SEVILLA
Emilio de Justo cuaja un gran toro de Matilla y Morante evoca el toreo eterno
Emilio de Justo le corta las dos orejas a un gran toro de Olga Jiménez. Morante pasea un apéndice y Talavante es silenciado.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hablar de la belleza en la tauromaquia de Morante es, algo más que definir una de sus señas de identidad, el motivo que realmente le lleva a torear como torea, y en ella vuelca toda la intensidad de la lidia. Desde la imperecedera belleza artística de una media verónica, hasta la indudable magia de un natural.
De inmediato comenzaron a despertarse los encantos de la imaginación con dos verónicas excelsas al primer toro con el hierro de Olga Jiménez lidiado como sobrero. Después brotó el toreo cuando muy pocos lo esperaban. Surgió también la pasión naturalmente evocadora hasta alcanzar un cierto rumbo emocional no suficiente para encandilar, pero sí para provocar el sobrecogimiento por ese aire fresco impregnado de genialidad que el diestro cigarrero le imprime a su tauromaquia.
Y así aparecieron naturales lentísimos y ese toreo vertical diestro con el que quiso para el tiempo. Los detalles por bajo, los molinetes y demás adornos tuvieron la eficacia empírica ajena a esquematismos con logros expresivos impactantes. Hundió el acero y he aquí que un público de sombra, ajeno a lo hecho, obvió la petición. Y un presidente que contó el revolotear de los pañuelos no encontró el número suficiente para otorgar lo merecido. Y, claro, Morante se cabreó.
Gran calidad en la embestida tuvo el cuarto de Hermanos García Jiménez, pero adolecía de fuerzas. El sevillano de La Puebla templó su capote y dejó esculpida la verónica. Después, con la montera calada y en un arranque ambicioso se pudo comprobar la excelencia de un inicio en la tablas colmado de torería para seguir desgranado un toreo henchido de frescura y naturalidad que no excluyó la limpieza y fluidez lentísima de cada muletazo. Un toreo luminoso hecho con la verdad que caracteriza el valor de este toreo. Y otra vez la más absoluta incongruencia: hacer el toreo sin toro. Cosas de Morante.
No obstante, hay que reconocer que la gran obra que mantuvo de fondo la emoción del toreo estuvo a cargo de Emilio de Justo con el tercero de la tarde. Un gran toro de Olga Jiménez, encastado, humillador, con una calidad en las embestidas difíciles de imaginar. Ver torear así al diestro extremeño supone asistir a un espectáculo de contagiosa emoción. Podría escribirse acerca del desbordante entusiasmo de un toreo genuflexo en el que el temple brilló con luz propia, de la precisión y hondura de cada natural, de magistral toreo diestro con el que puso a la gente en pie, de la encomiable entrega, pero en realidad debe subrayarse el valor y la verdad. De la manera arrebatadoramente contundente con la que Emilio hizo el toreo para provocar tanto disfrute y satisfacción. Con la espada no le quedó más que firmar lo hecho.
No pudo ratificar lo dicho con la lidia al sexto, un toro sin fuerza y de embestida cansina y complicada que no le dio opción a un solo pase de categoría emocional. Desistió pronto.
Talavante se presentó en la Maestranza con una lidia que, medida y templada, valiente y pura, hizo a su antojo con un buen toro de Hermanos García Jiménez que se lo puso a tiro. Antes había trazado el lance a la verónica con verdadera majestuosidad. Pero fue desde los inicios de muleta donde el extremeño deleitó con una bonita faena prologada con un templado toreo diestro, profundo y ligado, ejecutado con las dos rodillas en tierra. Momentos intensos de un clasicismo auténtico. Joyas al natural que brillaron en el amplio abanico de trazos nítidos y con encanto que sirvieron para dar intensidad a un toreo cautivador. Pero con la espada fracasó de forma increíble y todo se quedó en nada.
El quinto resultó un toro áspero en su acometidas y por ello complicado. Alejandro intentó faena al natural sin que lo hecho llegara con la emotividad deseada. Abusó del pico de la muleta y con tendencia hacia fuera en cada uno de los trazos. El bajonazo fue infame.
Sevilla, lunes 24 de abril de 2023. 8ª de abono. Lleno de 'No hay billletes'.
Toros de
, aceptables de presentación y variado juego. El tercero, con el hierro de
fue un gran toro, bravo y de excelsa calidad en su embestidas, premiado con la vuelta al ruedo. Noble de escasa fuerza el primero, lidiado como sobrero, y segundo; Noble y flojo el cuarto; complicado el quinto.
Morante de la Puebla, silencio tras petición y oreja.
Alejandro Talavante, Silencio tras aviso y silencio.
Emilio de Justo, dos orejas y silencio.