FERIA DE ABRIL

“Juanpedros”, la bravura desintegrada

Álvaro Lorenzo y Ginés Marín han cortado una oreja de sus respectivos toros en tarde de intensa lluvia. Daniel Luque fue ovacionado.

Ginés Marín durante la faena al sexto toro de Parladé este martes en la Maestranza

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El toro de Juan Pedro Domecq sigue perdiendo fuelle. La bravura parece desintegrada, desaparecida de Lo Álvaro. Desconcertante situación con la que el campo bravo desanda el camino para llegar al desencanto del aficionado superado por los acontecimientos. De nuevo ha vuelto a defraudar con un encierro al límite que ni se picó, ni resistió una lidia empeorada por el resbaladizo piso de la plaza debido a la lluvia caída.

Nefasto comportamiento de unos toros sin vida que no aguantaban ni siquiera primeros tercios. Sólo los dos últimos lidiados, marcados con el hierro de Parladé, mostraron su pizca de fondo, bien aprovechada por Álvaro Lorenzo y Gines Marín que, con actitud y seguridad encomiable, fueron capaces de arráncales uno de sus apéndices respetivos con la benevolencia de un público sin demasiadas exigencias.

Es esta una historia tan vieja que empieza a teñirse de un gris incierto y el negro de la desesperación, aunque sigan buscando la inspiración en esa empalagosa nobleza con la que se ha eliminado la raza y la emoción. Ingrediente que lejos de permitir el auténtico triunfo lo amordaza en una simple colección de pases de belleza desapasionada y futuro incierto que, además, evidencia que el apasionamiento en la lidia puede acabar sesteando en los laureles.

Quizá por esto el público festero premia la actitud del torero con orejas que no definen el verdadero triunfo. Pese al encomiable talante que mostró Luque, y las ganas de Lorenzo y Marín con los toros que le tocaron lidiar.

Lo fácil hubiese sido acomodarse en el recuerdo del reciente éxito en esta plaza, pero Daniel Luque quiso algo más. Quiso trascender las estrecheces de su toreo y lanzarse a una carrera de fondo en la que cada tarde parece obtener un nuevo objetivo. En esta ocasión, lo buscó con ese lenguaje infalible para mantener a raya la emoción con unos toros que no la transmitían.

Para confirmar logros anteriores les puso ritmo y temple a los majestuosos lances a la verónica al primer “juanpedro” de la tarde, un toro noble, sin humillar y con las fuerzas justas. Lo toreó a derecha e izquierda con encomiable firmeza y acortó las distancias acariciándole lo pitones con los muslos en un afán de jugársela a cambio de nada. Lo mismo le hizo al parado cuarto con seguridad pasmosa. Se arrimó como nadie, y a los dos los mató de perfectas estocadas. La feria que ha echado el diestro de Gerena es para descubrirse.

Álvaro Lorenzo con la oreja conquistada este martes en Sevilla

Álvaro Lorenzo con la oreja conquistada este martes en Sevilla

Muy poco positivo le pudo sacar a la complicada embestida del flojo segundo Álvaro Lorenzo. Incluso le bajó la mano a modo de poder templar una acometida cansina y descompuesta. Algún que otro natural y poco más. Sin embargo, al quinto de Parladé, que se dejó la punta del cuerno izquierdo y toda la vaina en el burladero, un toro de fija nobleza y mayor recorrido por el pitón derecho, le realizó faena diestra con algunos momentos de interés. Faena que vino a menos con la izquierda sin que después volviese a coger altura, Una estocada casi entera lo hizo doblar.

Y Gines Marín lo intento sin éxito con el invalido tercero, Afán por agradar y poco más. Sí aprovechó las escasas, por buenas, embestidas del sexto, marcado con el segundo hierro de la casa, al que toreó con la derecha, seguro de sus posibilidades, hilvanando muletazos de buen gusto bien rematados con pases de pecho. Al natural hubo intermitencia en la lidia para acabar con bernardinas una faena de altibajos. La estocada le sumó para el premio de la benévola oreja.

Sevilla, martes 3 de mayo de 2022. 9ª de abono. Media plaza.

Toros de Juan Pedro Domecq, el quinto y sexto lucieron el hierro de Parladé. Aceptables de presentación, nobles y sin fuerzas. Noble y sin motor el primero; complicado sin fondo el segundo; malo a secas el tercero; parado el cuarto; noble con aceptable pitón derecho el quinto; de complicada embestida y a menos el sexto.

Daniel Luque, saludos y saludos tras petición.

Álvaro Lorenzo, silencio tras aviso y oreja.

Ginés Marín, silencio y oreja

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