SANTANDER

La dimensión de Álvaro Lorenzo y la pureza con sangre de Fortes

El toledano salió a hombros mientras el malagueño paseó un trofeo de peso y cayó herido.

Álvaro Lorenzo en su salida a hombros este viernes del coso de Cuatro Caminos de Santander

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

No fue un dechado de casta el primero de Castillejo de Huebra. Mansito en el caballo y su punto de flojedad, sin embargo sacó nobleza y profundidad en sus embestidas en el último tercio. Joselito Adame cuajó una faena de menos a más, con el temple como base del trasteo, y ajustándose más en el último tramo de su obra. Una estocada contraria dio paso a un rosario de fallos con el descabello. Esto le alejó de cualquier posibilidad de trofeo.

El cuarto fue un animal al que le costó un mundo desplazarse. Siempre medias arrancadas, medios viajes. Adame, que había quitado por lopecinas más vistosas que apretadas, intentó siempre dar dimensión y alargar los muletazos. Pero enfrente no había material para dar forma a un trasteo compacto. Lo mejor, la estocada final. Perfecta de ejecución y colocación.

El segundo de Castillejo debió volver a los corrales por su nula fortaleza de remos. Un inválido que el palco aguantó sin motivo aparente. Esa tozudez hizo que Fortes quedase sin opción en el último tercio. 

Se sacó la espina Fortes en el quinto aunque hubiese tributo de sangre al final. El de Castillejo pasaba por allí sin maldad, pero el concepto del malagueño salió a flote. Faena de torero con las ideas claras, faena de aficionados, muy por encima de las prestaciones del toro. Al natural hubo muletazos de trazo rotundo cuando el toro rompió a bueno por ahí. Y el susto tras dejar un estoconazo. El último estertor del toro fue contra el torero. Haciendo presa en tablas e infiriendo una cornada en la corva que pudo tener peores consecuencias. La oreja, de las de mucho peso.

La primera oreja del festejo había llegado con el entipado tercero. Un animal bajo de raza al que le faltó siempre romper hacía adelante, quedándose entre pase y pase. Por eso llegó un susto en forma de voltereta al comienzo de la faena de Álvaro Lorenzo. Muy firme el toledano, siempre intentó alargar el viaje del toro. Ahí radicó el mérito del trasteo. Paseó un apéndice después de una estocada certera.

Otro más paseó del enclasado sexto. Un torazo de más de seiscientos kilos que se movió y embistió con excelsa clase. Un toro para gustarse y así lo hizo Lorenzo. Toreó muy a favor del toro, abriéndole los caminos en el inicio de faena y apretándolo a mitad de trasteo. A izquierdo llegó lo mejor. Todo muy asentado de plantas y acinturado. Con la gente muy a favor, el pinchazo caló hondo pero bastó para tumbar al toro. Quizá se fue el doble trofeo, pero no la oreja que abría la puerta grande a Álvaro Lorenzo.

Santander, viernes 28 de julio de 2017. 6ª de Feria. Dos tercios de plaza. 

Cinco toros de 

 y uno de 

 (4º), bien presentados, cómodos de cabeza pero con kilos. Sobresalieron el noble y de buen juego primero, el notable pitón izquierdo del quinto y la clase del sexto. Al resto les costó romper.

Joselito Adame, saludos tras aviso y saludos.

Fortes, silencio y oreja.

Álvaro Lorenzo, oreja y oreja tras aviso.

Parte médico de Fortes: “Puntazo corrido con orificio de entrada en hueco poplíteo izquierdo con trayectoria superficial de 8 centímetros hacia arriba que respeta estructuras musculares y venas vecinas. Se deja drenaje y es remitido a su domicilio para continuar con curas locales. Pronóstico leve salvo complicaciones".

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