. Una faena de más a mucho más. Un Morante desgarrado toreando con entrega y pureza para poner en pie al coso del Baratillo. Un inicio pegado a tablas con torería y expresión. Después, esperando mucho al toro para después embarcarlo y llevarlo en redondos que acababan en casi circulares por la redondez que tenían los muletazos por ese pitón derecho. Se puso por el izquierdo, donde el toro siempre se venía al bulto. Pero a base de pisar el sitio donde quemas los pies, Morante extrajo una tanda de naturales profundos con el torero desmadejado en su figura. Y hubo más, dos series posteriores a derechas dando el pecho y citando muy de frente. Cargando la suerte y vaciando siempre por debajo de la pala del pitón. Y una coda a pies juntos que tuvo reminiscencias a bronces antiguos de la Fiesta. Puro goce con la plaza bramando ¡torero, torero! Dos pinchazos y una estocada caída bajaron el soufflé de la emoción. Una oreja paseó Morante entre el delirio de los aficionados. No se sabe qué hubiese pasado si el acero hubiese entrado a la primera.
Antes, en su primero y sin casi tiempo ni para sentarse la gente en sus escaños, Morante ya estaba esculpiendo el toreo a la verónica con el toro que abrió plaza, un animal ofensivo que derrochó clase y humillación en los primeros tercios. Ese compás tan suyo para dejar un ramillete de lances que remató con una media y una revolera que rezumaron armonía. Tras su paso por el caballo, el de La Puebla volvió a torear por el mismo palo, con el toro un punto más templado y el lance más acinturado. Juan Ortega intentó el quite también por verónicas, pero aquello no resultó limpio. Después, el toro de Matilla se vino con alegría a la muleta de Morante, que toreó con empaque y temple a derechas, en esa difícil media altura empacada que tan bien domina. Al natural el toro no se soltaba igual y estaba ya con el depósito de la casta bajo mínimos. Lo liquidó de una media estocada previo pinchazo.
Alto de agujas y un puntito basto de hechuras fue el primer toro del lote de Juan Ortega, un toro de escaso fondo y duración con el que el torero sevillano apenas si se estiró en la muleta. Se lo quitó de en medio con la compresión de los tendidos.
Menos duró el quinto, con la gente aún impactada por la faena de Morante. Ortega se puso solo para justificarse con un toro de paupérrimo juego.
El tercero tuvo seriedad por delante y un cuello generoso. Tomás Rufo lo vio claro con el capote en una gavilla de verónicas bien trazadas y mejor rematadas soltando el capote a una mano. Tuvo alegría y repetición el toro cuando el toledano se echó la muleta a la derecha en el inicio de faena. Lo llevó Rufo muy por abajo, reduciendo la embestida. El toro respondió en tres tandas de alta nota. Pero después, el de García Jiménez echó la persiana a la vez que el torero cogió la zurda. Un pinchazo y una estocada con el toro aconchado en tablas dejaron todo en una ovación final.
El sexto, que brindó a José Antonio Carretero en su última tarde de luces, embistió con celo tanto en el capote como en el inicio de la faena. Rufo le puso fibra y temple en las primeras tandas por el pitón diestro. Largos los muletazos. Mediado el trasteo la comunión entre toro y torero comenzó a fallar y la faena fue cayendo en picado hasta una estocada final.
Sevilla, viernes 23 de septiembre de 2022. 1ª de Feria. Más de tres cuartos de plaza.
Cinco toros de los
y uno de
(6º), desiguales de presentación y juego. Conjunto bajo de raza aunque manejable en distintos grados. Con fondo de nobleza y duración el cuarto. A menos primero, tercero y sexto. De poco juego segundo y quinto.
Morante de la Puebla, saludos y oreja tras aviso.
Juan Ortega, silencio y silencio.
Tomás Rufo, saludos y silencio.
Incidencias: A la finalización del festejo, Morante de la Puebla cortó la coleta al subalterno José Antonio Carretero, que este viernes se retiraba de los ruedos.