EL ALBERO

Emilio de Justo: “Triunfar en Las Ventas era un sueño que tenía desde niño”

El diestro extremeño pasó por El Albero para hablar de su Puerta Grande en Las Ventas y para repasar su temporada.

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Emilio de Justo, en El Albero

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Han sido días muy intensos para Emilio de Justo. En apenas una semana ha visto como era herido en Mont de Marsan y se ha tenido que reponer anímicamente de la muerte de su padre y físicamente de la cornada para poder reaparecer en Las Ventas el pasado domingo.

Sin embargo, la Puerta Grande conquistada en Madrid, su primera salida a hombros, ha recompuesto el ánimo del torero cacereño.

Este martes, Emilio de Justo pasaba por El Albero y explicaba que esa salida a hombros en la plaza madrileña “fue algo muy emocionante. Triunfar en Las Ventas era un sueño que tenía desde niño. Con las cosas que habían pasado, tuvo mucha emotividad. Pero son tantas las cosas que se me pasaron por las cabezas que no podría enumerarlas”.

Sin embargo, antes de que llegase el compromiso venteño, Emilio pasó por momento personales muy duros con el fallecimiento de su padre. “Son cosas que afectan bastantes. Fue una semana complicada y dura en lo personal. Y además con la cornada de Mont de Marsan me creó mucho nerviosismo y ansiedad. Pero yo tenía en mente que algo podía suceder. Y por eso hice el esfuerzo de estar en Madrid”.

Pero antes de llegar a ese paseíllo en Madrid, hubo un proceso de recuperación de la cornada que recordaba así Emilio en COPE: “Toda la semana estuve yendo a médicos, fisios… todos me daban pocas esperanzas y decían que no podría estar. Pero yo quería estar porque era ponerle la guinda a una gran temporada. Y cuando vi que llegando el viernes podía apoyar la pierna y en el campo me probé satisfactoriamente decidía ir y fue para bien”.

Emilio de Justo ha vivido en Las Ventas las dos caras de la moneda durante su trayectoria. De escuchar los tres avisos una tarde en el San Isidro de 2010 a salir a hombros en 2018. “Gracias a Dios he podido cambiar la moneda. En 2010 pasó lo que pasó y ocho años después de una travesía en el desierto muy dura he podido salir a hombros. Es una recompensa. He vivido la dureza del toreo, pero dentro de mí sabía que podía cambiar esa moneda”.

“Ni antes era peor torero por no haber salido a hombros en Las Ventas ni ahora soy mejor por haberlo hecho”

Sobre cómo se desarrolló la tarde del pasado domingo, el torero cacereño explicaba que “me quedo con el conjunto de la tarde. Es bueno recalcar que fueron dos toros diferentes y no fáciles para conquistar el triunfo. Pero la espada fue clave. Creo que han sido las dos mejores estocadas de mi carrera. Mi primera faena fue importante por la firmeza y la claridad de ideas. Y en la segunda, con un toro emocionante, estuve entregado lo máximo posible para ir haciendo una faena a más”.

Este triunfo en Las Ventas le convierte en uno de los privilegiados que han logrado traspasar el umbral de su Puerta Grande. Sin embargo, el diestro también es consciente de que “Madrid es una plaza muy exigente y nunca regala nada. El otro día la gente me trató con mucho cariño. Es verdad que cuando uno sale a hombros y vuelve después a Las Ventas la exigencia es mucho más grande. Pero bendita exigencia”, finalizó Emilio de Justo.

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