5ª DE ABONO

La emoción finiquitada

Talavante, oreja. Decepción con los toros de Matilla.

Alejandro Talavante con la oreja conquistada este viernes en la Real Maestranza de Sevilla

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Talavante corta la única oreja de la tarde. pic.twitter.com/ZaFY8XFbJ2 — Toros (@toros) 13 de abril de 2018

El toreo es un lenguaje infalible para mantener a raya la emoción. Para recrearse en ella. Pero también, cuando no se hace y se dice en el ruedo de la plaza, el acto se convierte en un espectáculo tremendamente aburrido. En tarde nefasta. Y algo de esto ha tenido la corrida de hoy. Aunque se aprecien intentos por levantar la tarde. Aunque se atisbe la búsqueda de una lejana posibilidad que parecía esconderse en la mansedumbre esponjosa de unos raquíticos toros impropios de ser lidiados en tan emblemático ruedo e importante ciclo.

Porque lo traído por los Hermanos García Jiménez es una tomadura de pelo para el que paga, y mucho, por ver unos animalitos tan insignificantes, y pocos serios, que en vez de “miedo” producen pena. Para ver a los considerados figuras del toreo aburridos y tristes con lo que tienen delante. Y si, además, se ha perdido con la progresiva huida del aficionado la mínima exigencia, el acto social, festero y ferial está asegurado, pero la emoción de una corrida de Toros –con mayúscula- la han finiquitado. Y es lo que quedará si los que comen y viven del toreo no lo remedian en el más inmediato futuro.

Así las cosas, la tarde se hizo interminable. Casi tres horas de bostezos e impotencia. De frío y aguante. Dos toros devueltos. Y no sé, me queda la duda, si por falta de fuerzas o por el insignificante trapío. Dos toros que fueron posiblemente reseñados en el campo por el equipo presidencial y aprobados por ellos en el reconocimiento matinal. Incompresible. Y así Miguel Ángel Perera se mostró desilusionado con el manso, flojo y complicado primero, en vanos intentos y sin un solo detalle que destacar. Ni siquiera la espada le entró.

Tampoco la sosa nobleza de descastado cuarto le sirvió. Solo el buen inicio de faena concibió esperanzas. Esfumadas después por una cadena de desarmes en un trasteo que resultó anodino y desigual. Y con la espada volvió a fallar.

También Alejandro Talavante jugó al despiste, algo tan habitual en él, durante la lidia de sus dos toros. Anduvo fácil y a favor de la nobleza de las cansinas embestidas con el segundo de Olga Jiménez. Le costó un mundo conseguir hacerse con ellas en una faena muy desigual y sin pizca de emoción. Sólo en el epílogo logró dibujar el natural de frente característico de su buen concepto. Y para colmo pinchó.

Con el noble y soso quinto continuó sin dar respuestas a la sensibilidad. A la sensibilidad de un toreo que se hizo demasiado esperar. Porque al extremeño le faltó alma en un trasteo en la que la izquierda volvió a ser protagonista en el trazo del natural de tono reposado y rematado atrás. Pocos, discontinuos y a favor de embestida, sin mando, sin emoción. Fue al final cuando se mostró expresivo en una serie diestra de mayor calidad. Muy poco para que, tras la estocada, fuese a sus manos el apéndice demandado por un público demasiado conformista.

Y Roca Rey se estrelló con los “matillas”. Una absurdez es poner a tan valeroso y poderoso torero con tan insignificantes animalitos. Sus dos toros le fueron devueltos. El sobrero de Olga Jiménez fue un manso rajado con el que sólo pudo atisbar su toreo de valor y mando. El toro se le fue a las tablas de chiqueros y allí acabó todo. Con media estocada y un golpe de descabello lo tumbó.

El novillote sexto tampoco se libró de las protestas. No dobló sus manos siquiera, pero sí se devolvió. ¿Por qué? Misterio de esta Fiesta nuestra. El sobrero de Torrestrella no humilló. Ni tampoco le sirvió al limeño para crear su toreo de emoción. Y se acabó.

 

Sevilla, viernes 13 de mayo de 2018. 5ª de abono. Casi lleno

Cuatro toros de 

, el tercero como sobrero, uno de 

 en quinto lugar, y uno de 

, lidiado en sexto lugar como sobrero. Descastados y anovillados. Manso sin fuerzas el primero; noble de escasa fuerza el segundo; manso el tercero; de descastada nobleza el cuarto; de sosas y nobles embestidas el quinto; distraído y sin humillar el sexto.

Miguel Ángel Perera (verde y oro), silencio y silencio.

Alejandro Talavante (blanco y oro), silencio tras aviso y oreja.

Andrés Roca Rey (malva y oro) saludos tras aviso y silencio.

Saludaron en banderillas Curro Javier, Juan José Domínguez y Paco Algaba.

EnfermeríaCurro Javier fue atendido de “varetazo con contusión en región lumbar paravertebral izquierda. Se coloca vendaje de contención lumbar y analgesia. Pendiente de estudio radiológico. Pronostico leve”.

Francisco Gómez Algaba fue atendido de “varetazo en región posterior del brazo izquierdo que produce impotencia funcional. Sospecha de contusión muscular por lo que es trasladado para realización de estudios complementarios. Pronostico reservado”.

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