MADRID
Fernando Robleño cuaja a un toro de Escolar en la faena del año en Las Ventas
Fernando Robleño perdió por la espada una puerta grande rotunda y dio tres vueltas al ruedo. Dos dio Gerpe en su confirmación.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En uno más de los deslucidos pero pomposos "desafíos ganaderos" que la empresa programa para contento de una minoría torista -hasta el punto de que apenas se superaron los 2.000 asistentes al festejo- afloró como un faro en medio de esta desnortada temporada la potente luz del toreo más auténtico y clásico de la mano de Robleño.
Fuera de las grandes citas, alejado hasta de las corridas "duras" con las que siempre marcó su excelente oficio, el maduro diestro madrileño sigue atesorando el sentido de la tauromaquia más esencial, envuelta además en esa honda elegancia que siempre dio sello a los grandes toreros de Madrid.
Ya con su primero, un parado y reservón torejo de Hoyo de la Gitana, Robleño y su solvente cuadrilla dieron una lección lidiadora para que, finalmente, el matador acabara robándole, siempre atacando y siempre en torero, una docena de pases de especial mérito cuyo premio, tras un pinchazo, se quedó en una vuelta al ruedo.
Pero el gran e inesperado momento de una tarde de aparente trámite llegó con la salida al ruedo de "Camionero", un hondo cárdeno de José Escolar, alirado de pitones, que comenzó a romper a medida que Robleño lo embarcaba paciente en las bambas de su capote, en una labor que remató de nuevo la eficaz lidia de su cuadrilla.
Definido por tanto el toro, el de San Fernando de Henares se dobló con él con unos extensos pases por bajo, flexionando la rodilla con regusto para alargar más esas acometidas y, desde entonces, entregarse por completo al toreo de hondura.
Bravo, pero no fácil, pues no perdonaba errores en sus fuertes arrancadas, el toro encontró la respuesta perfecta en la muleta de Robleño, que no le forzó las trayectorias, como pide el encaste Albaserrada, pero le llevó siempre metido en los vuelos de una muleta mandona y pausada.
La faena subió a su máximo nivel al natural, cuando Robleño se rompió del todo mandando en la embestida, prologándola a base de sacar los flecos de la tela por debajo de la pala del pitón, para luego recrearse en los remates por bajo, las trincherillas, los cambios de mano o los pases de la firma, dejando los muslos como cebo y con ese sabor de la más asolerada torería madrileña.
Labor redonda y rotunda, de artesano, perfectamente medida en su dimensión, que puso en pie a una plaza reencontrada con las claves esenciales de la bravura y el toreo más honesto, y que le hubiera abierto a Robleño la puerta grande de no mediar esos dos pinchazos que rompieron el hechizo, pero no la gran importancia del trasteo.
El resto de la corrida tuvo notas también reseñables, casi siempre por el mérito de los toreros, como el de Luis Gerpe con el toro de su confirmación de alternativa, que finalmente fue de José Escolar, al que le costó repetir embestidas pero al que el madrileño sacó buenos muletazos por el pitón izquierdo antes de matarlo de una gran estocada.
No le fue tan bien con el sexto, el tercer sobrero de la tarde, un castaño de Montealto que, aunque justo de fuerzas tuvo una calidad que, en un trasteo voluntarioso, Gerpe no llegó a apurar en un trasteo plagado de altibajos técnicos y estéticos.
Por su parte, Fernando Tendero apenas tuvo opciones, en tanto que su primero de Hoyo de la Gitana se echó desfondado a las primeras de cambio y el de Escolar perdió pronto el celo para restar interés a una faena que no pudo pasar de las intenciones.
Madrid, domingo 18 de septiembre de 2022. Desafío Ganadero. Un cuarto de plaza (5.658 espectadores según la empresa)
Tres toros de
-que se quedaron en dos al devolverse el primero por descoordinado-, con escasa presencia, parados y vacíos de raza; tres de
(1º bis al correrse turno, 4º y 5º), desiguales de cuajo y comportamiento, con un cuarto destacado por su trapío y su buena bravura; y un sobrero de
(6º), con calidad y justo de fuerzas, que sustituyó a otros dos de
y
devueltos por flojos en banderillas.
Fernando Robleño, vuelta y dos vueltas al ruedo tras unánime petición de oreja.
Miguel Tendero, silencio y silencio.
Luis Gerpe, que confirmaba la alternativa, vuelta al ruedo tras petición y vuelta protestada tras leve petición.