Liria vuelve a rugir en Illescas y sale a hombros con un pletórico Juli

La ovación rompió tras el paseíllo. Volvía Pepín Liria diez años después para celebrar el cuarto de siglo de su alternativa. El murciano se quiere dar el gusto de una temporada de regreso en busca del disfrute personal. Fiel a su concepto se echó de rodillas para recibir al toro del reencuentro con una larga en el tercio. De Montalvo el hierro y cómoda su presencia. Tuvieron emoción los cambiados por la espalda como apertura de faena. El toro tuvo un buen pitón derecho. Pero no perdonó los espacios que dejó Pepín en la primera tanda por ese lado. El achuchón quedó en un susto. Después el toro salmantino se vino a menos y permitió que el murciano corriese la mano con prestancia al natural. Pero la intensidad fue decreciendo, como el toro. Un pinchazo previo a la estocada dejó el premio final en una ovación que sonó a reconocimiento por el esfuerzo.

Se lesionó el primero de Jose Vázquez que había caído en el lote de El Juli. En el quite el toro perdió pie y quedó renqueante. Pañuelo verde y un sobrero de Montalvo en la arena. Con el fuelle justo el sobrero, el madrileño desplegó su técnica para consentir en una primera mitad de faena basada en el temple y en intentar abrir los caminos al toro. Ya afianzado, llegó el ataque de El Juli. Mano baja y tandas profundas por ambos pitones. Una última a derechas aunó mando y profundidad hasta desembocar en un cambio de mano asfixiante por ajuste entre toro y torero. Un pinchazo hondo necesito de un golpe de descabello. La petición alcanzó la mayoría por los pelos, pero el palco tampoco se dio mucha coba para asomar el moquero blanco.

La historia del primer toro de José María Manzanares acabó pronto. En el primer pase de tanteo en la faena de muleta acabó con el astado de Jose Vázquez por los suelos. Ya no se recupero el animal del hierro madrileño. Se quiso poner el alicantino, pero vio pronto que no había dónde rascar con un toro de tan feble condición. Se fue tras de la espada con prontitud para pasaportarlo de media y un golpe de verduguillo.

El destino le tenía preparado a Pepín Liria al gran ‘Sureño’ de Jose Vázquez. Le cuajó de capote en unas verónicas de gran despaciosidad y en un posterior quite por cordobinas. Este cuarto fue un toro de gran juego en el último tercio. Tuvo prontitud, humillación y una desbordante profundidad en sus embestidas. Además reducía su velocidad al llegar con tanta entrega al momento del embroque. El murciano rayó a gran altura, corriendo la mano con temple y relajo, sobre  todo en el toreo en redondo. Se comenzó a pedir el indulto. El presidente no atendió a la reclamación, por lo que Pepin se tiró a matar. La estocada viajó certera y dio paso al doble trofeo para el torero y a una vuelta rueda póstuma para el toro.

Con el quinto parecía que se iba a repetir la historia del toro dañado al comienzo de faena que ya habíamos visto en la primera mitad del festejo. En el prólogo del trasteo de Julian, un inoportuno tirón con la muleta acabó con el toro rodando por el albero e incorporándose con síntomas de haberse dañado la mano derecha. Pero la paciencia y la sapiencia de El Juli obraron el milagro. Siempre a más, las tandas fueron cayendo por el aplastante dominio del torero madrileño. Sin cansarse de estar en la cara del toro, la última tanda a derechas conjugó mando y largura en los muletazos. Un feo metisaca en los bajos antes del estoconazo final rebajó el premio a una oreja. El pasaporte para abandonar el coso a hombros.

El sexto lució de nuevo el hierro del pial de Montalvo. Un toro cogido con alfileres en presentación, fortaleza y casta. La faena de Manzanares fue un continuo tiralíneas. No podía forzar mucho al toro ni tampoco se vio al alicantino con ganas de esfuerzos. Una estocada hábil dejó todo en tablas.

Illescas (Toledo), sábado 9 de marzo. 1ª de Feria. Más de tres cuartos.

Tres toros de 

 (3º, 4º y 5º), de dispar presencia. Destacó el tercero, "Sureño" de nombre, premiado con la vuelta al ruedo. Tres más de 

 (1º, 2º bis y 6º), terciados, flojos y de juego manejable sin más.

Pepín Liria, saludos y dos orejas.

Julián López ‘El Juli’, oreja y oreja.

José María Manzanares, silencio y silencio.