SEVILLA

La empresa Pagés cumple 90 años al frente de la plaza de la Real Maestranza

El 16 de diciembre de 1932 se firmó el primer contrato de gestión de la empresa Pagés al frente del coso taurino de la capital sevillana.

Pagés, 90 años al frente de la plaza de toros de Sevilla

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La empresa fundada por el empresario catalán Eduardo Pagés cumple 90 años al frente de la gestión de la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla, desde que firmara su primer contrato el 16 de diciembre de 1932, iniciando una saga de gestores que alcanza ya su cuarta generación.

Eduardo Pagés, que ya había presentado una primera oferta para gestionar el coso del Baratillo en 1929, acabó tomando el mando por renuncia de Abascal, que optó por rescindir su contrato en 1932. El marqués de Nervión, teniente de Hermano Mayor de la época, entregó la dirección de la plaza de toros al empresario catalán por una renta de 150.000 pesetas, fianza de 100.000 y duración de cuatro años.

La primera temporada la organizó en 1933. Al año siguiente llegaría la reaparición exclusiva de Juan Belmonte a raíz del pleito con la Unión de Criadores de Toros de Lidia que pretendía vetar al legendario diestro trianero y al propio empresario de la Maestranza. Eduardo Pagés coronaría esa primera etapa de la empresa anunciando a Manolete en cuatro de las cinco corridas de toros organizadas en la Feria de Abril de 1945.

Pagés murió ese mismo año, quedando la batuta en manos de sus colaboradores Manolo Belmonte y Enrique Ruiz. Llegaban unos años convulsos, plagados de pleitos entre la empresa y la Maestranza y la propia familia Pagés con sus antiguos colaboradores que se acabarían resolviendo con una sentencia a favor de Carmen, hija y heredera de Eduardo Pagés, que colocó como gerente a su marido, Diodoro Canorea, en 1959.

Se iniciaba así la que es, hasta ahora, la etapa más larga de los Pagés en la explotación de la plaza de la Maestranza.

Diodoro Canorea, empresario de la Real Maestranza de Sevilla durante cuatro décadas

Diodoro Canorea, empresario de la Real Maestranza de Sevilla durante cuatro décadas

El flamante empresario organizó su primera Feria de Abril en 1959, la primera que toreó Curro Romero, que había tomado la alternativa aquel mismo año en las Fallas de Valencia.

Desde entonces, las trayectorias del empresario y el torero fueron de la mano y, desde la estrecha amistad que les unía, nunca tuvieron empacho en señalar que sus respectivas carreras –y así se cumplió- finalizarían juntas.

Canorea falleció en enero de 2000 pasando la gestión de la plaza a su hijo Eduardo y su yerno, Ramón Valencia Pastor.

El año iba a concluir con la polémica caída de los carteles de varios toreros en la feria de San Miguel precipitando, entre otras consecuencias, la retirada de Curro Romero después de torear un festival en La Algaba, mano a mano con Morante de la Puebla.

Llegaban cambios en los modos y la filosofía empresarial mientras Eduardo Canorea Pagés y Ramón Valencia gozaban de los últimos años de bonanza económica y taurina.

En 2007 se marcó un visible punto de inflexión que llevaría a reducir la oferta para adaptarla a la nueva demanda mientras se derrumbaba el número de abonados, vital para mantener una plaza de temporada.

La mayor polémica de este periodo fue el desencuentro con las primeras figuras del toreo que explotó a raíz de las explosivas declaraciones de Eduardo Canorea, que mandó “al Senegal” a José Tomás en un almuerzo con la prensa especializada en otoño de 2013.

Fue el chispazo de una ruptura entre la primera fila del toreo –el telón de fondo era la gestión de los derechos de imagen- y la propia empresa Pagés, que llevó aparejado la ausencia de esos toreros en las temporadas de 2014 y 2015.

Eduardo Canorea y Ramón Valencia iniciaron la gestión del coso sevillano con la llegada del nuevo siglo

Eduardo Canorea y Ramón Valencia iniciaron la gestión del coso sevillano con la llegada del nuevo siglo

Al finalizar esa temporada Eduardo Canorea Pagés decidió dar un paso atrás al cumplirse la edad de jubilación quedando su cuñado Ramón Valencia como gerente único.

El empresario Pedro Rodríguez Tamayo, que ya se había incorporado a la empresa unos años antes, pasó a ocupar el número dos en el organigrama de la firma mientras se recuperaba la calma en las contrataciones con las primeras figuras antes de chocar con otro escollo inesperado.

Fue el covid, que forzó la suspensión de la temporada de 2020 y acabó limitando la de 2021 a una programación extraordinaria en otoño que se había pensado para primavera.

Ese año, el de 2021, iba a concluir con la sentencia de un pleito por la gestión del IVA de los espectáculos taurinos y la explotación turística de la propia plaza de toros que dio la razón a la Maestranza en la cuestión del IVA y se la quitó en el segundo apartado mientras se aventaban los primeros síntomas de fatiga de una relación que estaba próxima a cumplir nueve décadas.

En el último año se ha producido la salida de Pedro Rodríguez Tamayo y la presentación de Ramón Valencia Canorea -nieto de Diodoro Canorea, bisnieto de Eduardo Pagés e hijo de Ramón Valencia Pastor- como nuevo consejero secretario y número dos de la empresa.

Se sumaba así la cuarta generación al borde del noventa cumpleaños de una trayectoria empresarial que tendrá que superar el fielato de la revisión del contrato en 2025.

Ramón Valencia, padre e hijo, última generación de la empresa Pagés

Ramón Valencia, padre e hijo, última generación de la empresa Pagés

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