Enrique Ponce abrre puerta grande en su despedida de La Glorieta de Salamanca

Con una cariñosa ovación también fueron recibidos el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y Enrique Ponce, tras finalizar el paseíllo en La Glorieta.

Enrique Ponce firmó una faena compuesta y templada, realizada toda ella en el tercio, a un toro con el que se había agarrado bien en varas Daniel López. Faena sobre el derecho, pulcra a la que faltó continuidad, con un toro que embistió con temple y recorrido, pero que se apagó pronto.

Galopó y derribó en varas el quinto, el más serio del encierro. Se desmonteraron en banderillas Curro Vivas y Fernando Sánchez, tras un emotivo brindis a Marco Pérez, Enrique Ponce se dobló por bajo muy torero con Salinero.

El de Capea embistió codicioso y con transmisión, tomándola con humillada embestida. Por el izquierdo faltó ajuste y reposo. Faena de mucha intensidad sobre el derecho, que caló en el tendido, en la que se vio desbordado por momentos, contundente el espadazo. Excesivo el doble trofeo.

Marco Pérez estuvo por encima del tercero, pobre de cara, un novillo flojo y de sosa embestida. Marco intentó que rompiera a embestir en una faena de técnica, esperando a que metiera la cara en la muleta. En el epílogo exprimió al de Carmen Lorenzo sacando unos circulares invertidos. Se atascó con los aceros.

Frente al que cerraba plaza que brindó a Hermoso de Mendoza y Enrique Ponce salió a por todas Marco, mostrando un amplio repertorio de toreo de capote, destacando un quite por rogerinas.

Abrió faena con un farol de rodillas fuera de la segunda raya, para completar una tanda completa de rodillas en redondo. Se lo dejó venir en la larga distancia al Murube para ligar encajado los muletazos sobre la diestra. La muleta siempre por delante tirando de la embestida, en una faena templada y con ritmo. Por el izquierdo le costaba tomarla, había que llegarle mucho a la cara. En el tramo final, con el novillo muy a menos, se metió literalmente entre los pitones alargando en exceso el trasteo. Formó un sainete con el descabello.

El rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza tuvo una discreta actuación en su despedida de La Glorieta.

En su primer turno hizo una labor con altibajos, logrando una actuación de mejor tono con el cuarto, pese que el toro era más parado, pero con el que logró buenos momentos con las banderillas, siendo ovacionado.