FERIA DE CONSOLACIÓN
Lea Vicens y David de Miranda, por la Puerta Grande en Utrera
Lea Vicens y David de Miranda, que indultó al quinto toro de Lagunajanda, han salido a hombros por la Puerta Grande. Curro Durán fue ovacionado.
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Manuel Viera | Utrera (Sevilla)
Si aspirábamos a ver la plaza con la ideal ocupación que contuviera la imagen representativa de la ciudad de las castas fundacionales del toro bravo, en una festejo retransmitido por televisión, no hemos equivocado. La desolación que supone ver unos tendidos semivacíos constituye la iconografía taurina menos representativa de esta tierra de toros y toreros por antonomasia. No dudo de los buenos propósitos de ayuntamiento y empresa, ni dejo de valorar el trabajo realizado por dar toros en feria, pero, sin embargo, no puedo evitar sentir decepción al ver tanto cemento al descubierto. Una pena. Algo debemos estar haciendo mal. Toca reflexionar.
Decepción, como no, al ver como una pandilla de jóvenes instaron al palco al sacar el pañuelo naranja del indulto. No fueron más de treinta, pero los suficientes para contagiar a un público sin exigencias que se sumó a la causa junto con el presidente. La juventud en la plaza es necesaria. Incluso indispensable para el futuro de la Fiesta, pero habría que educarla en tauromaquia. En el valor de la excepcionalidad que supone perdonarle la vida a un toro bravo. La chusma para otro tipo de fiesta. Porque el toro número 38 de María Domecq fue un animal de calidad en sus nobles embestidas, pero no bravo en todos los tercios. Sobre todo en el caballo.
De lo demás sucedido en el ruedo hay que valorar lo hecho por David de Miranda en la lidia del quinto, el toro de Lagunajanda indultado. Una media a pies juntos destacó del saludo con el capote. Aunque lo más importante lo mostró en el epílogo de una faena, de menos a más, que tuvo momentos interesantes con la mano izquierda. Un toreo al natural de fuerza expresiva con el que buscó la emoción. Naturales con un halo singular en la inspiración con la que logró los mejores instantes. Fueron naturales de trazo largo que giraron hacia dentro y murieron detrás de la cadera. Lo mejor de una lidia con bellos cambios de mano y pases de pecho. Los detalles del molinete y adornos por bajo pusieron final a una obra que no necesitó la firma de la espada.
Sin embargo, el diestro de Trigueros no estuvo bien con el paradito segundo. Tras un buen inicio con la derecha genuflexo, abusó del toreo en línea y demasiado despegado. Faena muy desigual con arrimón final. Con el acero lo fulminó.
Curro Durán no tiene suerte con los toros que le han tocado en su tierra natal. Ni en los de la tarde de su alternativa, ni en los de la tarde de ayer. El entusiasmo y el enorme empeño que mostró con su dos toros fue toda una declaración de intenciones. Al tercero, noble y de escasa fuerza, le intentó torear despacio y templar las cortas embestidas con la derecha. Lo consiguió a medias tras molestos calamocheos de un animal que embestía rebrincado. Detalles de un farol y toreo por alto a dos manos para después atascarse con la espada.
El sexto fue un toro muy complicado para la lidia. Las ansias de triunfo del diestro de Utrera le hizo acelerase en el toreo de capa. La lidia fue una pelea constante por dominar unas embestidas cambiantes con feos derrotes en las telas. La actitud fue encomiable. Lo conseguido, muy poco. Además la espada le volvió a fallar.
Lea Vicens no estuvo bien con el primero de Murube. Desconfiada y clavando banderillas con “Bético” muy a la grupa. Templó la embestida cabalgando de costado y clavó rosas con “Mosquito” de manera desigual. Con medio rejón lo finiquitó. Mejor y más despacio se mostró en la lidia del cuarto, un buen toro con el que se lució cabalgando a dos pistas dejando banderillas en lo alto del lomo. Pinchó en dos ocasiones antes de dejar medio rejón de muerte.