Juan Leal y Ginés Marín, distintos conceptos para el triunfo en Barcarrota

La Gira de Reconstrucción llegó este jueves hasta Barcarrota, en tierras pacenses. Aquí se anunciaban dos diestros que dejaron patentes sus distintos conceptos, pero ambos válidos para conquistar el triunfo este jueves. Un Juan Leal que apuesta por las cercanías y un Ginés Marín que basa su concepto en un toreo más puro y clásico. La noble corrida de El Parralejo, que venía a sustituir sin muchas explicaciones a la prevista inicialmente de Victoriano del Río, ayudó al tinte triunfalista de la tarde.

Abrió plaza un animal con movilidad y veinte arrancadas potables que aprovechó a su manera Juan Leal. Hubo un quite por saltilleras y un inicio de rodillas antes de que llegase el toreo fundamental. Tuvieron ligazón las primeras tandas a derechas, aunque descargando la suerte en demasía. Cuando el toro se rajó, lo exprimió en la distancia corta aunque con menos continuidad por la tendencia a huir del toro de El Parralejo. La estocada cayó arriba y fue letal. La oreja cayó por mayoría de pañuelos.

El tercero fue un toro también muy manejable con el que el torero galo firmó de nuevo una faena partida en dos partes. Una primera en la que toreó con mano baja y ligazón y una segunda en la que de nuevo apostó por las cercanías, con alardes de valor como el toreo de rodillas. Volvió a enterrar la estocada con una gran contundencia, lo que ayudó a la concesión del doble trofeo.

El primer toro del lote de Ginés Marín tuvo tanta nobleza como falta de raza. Eso le hacía salir muchas veces desentendido de los engaños. El temple y ganarle siempre un paso, evitó que el animal saliese suelto en más de una ocasión. La faena, de corte muy clásico, creció cuando cogió la zurda Ginés, si bien, su quehacer abundó más por el pitón diestro. La espada viajó caída y muy tendida, pero no impidió que se le concediese una oreja.

El toro que cerró plaza estuvo cortado por el mismo patrón que sus hermanos de camada. Blando en los primeros tercios y sin excesos de casta, embistió con nobleza a la muleta de un Ginés Marín que volvió a mostrar su concepto y su temple. La faena creció en lo artístico cuando toreó al natural, empujando hacia adelante la embestida de su oponente y toreando con lentitud y gusto. Media estocada caída y un golpe de descabello no fueron óbice para que Ginés sumase un trofeo más.

Barcarrota (Badajoz), jueves 22 de octubre de 2020. 8ª de la Gira de Reconstrucción. Más de la mitad del aforo permitido.

Toros de

, de correcta presencia. Conjunto blando, bajo de casta aunque muy manejable en el último tercio.

Juan Leal, oreja y dos orejas.

Ginés Marín, oreja y oreja tras aviso.