CÁCERES

Enrique Ponce y Emilio de Justo abren la Puerta Grande en Cáceres

Emilio de Justo en su salida a hombros este sábado en Cáceres junto a Ponce

Redacción Toros

Publicado el - Actualizado

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Los matadores de toros Enrique Ponce y Emilio de Justo han salido a hombros en la única corrida que ha tenido lugar este año por la feria de San Fernando de Cáceres.

El valenciano paseó las dos orejas del muy noble cuarto de la tarde, mientras que el diestro de Torrejoncillo paseó una y una de un lote menos propicio.

Por su parte, José Garrido se fue de vacío debido al mal uso de la espada. Manso en general el encierro de El Montecillo, sin embargo resultó muy manejable.

La faena de Ponce al cuarto marcó para bien la tarde cacereña. Fue ese un astado de mucha nobleza pero que no andaba sobrado de fuerzas.

Mas el valenciano le fue haciendo las cosas con mucha suavidad y toreándolo siempre a favor, sin cortarle jamás el viaje y pulseando unas embestidas enclasadas, hasta dar continuidad a una obra en la que la naturalidad, la torería, la despaciosidad y la belleza inundaban unos tendidos que pronto harán 175 años.

Por ambos pitones el de Chiva cuajó al toro, con todo el repertorio patrimonio de este torero. Los ayudados a dos manos iniciales, la trincherilla, el toreo en redondo ligando los muletazos quieto al hilo del pitón. Las poncinas finales que fueron dos circulares, los abaniqueos, todo unido creó una sensación de placidez. Faena muy bien rematada con la espada.

El que abrió plaza tenía muy pocas fuerzas y Ponce no pudo bajarle la mano.

El lote de Emilio de Justo tuvo más carencias pero este torero atraviesa por el mejor momento de su carrera. La faena fue tomando cuerpo ligando los muletazos, hasta que se vino a menos el burel y tuvieron que ser de uno en uno.

El quinto se le acostó por el pitón derecho pero De Justo no se inmutó. Tardeaba y en pocas ocasiones pudo ligarles los pases, que necesariamente tenían que ser de uno en uno, aunque había emoción por el sitio que pisaba el torero y la firmeza de su estar. Muchos pases fueron de buen trazo y despacito en ocasiones. Faena larga, muy por encima de las condiciones del toro. Se volcó tras la espada.

José Garrido tuvo un primer toro muy deslucido, que no humillaba y se quedaba corto. No pudo lucir y al final se dio el arrimón.

Era más toro por delante el sexto, engatillado de cuerna y de armónicas hechuras. Humillaba en el capote de José Garrido pero se quería ir. Lo sujetó en los medios hasta que el animal se fue a su querencia, donde le hizo una segunda faena en terreno de cercanías, mal rematada con la espada.

Cáceres, sábado 2 de junio de 2018. Casi dos tercios.

Toros de 

, desiguales de cuajo, hechuras y juego. Bravo en el caballo pero de pocas fuerzas, el primero; noble y muy manejable, el segundo; reservón y muy desrazado, el tercero; muy noble, el cuarto; manejable, pronto y a menos, el quinto; y manso, el sexto. Pesos.

Enrique Ponce, ovación y dos orejas.

Emilio de Justo, oreja y oreja.

José Garrido, silencio tras aviso y ovación tras aviso.

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