3ª FERIA VIRGEN DE LA VEGA

El magisterio de Perera y la entrega de Borja Jiménez se imponen en Salamanca

Perera y Jiménez salen a hombros tras cortar dos orejas y De Justo es ovacionado ante una buena corrida de Vellosino.

Borja Jiménez y Miguel Ángel Perera, a hombros en Salamanca

@Toros_Salamanca

Borja Jiménez y Miguel Ángel Perera, a hombros en Salamanca

Agencia EFE

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Pepe Estévez | EFE

Faena de autoridad y de sitio de Miguel Ángel Perera al que abría festejo, realizada en el espacio de una baldosa, fuera de la segunda raya. Tuvo buena condición el de Vellosino pero le faltó fondo. Frío el público salmantino con Perera.

Frente al cuarto nuevamente Perera se encontró con un frío tendido que tardó mucho en entrar en la faena.

Trazo largo, mano baja, rematando los muletazos por debajo de la pala del pitón, temple y mando fueron los cimientos de una gran faena. Resultó excesivo el metraje, rematada con una estocada hasta las cintas, tras las luquecinas finales, a otro toro importante Tiestero, que tuvo fijeza y se arrancó de lejos, con humillada embestida y recorrido.

Borja Jiménez salió pisando el acelerador a fondo en el tercer toro de la tarde, en su presentación en La Glorieta, fino de cabos, bien armado. Muy torera la apertura agarrado a tablas. Encajado desde el primer momento, el de Espartinas cuajó una faena de mucha intensidad, apretando en la embestida al de Vellosino que embistió por abajo con profundidad y recorrido por el izquierdo. Al natural hizo crujir los tendidos, muy metido en los terrenos del toro. Rotundo el de Espartinas, trasteo con tintes ojedistas, en el que por momentos pudo más el corazón que la cabeza, no dosificando al gran vellosino.

Con dos largas cambiadas de rodillas recibió Borja Jiménez al que cerraba plaza, un toro con cuajo, remate y cara de plaza de primera. Cabeceó en el peto, haciendo sonar el estribo el de Vellosino. Cantó la gallina y se rajó en el primer muletazo de la faena. Puso mucha fibra Jiménez, a un toro rajado y flojo, de rebrincada embestida, labor en la que primó la entrega y capacidad sobre el lucimiento. Tiró de raza el de Espartinas exprimiendo el jugo del animal. Nuevamente mostró su contundencia con la espada.

El voluminoso segundo tuvo una fría salida, olisqueando la arena y barbeando tablas. Faena de buen tono de Emilio de Justo, de perder pasos entre muletazo y muletazo sobre la diestra. Por el izquierdo el animal reponía.

El quinto se arrancó con prontitud al caballo y metió la cara abajo, aunque dobló las manos. El de Vellosino, aunque justo de fuerza, se arrancaba con tranco y clase, galopando. De Justo lo llevó a media altura en el inicio, dándole tiempo y sitio. El toro estaba cogido con alfileres, el de Torrejoncillo corrió bien la mano al natural, faena de enfermero, le faltó toro. Decidió abreviar, efectiva la estocada a capón.