PREMIOS TAURINOS

Entregados los XXVII Premios Taurinos del Real Casino de Madrid

Este viernes, el Real Casino de Madrid celebró la entrega de la vigésimo séptima edición de sus Premios Taurinos.

Foto de familia de los premiados por el Real Casino de Madrid

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Este viernes 23 de febrero, el Real Casino de Madrid ha celebrado la entrega de la vigésimo séptima edición de sus Premios Taurinos en una velada que ha tenido lugar en el Salón Real de la entidad, a la que asistieron más de doscientos invitados entre los que se encontraban destacadas figuras del panorama taurino, así como empresarios, ganaderos y aficionados al arte de Cúchares. Los Premios Taurinos Real Casino de Madrid fueron constituidos para ensalzar y premiar las excelencias de los participantes en la Feria de San Isidro y, de esta manera, exaltar la Fiesta Nacional desde una sociedad histórica y con solera como es el Real Casino.

En la vigésimo séptima edición de los premios casinistas, correspondientes a la Feria de San Isidro de 2023 y que fueron fallados en el mes de junio del pasado año, el triunfador absoluto fue Sebastián Castella, quien recogía el testigo de los galardonados en anteriores ediciones.

Junto con Castella también fueron distinguidos en diferentes apartados (se adjunta listado): Fernando Robleño, Fernando Adrián, Daniel Luque, Diego Ventura, Juan Carlos Rey, Curro Javier, Jorge Martínez, Pablo Aguado y la ganadería Santiago Domecq.

La velada celebrada en el más que centenario edificio de Alcalá 15, contó con la presencia de los premiados, con la excepción de Castella, Diego Ventura y Daniel Luque , y con la de los miembros del jurado encargado de otorgar los premios y que está constituido por: como presidente y secretario, los que lo son de la Junta Directiva de la institución, Alfredo Alvar Ezquerra y Miguel Ángel Hernando Hervás. Vicesecretaria, Esther Sáez Benito Jiménez. Vocales: Gerardo Seco Ródenas, Juan Francisco Hermida Gutiérrez, Francisco Carpintero López, Ángel González Jurado, Francisco Jiménez Martínez, Ignacio García Govantes, Rafael Saiz Fraile, Ismael Fernández de la Carrera, José González Jiménez y Lorenzo Simón López.

El presidente del Real Casino de Madrid, Alfredo Alvar Ezquerra, quiso felicitar a los premiados, y señaló que “las corridas de toros son la más bella lección de geometría que se puede ver. Nada se deja al azar ni a la improvisación (…) Son mucho más que un espectáculo. Son una conciencia social que une y desune, por supuesto, que impregna y ha invadido la literatura, la poesía, la ópera, la zarzuela, el arte, la escultura, la arquitectura, a Goya, a Picasso, a Lorca, a nuestro siglo de oro, a Bizet, a Barbieri… la lista es infinita”

Jorge Martínez, que fue distinguido como mejor novillero, dijo sentirse “privilegiado por estar hoy aquí”. Al igual que el ganadero José Escolar, que afirmó que “estos premios nos dan fuerza para seguir”.

Por su parte, Fernando Adrián, reconocido como “Torero revelación”, quiso dedicar su premio “a la afición”, mientras que Fernando Robleño, galardonado con el premio “A la mejor faena” recordó, dándole las gracias al jurado, que ya había sido premiado en anteriores ediciones de estos premios “y espero que no sea la última”.

Pablo Aguado (mención especial “Al mejor quite artístico”), Curro Javier y Juan Carlos Rey (premio ex aequo “Al mejor par de banderillas) también agradecieron sus trofeos y la “extraordinaria labor del jurado”.

Santiago Domecq, cuya ganadería se alzó con el premio “A la ganadería más completa”, dijo que el galardón “es una satisfacción y un orgullo” y agradeció la labor del Real Casino de Madrid “en defensa de la tauromaquia”.

El trofeo que se entrega a los premiados es una escultura réplica de “El Torito” del prestigioso artista francés Bonheur, obra propiedad del Real Casino de Madrid y que preside y da nombre al Salón El Torito en el que habitualmente se realizan las Tertulias, entre ellas la taurina. Isidore Bonheur nació en 1827 en Burdeos -y falleció en 1901-, además de las obras al uso se especializó en pequeñas esculturas de animales como toros, caballos, leones, osos, tigres… y formó parte de un grupo de escultores franceses del XIX denominados “los animalistas”.

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