MÉXICO

Joselito Adame sale a hombros tras cortar tres orejas ante un gran lote en La México

El diestro azteca sorteó un lote de oro y abrió la puerta grande. Ponce y Aguado no tuvieron la misma fortuna en una tarde interminable.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Abrió plaza el confirmante sevillano Pablo Aguado vestido de lapislázuli y oro con cabos en blanco. Pablo estuvo tesonero ante un toro incierto que nunca se entregó. Mató de pinchazo hondo, bajonazo y fallas con el acero corto. Escuchó un aviso. Se retiró entre silbatina. 

Ante su segundo poco o nada pudo hacer, pues ya la gente estaba cansada y un tanto fastidiada de tan larga tarde. El toro no se prestó para lucir y la gente empezó a abandonar la plaza. Deberá repetir para ver su infinita calidad. Anécdota curiosa: El Juez cambió el tercio cuando Aguado ya había empezado a torear de muleta.

De blanco y pasamanería en negro, se presentó esta temporada el valenciano Enrique Ponce quien tuvo inicio colosal con una tanda por la derecha; posteriormente se desató un ventarrón que le irrumpió su faena. Falló con los aceros.

Ante su segundo, no pudo lucir pues el toro nunca bajó la cabeza y no trascendió su faena. Falló de nuevo con los aceros. Se retiró entre fuertes reclamos populares. Se negó rotundamente a regalar un toro.

El hidrocálido Fabián Barba de fresa y oro nunca le encontró la brújula a su primero. El toro era noble y repetidor y él perdió los papeles y se puso a pegar muletazos sin ton ni son. Mató cómo pudo y se retiró entre fuerte abucheo.

Ante su segundo, mostró una actuación similar y no conectó con la gente. Fue recriminado mientras toreaba. Volvió a estar fatal con los aceros. En todas las veces que se tiró a matar su muleta voló por los aires.

José Adame rifó el mejor lote. Vestido de marino y oro inició de rodillas con una tanda un tanto atropellada que le llegó mucho a la gente. Adame toreó entre altibajos y decidió abreviar su faena mató de entera que tardó en doblar suficiente para cortar una oreja a “Canónico” de Jaral de Peñas, orgullo de la ganadería mexicana al que merecidamente se le dio arrastre lento.

Ante su segundo, un toro que metía la cabeza e iba de largo. Toreó muy a su estilo logrando pegar pases hilados que le llegaron al público. Lo mató de volapié ligeramente tendido para cortar dos orejas y salir hombros entre el clamor popular.

Ciudad de México (México), domingo 1 de diciembre de 2019. 5ª de la Temporada. Un tercio de plaza.

Toros de 

 y dos de 

 (4º y 8º), de desiguales hechuras y juego. 1°, áspero e incierto; 2°, no pudo verse; 3°, noble y fijo; 4°, extraordinario por bravo, noble y repetidor, que recibió arrastre lento; 5°, nunca humilló; 6°, de embestida brusca; 7°, noble de largas embestidas, también recibió arrastre lento; 8º, sin transmisión.

Enrique Ponce, silencio y silencio.

Fabián Barba, pitos y silencio tras aviso.

Joselito Adame, oreja y dos orejas.

Pablo Aguado, que confirmaba alternativa, silencio tras aviso y silencio.

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